¿No sientes a veces que, aun estando todo el día conectado/a en las redes sociales comunicándote todo el tiempo, estas más desconectado/a que nunca?
El problema es que tienes conversaciones cruzadas o monólogos, en vez de auténticos diálogos.
El diálogo es un flujo de significado. Es una experiencia entre personas que busca aprovechar la inteligencia colectiva.
Con el cambio acelerado que estamos viviendo, cada vez más nos esforzamos para que nuestras empresas tengan éxito a pesar de la continua incertidumbre. Necesitamos redescubrir cómo hablar entre nosotros, es decir, cómo participar en un diálogo real.
Como líder tienes que aprender cómo crear formas para que tus trabajadores piensen realmente juntos. Para esto, se debe desbloquear el potencial humano aprendiendo a pensar juntos.
A continuación, te presentamos seis claves para asegurar que el diálogo prospere en tu organización.
1. Ten en cuenta que el diálogo es una investigación compartida por iguales.
El diálogo efectivo requiere que todos los participantes tengan la misma posición, participen con empatía y compartan un espíritu de investigación donde los temas se exploren abiertamente y sin juicio.
2. Asume la responsabilidad individual de escuchar.
Al participar en un diálogo, debes suspender tus opiniones y conclusiones existentes. La clave es escuchar para comprender y explorar, y no escuchar para responder.
3. Acepta el hecho de que tu punto de vista no es lo único que importa. El diálogo requiere que las personas piensen juntas en una relación.
El verdadero diálogo existe cuando no tomas tu propia posición como la final. Relaja tu control sobre la certeza y considera las otras posibilidades que existen al estar con los demás.
4. Recuerda alguna vez que participaste en una gran conversación.
Pregúntate: ¿Qué tenía de especial? Lo más probable es que no implicara discutir un punto de vista, sino el sentido de reflexión.
5. Desarrolla un significado compartido.
El diálogo tiene el potencial de ayudar a grupos o equipos a alcanzar un mayor nivel de conciencia y llegar a un punto de significado compartido.
El significado compartido comienza con la evolución de la seguridad de nuestras convicciones individuales a una posición de incertidumbre reflexiva.
6. Empieza con las preguntas.
La única forma de involucrar a los trabajadores es mediante conversaciones y no presentaciones. Por tanto, el primer paso es preguntar: «¿Cuáles son las preguntas más críticas que enfrentamos hoy que debemos abordar para nuestro éxito?»
Ahora es el momento de pensar juntos, entablar un diálogo juntos y lograr un mayor éxito… juntos.
Cuando hablamos, rara vez es de manera profunda, en la mayoría de las conversaciones, intercambiamos información o puntos de vista, en lugar de capturar la inteligencia colectiva.
El problema que tienen la mayoría de las organizaciones es la incapacidad de las personas para pensar y hablar juntas, especialmente en los momentos críticos. Por supuesto, pensar juntos no es tan fácil como parece. Puedes comenzar con una pregunta: ¿Qué conversaciones necesitamos tener para comenzar el proceso de pensar juntos y descubrir el potencial humano en nuestra organización? Esta sola pregunta puede ser todo lo que necesitas para crear un verdadero diálogo en el trabajo que conduzca a un mayor éxito y un compromiso real.
Me interesa recibir los newsletters
Gracias Patricia por tu interés te acabamos de incluir a nuestra lista.