Trae tu humano al trabajo

Trae tu humano al trabajo

Es difícil poder desconectarse de la tecnología porque está al frente y al centro en todas nuestras vidas.

El problema principal es que se repiten situaciones como que cada vez más los empleados están llamando a las reuniones desde el pasillo, enviando mensajes de texto con malas noticias a los clientes en lugar de llamar, y almorzando solos en sus escritorios, usando auriculares. Los padres, amigos, directores generales y gerentes saben que algo está mal, pero no saben exactamente qué es o cómo solucionarlo. Estos hechos nos hacen alejarnos del sentimiento de “humanidad”.

El libro Bring Your Human to Work de Erica Keswin, trata temas para inspirar y guiar a aquellos de nosotros que queremos estar verdaderamente conectados, ser humanos reales, en nuestras vidas y especialmente en el trabajo.

Lo que significa ser humano

En los últimos cinco años se han ido escuchando sobre los lugares de trabajo “humanos” e incluso los lideres se referían al ser vulnerables, compasivos y, sí, humanos.

Todos usan el término «humano» de manera diferente, aunque todos apuntan en la misma dirección general:

Las personas anhelan el equilibrio entre la vida laboral y personal, las prácticas laborales sostenibles y las culturas de trabajo auténticas y orientadas a un propósito.

La gente ya no está dispuesta a aceptar el trabajo como una pesadilla aplastante. Sin embargo, como con muchas tendencias, mientras se expresa un sentimiento fuerte y compartido y se revela un problema legítimo, las soluciones están un poco por todas partes. 

Tanto directores generales, empresarios, gerentes como empleados están de acuerdo que todos necesitamos un lugar de trabajo más humano. Poner teléfonos en una canasta durante una reunión, eliminar el correo electrónico, asegurarse de que los empleados se tomen vacaciones, todos estos mini-reglamentos están en el camino correcto. Pero hay un punto que es la más esencial para asegurar un lugar de trabajo más humano: Honrar las relaciones.

Honrar las relaciones en todo lo que hacemos significa: crear nuestros valores, organizar reuniones, decidir a quién contratamos, usar la tecnología, elegir con quién nos asociamos, y evaluar y recompensar el talento. Trabajar como humanos en el siglo XXI significa que debemos aceptar la omnipresente presencia digital que a veces se siente abrumadora, pero que también puede ser una herramienta poderosa para darnos a nosotros mismos, a nuestros productos y a nuestros mensajes. Llevar a nuestro ser humano al trabajo se trata tanto de poner la tecnología en su lugar para construir relaciones fuertes como de invitar a la tecnología a la mesa, haciendo un buen uso de todo lo que pueda crear un lugar de trabajo más humano.

Traer a nuestro humano al trabajo nos ayudará a manejar nuestra tecnología y a nosotros mismos también.

Pero esa no es la única razón por la que este libro es tan importante para los negocios hoy en día. Como habrán escuchado, la generación de milenials (personas nacidas entre 1981 y 1996) constituirá casi el 75% de la fuerza de trabajo mundial en 2025. Estas jóvenes y apasionadas personas están cambiando el juego de muchas maneras importantes. Y su influencia en la sociedad y el lugar de trabajo de hoy incluye la demanda de una vida más humana en el trabajo.

Por ejemplo, esta generación ha redefinido lo que significa ser «social», desdibujando los límites entre la vida privada, pública y laboral, y exigiendo que los valores de la empresa se quiten de las paredes y se sientan realmente en los pasillos. Los milenials quieren que sus vidas laborales tengan sentido y que trabajen para empresas que lideren con una cultura con propósito. Demasiados dueños de negocios no están seguros de cómo hacerlo o incluso de lo que significa.

Para empezar, definiremos la palabra «cultura»: se refiere a cómo se siente para interactuar con una empresa, como consumidor, empleado, vendedor o socio. 

¿Cuál es el ambiente o la personalidad de la empresa? ¿Cómo se comportan las personas cuando nadie mira? 

La cultura es importante, a menudo se piensa que es el número uno en la lista de factores críticos para construir un negocio exitoso. 

Aceptando que la cultura importa, ¿qué tipo de cultura es una cultura humana? Las culturas divertidas son geniales. Por supuesto, las culturas que hacen dinero necesarias tienen sus admiradores. Una cultura significativa, un lugar donde las personas pueden sentir que están conectadas a algo más grande que ellos mismos, eso es una cultura humana. Ese es el tipo de lugar que las empresas necesitan crear si quieren tener éxito en este mercado con un propósito específico y la carrera por el talento joven y muy solicitado.

Tan importante como es la cultura, es solo una parte de la creación de un lugar de trabajo humano. Honrar las relaciones es el tema que reúne todo lo que un lugar de trabajo humano representa. ¿Qué significa esto, en el terreno, en su empresa en particular? E incluso si lo hace bien, ¿todo este negocio humano ayudará al resultado final?

Aquí hay un número a considerar: 300 mil millones de euros. Según el Instituto Americano del Estrés, cada año se pierden 300 mil millones de euros en nuestra economía debido al estrés. Imagine el impacto humano que podríamos tener si pudiéramos recuperar ese dinero. O, mejor aún, si ese estrés no hubiera sucedido en primer lugar. 

Al trabajar como humanos, creo que podemos comenzar a reducir literalmente nuestras pérdidas y cultivar un mundo más humano.

Mentalidades de liderazgo para la nueva economía

Mentalidades de liderazgo para la nueva economía

Las compañías exitosas fomentan una comunidad de líderes con nuevas mentalidades.

¿Serías capaz de cambiar la cultura de tu organización? Seguramente no, a no ser que seas el CEO. Pero ¿Podrías establecer una nueva forma de trabajar para tu equipo tanto en lo que se refiere trabajar juntos como con otros, tanto dentro como fuera de tu organización? La respuesta normalmente es sí, entonces, ¿Por qué no lograr ese cambio cultural, adoptando una nueva mentalidad?

El liderazgo que esta impulsando la nueva economía: 

En un estudio del MIT Sloan Manegement Review, hicieron encuestas a más de 4.000 gerentes y ejecutivos de distintos países, con el objetivo de comprender como la mentalidad del cambio tanto a nivel global como laboral influyen directamente en lo que es ser un buen líder. 

Los resultados fueron sorprendentes, la mayoría coincidieron en que sus líderes carecían de la mentalidad para lograr cambios estratégicos y culturales para liderar una nueva economía. Solo el 12% estuvo en desacuerdo con la anterior afirmación. Muy pocos entrevistados hablaron de la necesidad de un cambio cultural. Se detectó que el cambio cultural a gran escala se percibe como un elemento superior a la mayoría de las personas asalariada, mientras que la mayoría hizo hincapié en la importancia de adoptar nuevas mentalidades y comportamientos como nuevas características distintivas para el liderazgo. ¿Pero cuáles son estas mentalidades?

Cuatro mentalidades de liderazgo que impulsan la nueva economía

Las mentalidades son mapas mentales que reflejan y guían el comportamiento de las personas en las organizaciones. En el anterior estudio se detectaron cuatro: productores, inversores, conectores y exploradores.

  1. Productores: La mentalidad de los productores combina el hecho de generar valor para el cliente con un enfoque de análisis, conocimiento digital, ejecución y resultados. Los productores utilizan el análisis para abordar los cambios en las preferencias de los clientes y proporcionar así una mejor experiencia.
  2. Inversores: Los lideres con mentalidad inversora persiguen el crecimiento sostenible. Se preocupan por las comunidades en las que operan, el bienestar y el desarrollo continuo de sus empleados. Invierten en la mejora del valor de sus clientes en vez de solo verlos como flujos de ingresos.
  3. Conectores: Los líderes con mentalidad conectora, se centran en las relaciones y las redes para impulsar la efectividad organizacional en la nueva economía. Estos líderes entienden el poder de crear un sentido de comunidad en un mundo corporativo cada vez más digital.
  4. Exploradores: La mentalidad de los exploradores se centra en la curiosidad i la creatividad. Se dedican a la experimentación continua. Dentro de la mentalidad de un líder explorador debemos tener presente fomentar el riesgo e incluso el fracaso, y crear a su vez un entorno competitivo.

En la nueva economía, los líderes que se encuentran en estas 4 nuevas mentalidades aspiran a reinventar un nuevo liderazgo. Estos, están menos obsesionados con la imagen del líder como héroes de sus organizaciones. Se centran en construir una capacidad de liderazgo colectivo, ya que es una competencia ventajosa en el mundo acelerado en el que vivimos.

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Como gestionar los equipos virtuales. 2ª Entrega

Colaboración

Siguiendo con lo que hablamos en la primera entrega del post, la conclusión a la que llegamos es que la calidad de los procesos relacionados con las tareas parece ser un factor importante para decidir si la dispersión se convierte en un pasivo o una oportunidad en los equipos virtuales.

Además de los procesos relacionados con tareas, las empresas deben garantizar que los miembros del equipo se comprometan con los objetivos generales, se identifiquen con el equipo y apoyen activamente su espíritu. Es decir, los procesos socioemocionales también son importantes. Sobretodo en equipos físicamente dispersos, donde las diferencias interpersonales son una mayor amenaza para la estabilidad social del equipo debido a la mayor dificultad para resolver conflictos a través de las fronteras geográficas.

Dichas dificultades pueden, a su vez, desmotivar a los miembros para que no contribuyan completamente, poniendo en peligro el rendimiento del equipo. Los procesos sociales que aumentan la cohesión del equipo, la identificación y la comunicación informal pueden evitarlo al ayudar a establecer y mantener vínculos interpersonales que permiten a un grupo enfrentar mejor los conflictos.

Los procesos sociales son capaces de mejorar el rendimiento de los equipos virtuales y situados. Sin embargo, no hay indicación de que los equipos virtuales con procesos socioemocionales favorables superen a los equipos situados con niveles similares de los mismos procesos. Así, aunque los procesos socioemocionales no son un factor diferenciador, probablemente faciliten más procesos relacionados con tareas (y, por lo tanto, mejoran indirectamente el rendimiento de los equipos virtuales) mediante, por ejemplo, una mayor transferencia de conocimientos y una mejor resolución de los conflictos de equipo.

Lo que se debe y lo que no se debe hacer para gestionar la dispersión

Para mejorar el desempeño de tus equipos, necesitas implementar los mecanismos apropiados para impulsar los procesos socioemocionales y los relacionados con las tareas. Especialmente para los equipos virtuales, los líderes deben prestar especial atención a los procesos relacionados con tareas que aprovecharán el conocimiento especializado y la experiencia de dichos grupos. Las siguientes lecciones clave pueden ayudarte a maximizar el rendimiento de tus equipos virtuales:

  • No subestimes el significado de las distancias cortas.

El rendimiento es notablemente menor para los equipos con personas ubicadas en el mismo edificio, pero en pisos diferentes en comparación con los equipos donde todos los miembros están en el mismo piso. Esto es cierto con respecto a la efectividad (es decir, la calidad del rendimiento del equipo) y la eficiencia (en términos de tiempo y costo). Los líderes de los equipos subestiman regularmente la importancia de las pequeñas distancias. Tienden a tratar a los miembros del equipo ubicados en diferentes pisos o en un edificio adyacente como si estuvieran en una proximidad directa, y no reconocen los efectos negativos de estas distancias comparativamente pequeñas. En contraste, los grupos que están dispersos en un país o continente son más conscientes de su situación y pueden hacer esfuerzos adicionales para mejorar procesos vitales como la comunicación y coordinación relacionadas con la tarea.

  • Enfatiza las habilidades de trabajo en equipo.

Claramente, una de las razones clave para organizar un equipo disperso es recurrir al conocimiento superior que reside en ubicaciones remotas. Pero muchas empresas cometen el error formar estos equipos principalmente sobre la base de la experiencia y la disponibilidad de las personas. En cambio, los líderes también deben considerar las habilidades sociales, un requisito previo importante para un buen trabajo en equipo, como una parte mucho más fundamental del catálogo de requisitos. En otras palabras, no es realista reunir a personas de diferentes ubicaciones con la expectativa de que sabrán automáticamente cómo colaborar en un entorno virtual.

Los grupos con niveles crecientes de dispersión también son cada vez más dependientes de su nivel de trabajo en equipo, específicamente, su capacidad para realizar procesos clave como el apoyo mutuo, la comunicación y la coordinación. Para que los equipos virtuales alcancen su mayor potencial (y aprovechen su diversidad funcional y estructural), los miembros deben, ante todo, establecer una base para el intercambio efectivo de sus diferentes capacidades, todo lo cual requiere habilidades relacionadas con el trabajo en equipo. De lo contrario, es muy probable que el equipo virtual tenga un peor desempeño que un equipo situado. Por lo tanto, los líderes deben considerar las habilidades de trabajo en equipo como un atributo necesario al seleccionar a los miembros de un equipo virtual.

  • Promueve el auto-liderazgo en todo el equipo.

Más allá de las habilidades sociales, los líderes deben garantizar que los equipos dispersos tengan capacidades de liderazgo de amplia base. Cuando un grupo está muy cerca, un líder individual puede detectar más fácilmente las deficiencias en el trabajo en equipo y abordarlas con un estilo directivo práctico. La dispersión geográfica y la diversidad cultural hacen que sea difícil para cualquier líder individual asegurar que el equipo esté funcionando de manera efectiva. Para que un equipo virtual tenga éxito, los miembros generalmente necesitan ser conscientes de las dificultades de la colaboración dispersa y encontrar formas efectivas para superar esos obstáculos por sí mismos. Esto pone en manifiesto la necesidad de que las personas sean más autosuficientes en la forma en que gestionan su propio trabajo porque el líder del equipo tiene menos posibilidades de ayudar.

  • Programa reuniones presenciales.

Las reuniones periódicas cara a cara de miembros dispersos del equipo pueden ser particularmente efectivas para iniciar y mantener procesos sociales clave que alienten la comunicación informal, la identificación y la cohesión del equipo.

Una reunión de inicio del proyecto, por ejemplo, puede usarse para reunir a todos en un solo lugar durante varios días para que las personas puedan desarrollar un entendimiento compartido de la tarea en cuestión y comenzar a identificarse con el equipo. Estos procesos, a su vez, apoyarán la colaboración de tareas durante el proyecto. Las empresas también deben recordar que las interacciones informales pueden ser tan importantes como las formales, si no más.

  • Fomenta una «cultura global».

Una mentalidad global, en la que las personas se ven a sí mismas como parte de una red internacional, ayuda a proporcionar un entorno propicio para equipos dispersos. En consecuencia, los gerentes y los miembros del equipo deben reconocer y enmarcar a su empresa como tal, comunicando la naturaleza internacional de las operaciones y los mercados de la organización. Varias estrategias de recursos humanos pueden ayudar a fomentar esa mentalidad, incluidas las asignaciones temporales de personal en lugares extranjeros y la capacitación intercultural.

La sabiduría convencional sugiere que el desempeño de los equipos sufre con niveles crecientes de dispersión. Debido a eso, los líderes típicamente han visto la dispersión como un pasivo en lugar de una oportunidad. Pero la dispersión puede proporcionar beneficios sustanciales si las empresas pueden aprovechar la diversidad y la experiencia variada de los miembros del equipo en diferentes ubicaciones.

De hecho, los equipos virtuales pueden superar a sus homólogos situados cuando se configuran y administran de la manera correcta.

En otras palabras, una empresa no puede simplemente reunir un equipo disperso y esperar lo mejor; también debe garantizar que el grupo tenga implementados los procesos socioemocionales y relacionados con las tareas. Solo entonces los equipos virtuales pueden integrar efectivamente el conocimiento disperso para aprovechar su diversidad cultural y estructural, evitando así algunos de los inconvenientes de la dispersión al tiempo que cosechan sus beneficios.

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Líderes: 3 indispensables en la conversación sobre Cultura

Liderazgo

Los CEOs y los CHRO (directores de recursos humanos) deben centrar sus conversaciones sobre la cultura en acciones que impulsen los resultados de negocios.

Solo el 31% de los líderes de Recursos Humanos dice que su organización tiene la cultura que necesita. Los CEO deben tratar la responsabilidad de los líderes de impulsar la cultura de la misma manera que tratan otras actividades comerciales.

Para integrar la cultura en el negocio de una manera que impulse el rendimiento, los CEOs y los líderes de RR.HH. deben enfocar sus conversaciones en tres imperativos.

  1. La cultura como conjunto de tensiones, no de atributos.
  2. Las tensiones culturales son una parte inevitable del trabajo diario y, a menudo, son parte integral de la ejecución estratégica.
  3. Las organizaciones necesitan identificar puntos de tensión en la cultura y, lo que es más importante, ayudar a los empleados a traducir la cultura en el contexto de su rol específico.

Para ayudar a los empleados a navegar correctamente las tensiones culturales, los CEOs y los CHRO deben repensar cómo se define la cultura:

  1. Los CHRO deben consultar con los empleados para comprender las tensiones que experimentan dentro de la cultura de la organización. Los CEO deben instar y permitir que los líderes empresariales determinen las tensiones que son estratégicamente necesarias.
  2. Luego, las organizaciones deben articular las tensiones con los empleados y crear un marco que establezca explícitamente cuáles son las tensiones culturales, explica por qué existen y comparte cómo los empleados pueden manejar la tensión en su trabajo diario.

Pocos ejecutivos realmente entienden el efecto que la cultura tiene en su organización. Y la información que reúnen para leer sobre la cultura no está ayudando. Las medidas de la cultura organizacional generalmente se enfocan principalmente en la satisfacción de los empleados (una medida que a menudo se recopila no más de una vez al año). Para obtener una visión honesta de la cultura, los líderes necesitan información cualitativa transparente y accionable que controle cómo los empleados experimentan la cultura.

Las preguntas que los CEO deben hacerles a sus líderes de RR.

  • ¿Qué medidas estamos usando para entender la cultura de la organización?
  • ¿Cómo aumentamos la participación de los empleados en la evaluación y comunicación de la cultura?
  • ¿Qué se debe ajustar para fomentar la retroalimentación de los empleados?

Crear un foro para que los empleados compartan con confianza los comentarios no filtrados con los líderes es crucial para obtener una visión honesta de la cultura y permite que los empleados se sientan más cómodos al plantear sus preocupaciones, incluido el tipo de tensiones que les resulta difícil navegar.

Liderazgo cultural como liderazgo empresarial.

Normalmente, cuando se trata de impulsar la cultura, los líderes piensan que la respuesta es el modelado de roles. Los comportamientos efectivos de modelado de roles poseen tres componentes:

  1. Lo que dices: Comunicar eficazmente la importancia de la cultura.
  2. Cómo se comporta: actuar de una manera que sea consistente con la cultura.
  3. Cómo opera: Administre con éxito los procesos de negocios (presupuestos, estructuras y políticas) basados en la cultura.

En última instancia, muchos líderes priorizan «decir» y «comportarse», pero se centran menos en el aspecto más importante del modelado de roles: el componente «operar».

Crear un equipo multifuncional para aumentar el impacto de la cultura en el rendimiento es un buen comienzo, pero ese equipo debe tener la capacidad de construir o cambiar los procesos existentes para respaldar la cultura. Igual de importante, este equipo debe ser capaz de destacar los procesos existentes que deben eliminarse.

Lograr que los líderes prioricen la cultura requiere algo más que un cambio de mentalidad. Para lograr que los líderes se centren en el componente «operar» del modelado de roles culturales, los CEO deben tratar la responsabilidad de los líderes de impulsar la cultura de la misma manera que tratan otras actividades comerciales. Esta responsabilidad garantiza que la cultura no se convierta en una actividad del lado del escritorio.

Como los dos ejecutivos más estrechamente vinculados a la cultura, los CEOs y los directores de recursos humanos deben garantizar que la cultura de su organización contribuya a los resultados financieros, de reputación y talento que impulsarán sus transformaciones y su ventaja competitiva.

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Una nueva era para la cultura, el cambio y el liderazgo

Liderazgo

En la mayoría de organizaciones actuales, grandes y pequeñas, es ya un hecho aceptado que la cultura importa.

Las preocupaciones culturales de las organizaciones varían de un entorno a otro: las empresas nuevas se preocupan por construir la cultura correcta; mientras que las organizaciones de mediana edad se preocupan por cómo integrar las diversas subculturas ocupacionales, sociales y otras que a menudo entran en conflicto o tienen propósitos cruzados; y las organizaciones más antiguas se centran en cómo crear una cultura de innovación, por ejemplo, o una cultura de compromiso de los empleados.

Sin embargo, la cultura es la gran fuerza estabilizadora a medida que las organizaciones maduran y no se pueden manipular con soluciones rápidas, como revisar una declaración de misión. La cultura sobrevive a través de fases de crecimiento. Las iniciativas de cambio que alteran metafóricamente el color de las paredes tardan mucho tiempo en alterar las creencias profundamente arraigadas que colocaron esas paredes en primer lugar.

Y, sin embargo, las organizaciones deben operar en un mundo que fluye continuamente a su alrededor. Nuestros procesos de trabajo están evolucionando en respuesta a las cambiantes condiciones micro y macroeconómicas. Gran parte de nuestra recopilación de datos y toma de decisiones ahora sucede a la velocidad de la red, generalmente a la velocidad de la luz, mientras que antes solía ocurrir a la velocidad del sonido, de la conversación y la reflexión.

En este contexto, si pensamos en el cambio como una progresión lineal o una función escalonada, si creemos que tenemos tiempo para pausar-cambiar-reanudar a medida que se desarrollan los eventos, podemos quedarnos atrás. Aunque los modelos de cambio descendentes y lineales todavía pueden funcionar para flujos de producción simples, a menudo equivalen a enmendar, agregar o ajustar procesos existentes, y no está claro cuánto tiempo pueden apostar los humanos para agregar este tipo de valor antes de que la IA termine haciendo un trabajo mucho mejor.

Hemos de estar mejor preparados para pensar en el cambio como una forma de onda sin estados de espera, solo flujos y reflujos variables en los que podemos hacer todo lo posible por gestionar.

En los nuevos modelos de trabajo y diseño de organización, la jerarquía, las descripciones de trabajo y las corrientes de trabajo se han transformado en procesos fluidos de adaptación perpetua a medida que las circunstancias cambian, al igual que un organismo cambia el flujo de sangre a los subsistemas con la mayor necesidad.

El liderazgo, a su vez, también se ha transformado en un proceso fluido en lugar de algo que se debe caracterizar por el título, el talento o la tenacidad de los individuos en posiciones formales de autoridad. Ahora podemos pensar en el liderazgo como la creación e implementación de una nueva y mejor manera de hacer algo, ya sea una nueva estrategia, un nuevo producto o servicio, o una nueva forma para que un grupo organice sus reuniones y tome decisiones.

En este sentido, el liderazgo resulta de ver una necesidad, construir los tipos de relaciones que harán que algo sea nuevo y mejor, y abrazar la idea de que el impulso y la acción pueden provenir de cualquier organización o grupo de trabajo. Las relaciones que vemos prosperar, no solo entre pares en organizaciones formales sino también en coaliciones y ecosistemas, fomentan la apertura y confianza para maximizar el flujo de información y optimizar la toma de decisiones.

Con el trabajo cada vez más complejo e interdependiente, y las organizaciones convirtiéndose en esferas orgánicas y flexibles de grupos y equipos, los líderes del mañana tendrán que conocer a su gente para crear una comunicación válida y confiable y generar confianza en ambas direcciones. Todos los miembros de la organización tendrán que sentirse psicológicamente seguros para hablar cuando las cosas no funcionan y ejercer el liderazgo cuando vean una forma nueva y mejor de hacer algo. Los grandes líderes y gerentes siempre han hecho esto, pero nunca se ha convertido en una parte necesaria de la cultura de liderazgo tradicional.

La esencia de la buena gestión y el buen liderazgo es la capacidad y el deseo de las personas en esas posiciones para observar, comprender y gestionar las relaciones que tienen con sus superiores, subordinados y compañeros.

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