Aprovecha al máximo las evaluaciones de 360 grados

Aprovecha al máximo las evaluaciones de 360 grados

¿Sabías que las evaluaciones de 360 grados en línea y basadas en entrevistas pueden ser herramientas extremadamente valiosas? Esto sucede porque se acostumbra a juntar una gran variedad de ideas de los compañeros de trabajo, que dan otra visión a otros compañeros y ejecutivos.

Pero estas herramientas solo son efectivas si se tienen en cuanta ciertas características:

Confidencialidad:

Los compañeros de trabajo serán más honestos y directos si saben que sus comentarios no serán relacionados con ellos. Por eso se debe dejar claro cómo se garantizará y protegerá la confidencialidad en cada entrevista.

Sinceridad:

En las instrucciones es importante que se remarque a los encuestados la importancia de su sinceridad. Los encuestados sean directos y que sus comentarios sean productivos. Es raro que los encuestados sean demasiado críticos, esto solo suele pasar cuando se refieren a personas específicas. 

En definitiva, solo si los comentarios son sinceros se podrá ayudar realmente a la empresa y al individuo.

Transparencia:

Cuando se implementa un 360, se debe ser transparente con todo el mundo sobre su propósito real. ¿Es para un desarrollo general?¿hay problemas en el rendimiento? Si el trabajo del encuestado está en juego, tanto el sujeto como el entrenador deben ser conscientes.

Si no se da esta transparencia es posible que los empleados se sientan traicionados, que surjan quejas o incluso problemas legales.

Personalización:

La mayoría de las evaluaciones 360 se pueden personalizar, así se puede reflejar el lenguaje de la empresa, su visión, su misión y la competencias que se valoran. También se puede personalizar respecto a las circunstancias, por ejemplo, si se utiliza en un proceso de fusión.

Aunque la personalización siempre es beneficiosa, se debe tener en cuenta su coste. Cualquier competencia que se altere necesitara pasos adicionales para que así las respuestas puedan compararse adecuadamente con las normas establecidas.

Seguimiento:

Alguna encuestas en línea producen informes resumidos, pero en los 360 esto no debe suceder. Sin el contexto y el apoyo necesarios, es posible que al final el sujeto no pueda utilizar apropiadamente los comentarios que ha transmitido y al final llegar a considerar la encuesta como una pérdida de tiempo.

Ningún proceso de evaluación es perfecto, pero cuando los 360 se implementan cuidadosamente, proporcionan una información valiosa y una línea de actuación confiable para el desarrollo de las personas de la organización.

Si quieres saber más, no dudes en consultar nuestro “Curso de Recursos Humanos 4.0”.

Cómo gestionar a un empleado con depresión

Cómo gestionar a un empleado con depresión

La depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Uno de cada cinco estadounidenses se ve afectado por problemas de salud mental, siendo la depresión el problema más común. Un informe reciente de Blue Cross Blue Shield encontró que los diagnósticos de depresión están aumentando a un ritmo más rápido para los Millennials y los adolescentes que para cualquier otra generación. 

Sin embargo, a pesar de este enorme y creciente número de víctimas, muchos empleadores adoptan un enfoque Ad hoc, que es algo que está hecho especialmente para un fin determinado o pensado para una situación concreta.

Muchos gerentes se dan cuenta de los problemas de salud que sufren sus empleados a través de la observación y los resultados. Un mejor escenario sería si los empleados se sintieran facultados para informar un problema de salud mental y solicitar una acomodación razonable para que su gerente pueda minimizar el daño en la organización y ayudar a los empleados a regresar y obtener salud lo más rápido posible. 

Aquí mostramos una guía para gerentes sobre cómo conocer e intermediar en el trabajo para personas con depresión. 

Aprende sobre el trastorno

Sería fácil pensar que un empleado con depresión hablará primero con el personal de Recursos Humanos sobre las adaptaciones laborales, pero es probable que el miembro de tu equipo acuda y hable primero contigo. 

Debido a que un empleado puede acudirte sin previo aviso, debes prepararte con anticipación y aprender sobre la depresión y sus síntomas. Estos incluyen pérdida de interés. Disminución de la energía, sentimientos de baja autoestima o control, trastornos del sueño y falta de concentración. 

Si comprendemos los síntomas de la depresión, podrás anticiparte a los problemas de desempeño laboral y los tipos de adaptaciones que un empleado podría solicitar. 

Permitir un horario flexible 

Para muchas empresas, un horario de trabajo normal implica estar en la oficina de nueve a cinco. Sin embargo, un empleado que sufre de depresión puede acudir a ti para pedirte ingresar más tarde en la oficina. Los problemas de sueño son comunes en la depresión y pueden incluir dormir demasiado, así como dificultades para conciliar el sueño. Por lo tanto, ayudar a un empleado con su horario de trabajo es una adaptación razonable. 

Una investigación desde la década de 1980 hasta hoy sugiere que las horas de trabajo flexibles en realidad aumentan la productividad y el compromiso con la organización.

Sin embargo, si permites horas flexibles, la investigación sugiere dos recomendaciones. 

  1. Primero, si es necesario, establece una ventana de “horas centrales” o “días centrales” en la que todos los miembros del equipo deben estar en la oficina. Las personas que padecen depresión se benefician de la estructura, pero a menudo les resulta difícil crear una estructura para sí mismas. 
  2.  En segundo lugar, no permitas que los empleados con depresión dejen de interactuar contigo o otros miembros del equipo. 

Cuando se les deja solos, las personas con depresión tienen más probabilidades de reflexionar sobre los efectos negativos de la depresión. Esto empeora aún más la situación. Si sospechas que esto está sucediendo, intervén. Es clave que se comunique de manera solidaria y sin prejuicios. 

Simplifica el alcance del trabajo

Los empleados deprimidos pueden decirte que su carga de trabajo es demasiado abrumada o complicada. La depresión puede afectar la función cognitiva. La función cognitiva también puede verse afectada por la falta de sueño. 

Como mánager, puedes ayudar dividiendo grandes proyectos en tareas en micro proyectos (tareas). El beneficio de dar tareas más pequeñas y manejables es que permite a los empleados lograr experiencias de éxito. 

Compartir plazos según sea necesario

Demasiados plazos pueden ser abrumadores para cualquiera. Además, aquellos que sufren de depresión a menudo tienen pocas expectativas sobre su capacidad para lidiar con futuros eventos estresantes. Como gerente, puedes ayudar a un empleado con depresión dividiendo grandes proyectos en sus componentes.

Centrarse en los resultados positivos y criticar menos

Las personas deprimidas pueden ser muy autocríticas. En lugar de destacar los fallos, concéntrate en apoyar y celebrar los momentos de logro, como cuando los empleados cumplen con los plazos.

La motivación en los empleados deprimidos se desploma ante las amenazas y el castigo. La investigación sugiere que explicar la necesidad positiva de las tareas como herramienta de motivación es mucho más efectivo que compartir los costes perjudiciales de un proyecto inacabado.

Además, conoce las fortalezas de tus empleados y juega con esas fortalezas. Si tus empleados sienten que las tareas están diseñadas para ellos, tendrán más probabilidades de ver las tareas como importantes, completarlas más rápidamente y experimentar una sensación de validación.

Sé un líder

Hacer frente a la depresión es difícil, no solo para la persona con depresión sino también para aquellos con quienes la persona deprimida interactúa. Por lo tanto, debes estar atento a cómo interactuar con un empleado deprimido para hacer que se sienta mejor. ¿Tal situación te hace sentir enojado, frustrado o disminuido en tu papel? Si es así, recuerda que la persona con depresión está lidiando con síntomas que hacen que todos los días sean difíciles. Esto no es sobre ti. Se trata de cómo tú, como gerente, puedes intensificar y ayudar a su empleado. Ten en cuenta que la depresión es una enfermedad. En la mayoría de los casos, también es por tiempo limitado.

Al ayudar a tu empleado con depresión, ayudas a tu equipo, a tu empresa y demuestras un fuerte liderazgo.

La depresión y las enfermedades mentales cada vez crecen más en nuestra sociedad y en el trabajo. Por eso, tenemos que dejar de verlas como un tabú y comenzar a gestionarlas. 

¡El diálogo en el trabajo es el oxígeno del compromiso y el cambio!

¡El diálogo en el trabajo es el oxígeno del compromiso y el cambio!

¿No sientes a veces que, aun estando todo el día conectado/a en las redes sociales comunicándote todo el tiempo, estas más desconectado/a que nunca?

El problema es que tienes conversaciones cruzadas o monólogos, en vez de auténticos diálogos.

El diálogo es un flujo de significado. Es una experiencia entre personas que busca aprovechar la inteligencia colectiva.

Con el cambio acelerado que estamos viviendo, cada vez más nos esforzamos para que nuestras empresas tengan éxito a pesar de la continua incertidumbre. Necesitamos redescubrir cómo hablar entre nosotros, es decir, cómo participar en un diálogo real. 

Como líder tienes que aprender cómo crear formas para que tus trabajadores piensen realmente juntos. Para esto, se debe desbloquear el potencial humano aprendiendo a pensar juntos.

A continuación, te presentamos seis claves para asegurar que el diálogo prospere en tu organización.

1. Ten en cuenta que el diálogo es una investigación compartida por iguales.

El diálogo efectivo requiere que todos los participantes tengan la misma posición, participen con empatía y compartan un espíritu de investigación donde los temas se exploren abiertamente y sin juicio.

2. Asume la responsabilidad individual de escuchar.

Al participar en un diálogo, debes suspender tus opiniones y conclusiones existentes. La clave es escuchar para comprender y explorar, y no escuchar para responder.

3. Acepta el hecho de que tu punto de vista no es lo único que importa. El diálogo requiere que las personas piensen juntas en una relación.

El verdadero diálogo existe cuando no tomas tu propia posición como la final. Relaja tu control sobre la certeza y considera las otras posibilidades que existen al estar con los demás. 

4. Recuerda alguna vez que participaste en una gran conversación.

Pregúntate: ¿Qué tenía de especial? Lo más probable es que no implicara discutir un punto de vista, sino el sentido de reflexión. 

5. Desarrolla un significado compartido.

El diálogo tiene el potencial de ayudar a grupos o equipos a alcanzar un mayor nivel de conciencia y llegar a un punto de significado compartido. 

El significado compartido comienza con la evolución de la seguridad de nuestras convicciones individuales a una posición de incertidumbre reflexiva.

6. Empieza con las preguntas.

La única forma de involucrar a los trabajadores es mediante conversaciones y no presentaciones. Por tanto, el primer paso es preguntar: «¿Cuáles son las preguntas más críticas que enfrentamos hoy que debemos abordar para nuestro éxito?»

Ahora es el momento de pensar juntos, entablar un diálogo juntos y lograr un mayor éxito… juntos.

Cuando hablamos, rara vez es de manera profunda, en la mayoría de las conversaciones, intercambiamos información o puntos de vista, en lugar de capturar la inteligencia colectiva. 

El problema que tienen la mayoría de las organizaciones es la incapacidad de las personas para pensar y hablar juntas, especialmente en los momentos críticos. Por supuesto, pensar juntos no es tan fácil como parece. Puedes comenzar con una pregunta: ¿Qué conversaciones necesitamos tener para comenzar el proceso de pensar juntos y descubrir el potencial humano en nuestra organización? Esta sola pregunta puede ser todo lo que necesitas para crear un verdadero diálogo en el trabajo que conduzca a un mayor éxito y un compromiso real.

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Cómo nos atrapa la ansiedad y cómo nos puede liberar

Cómo nos atrapa la ansiedad y cómo nos puede liberar

Carlos es una persona muy trabajadora y además es la envidia de muchos de sus compañeros. Es el gerente general de un negocio grande y exitoso y también es uno de los principales colaboradores del CEO. Siempre realiza un buen trabajo y es muy querido por sus compañeros. 

Pero Carlos tiene un secreto. Él sufre de ansiedad. Lo mantiene despierto por la noche, impacta en su salud, y le requiere mucho tiempo y energía para mejorarlo. Cuando la gente alaba el equilibrio de Carlos durante una presentación importante, no son conscientes de que él sobrevivió a la reunión tomando medicamentos contra la ansiedad. 

Es normal experimentar ansiedad ocasionalmente, como cuando nos enfrentamos a una reunión de alto riesgo, un jefe estresado o un conflicto con un amigo. Pero según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que más de 300 millones de personas sufren depresión y 260 millones de personas presentan trastornos de ansiedad.

Los expertos en salud postulan que, cuando estamos ansiosos, tendemos a quedar atrapados en formas de pensar falsas y limitadas. Estos patrones de pensamiento crean una espiral negativa que puede apoderarse de nuestras vidas. 

A continuación, se muestran los puntos que una persona con ansiedad postula, llamadas trampas de pensamiento. 

  • Catastrófico: Imaginando el resultado posible. “Me despedirán si la presentación tiene problemas técnicos”. 
  • Lectura de la mente: Imaginar lo que otros piensan. “Sé que no le gusta trabajar conmigo porque piensan que soy tonto”. 
  • Adivinanza: Imaginando lo que depara el futuro, pero sin datos. “Los del nuevo grupo me odiarán porque soy el único que no tiene más de dos idiomas”. 
  • Pensamiento en blanco y negro: Considerando solo los resultados posibles. “Si enfermo durante unos días me bajarán el sueldo o si enfermo estaré despedido”. 
  • Sobregeneración: Pintar todas las situaciones con un resultado generalizado. “Yo hice una presentación el año pasado en CEO, y no fue bien. Nunca hago las cosas bien o siempre fallan cuando se trata de audiencias ejecutivas. 

Si una de estas trampas de pensamiento te atrapan, prueba las siguientes estrategias para superarlas. Estas sugerencias no remplazan la necesidad de consultar a profesionales de la salud para un posible diagnóstico y tratamiento de la ansiedad, pero pueden ayudar a romper los patrones de pensamiento negativos, controlando la ansiedad y permitiendo escuchar lo que realmente importa en el trabajo diario. 

  • Pausa el patrón. La ansiedad suele ir precedida de síntomas físicos. Aprender a reconocer tus señales físicas de un ataque inminente: un estómago revuelto, palmas sudorosas o fosas nasales dilatadas.

Cuando notes estas reacciones, cambia conscientemente tus actividades. Involucra la parte pensante de tu cerebro, por ejemplo, haciendo matemáticas. Pero no es algo siempre como 2+2; prueba algo que te desafíe lo suficiente para desviar tu cerebro. 

  • Nombra la trampa. Dale un nombre a tu patrón, ya sea una de las trampas enumeradas arriba o algo que se te ocurra. 
  • Separe el miedo del hecho. Crea una lista en dos columnas. En un lado, enumera todos tus miedos, incertidumbres y dudas. La segunda columna es para hacer hechos verificados. Ser capaz de comparar los dos puede calmar tus miedos y devolverte a la realidad.
  • Cuanta más historias. Hacemos suposiciones, saltamos a conclusiones y contamos nosotros mismos historias todo el tiempo. Contar historias nos ayuda a superar la vida eficientemente, pero también puede ser limitable. Cuando estamos ansiosos, tendemos no solo a creer nuestras propias historias, si no que creemos las formas más extremas y negativas de ellos. 
  • Camina hacia la charla. Pregúntese qué le recomendarías a otros que hagan. 

Todas estas estrategias pueden ayudar en el momento que estás en pánico. Por ello, cuando estés en una reunión de alto riesgo escribe estás tácticas. Cuando notes ese cambio familiar en tu frecuencia cardíaca o sequedad en la garganta, mira tú nota y prueba una de estas estrategias para calmarte. 

En relación con el caso de Carlos, después de 10 meses comenzó a notar cambios. Los ataques de ansiedad fueron menos frecuentes, su diálogo interno cambió de autocrítica a autocompasión, y tenía la energía necesaria para concentrarse en su trabajo diario. 

Es humano experimentar miedos, dudas y confusión. En la dosis correcta estos sentimientos pueden ser útiles: nos mantienen vigilantes, comprometidos y productivos. Pero cuando las ansiedades sobrecargan nuestro cerebro y socavan el rendimiento, es hora de elegir conscientemente las estrategias que nos ponen a cargo de nuestro diálogo interno y sintonizar con el que sí importa. 

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Resiliencia para el resto de nosotros

Resiliencia para el resto de nosotros

¿Sabías que hay dos formas de ser más resiliente? Una es hablando contigo mismo y la otra entrenando tu cerebro.

Si has sufrido un fracaso significativo es importante contrarrestar los pensamientos derrotistas con una actitud optimista, debes desafiar tu pensamiento deprimente y remplazarlo con una perspectiva positiva. Afortunadamente estos fracasos importantes en la vida raramente se presentan.

Pero ¿cómo te puedes recuperar de los errores que son más frecuentes o los retrocesos menos irritantes? La resiliencia sigue siendo la respuesta. Necesitas entrenar tu cerebro.

El celebro tiene un mecanismo muy diferente para recuperarse del costo acumulativo de las molestias diarias. Seguro que alguna vez que te has enfadado has dicho algo que luego has lamentado, esto es una señal de la amígdala, el radar del cerebro para el peligro. Por el contrario, la resiliencia es la rapidez con la que te recuperas de este estado que nos señala la amígdala.

Los circuitos que nos devuelven la plena energía y concentración después de la acción de la amígdala se concentran en el lado izquierdo, mientras que el lado derecho está más activado cuando estamos angustiados o molestos.

Para abordar esto en el lugar de trabajo, un estudio ofreció a unos empleado un método de entrenamiento de atención, que enseñaba al cerebro a registrar todo lo que sucede en el momento presente con enfoque completo, pero sin reaccionar.

Se les dio las siguientes instrucciones:

  1. Busca un lugar tranquilo y privado donde puedas distraerte durante unos minutos, por ejemplo, cerca la puerta de tu oficina y silencia tu teléfono.
  2. Siéntate cómodamente, con la espalda recta pero relajada.
  3. Concentra tu atención en tu respiración, manteniéndote atento a las sensaciones de la inhalación y exhalación, y comenzar de nuevo en la próxima respiración.
  4. No juzgues tu respiración ni intentes cambiarla de ninguna manera.
  5. Distráete con cualquier otra cosa que se te ocurra: pensamientos, sonidos, lo que sea, déjalos ir y vuelve tu atención a tu aliento.

Después de ocho semanas, y un promedio de 30 minutos al día de practicar mindfulness, los empleados mostraban un cambio de relación del derecho estresado hacia el izquierdo resiliente. 

Para obtener el beneficio completo, una práctica diaria de 20 a 30 minutos funciona mejor; piensa en ello como una rutina mental de ejercicios. Puede ser muy útil tener instrucciones guiadas, pero la clave es encontrar un espacio para ello en tu rutina diaria.

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