5 consejos para contar historias que cautiven a tu público
Todos hemos experimentado esos momentos en los que hemos tenido que hacer todo lo posible para escuchar activamente mientras alguien cuenta una historia que parece ser más larga que Moby Dick. Y, ¿qué es peor que eso? Ser tú la persona que divaga sin cesar.
Seamos realistas: no todos somos narradores natos. Pero eso no significa que no nos encontremos con un montón de situaciones diferentes en las que necesitamos serlo. Ya sea que para explicar un momento en que se superó un desafío en una entrevista de trabajo o para compartir una anécdota personal en un evento de networking, todos nos encontramos con esos casos en los que necesitamos elaborar una narrativa convincente.
Entonces, ¿cómo puedes contar una historia que sea interesante y atractiva? Los siguientes cinco consejos son un excelente lugar para comenzar.
1. Engancharlos desde el principio
Independientemente de si estás escribiendo o hablando, una introducción que llame la atención es la primera clave para asegurarse de enganchar a tu audiencia, y esto no significa comenzar con un cliché «Once upon a time» o » Bueno, fue un martes lluvioso … «
Entonces, ¿qué tipo de tácticas puedes emplear para tu presentación? Lo mejor que puedes hacer es comenzar tu historia con algo que sorprenda o intrigue a tu público, ya sea una persona o un auditorio entero.
La clave de una introducción poderosa es conseguir que la audiencia se pregunte cómo sucedió, por qué sucedió y qué hiciste exactamente para solucionarlo.
2. Tener un arco claro
¿Alguna vez has escuchado la historia de alguien y te ha dejad pensando, «Umm, y luego qué …”? Esa persona acaba de realizar una narración sin un arco claro, lo que significa que te quedaste sin resolución o conclusión, y en cambio sentiste que perdías minutos de tu vida escuchando una historia completamente inútil.
No hace falta decir que no quieres ser esa persona que deja a la gente colgando. Entonces, antes de lanzarte a una anécdota que crees es interesante, tómate un momento para confirmar que tu historia tiene un comienzo real, un nudo y, quizás lo más importante, un final.
Lo sé, parece muy simple. Pero, es un paso crucial que a menudo se pasa por alto.
3. “Hazte” interesante
La mayoría de las veces, especialmente para entrevistas de trabajo o charlas profesionales, guardamos nuestras historias en la memoria. Tenemos anécdotas enlatadas listas para sacar de nuestros bolsillos tras cualquier aviso.
Y, si bien esto es útil para garantizar que siempre estás armado y listo con una narración algo interesante, puede tener graves consecuencias en tu entrega. En lugar de parecer involucrado y comprometido en tu propia historia, puedes parecer un robot que recita mecánicamente.
Por lo tanto, por obvio que parezca, haz un esfuerzo para parecer realmente entusiasmado con lo que estás compartiendo. Piensa que, si no pareces estar interesado en tu historia, ¿por qué debería alguien más estarlo?
4. Usa el tiempo presente
Aquí hay un pequeño truco de escritor que puedes usar para hacer que tus historias sean mucho más atractivas: usa el tiempo presente.
No, no importa si estás contando una historia de algo que sucedió hace años. Puedes configurar la escena y luego usar el lenguaje actual para darle a tu historia un mayor sentido de relevancia e inmediatez, lo que mantendrá a tu audiencia mucho más interesada.
5. Cuanto más corto, mejor
Esto va a sonar bastante mal, pero haz un esfuerzo para quedarte conmigo. Como humanos, todos somos bastante egoístas, lo que significa que puede ser difícil para nosotros estar interesados en cosas que no nos involucran directa o personalmente.
Entonces, a menos que estés contando cómo domesticaste a un león salvaje o le estrechaste la mano al Dalai Lama, la mayoría de las personas no estarán tan interesadas en tu historia como tú, lo que significa que la brevedad es importante.
Puedes pensar que todos esos detalles menores son los que realmente le dan a tu narrativa un empuje adicional y un contexto adicional, pero generalmente es mejor dejarlos por completo para mantener tu historia lo más concisa posible.
No todos somos narradores naturales. Pero eso no significa que no nos encontremos con frecuencia en situaciones en las que necesitamos compartir una anécdota atractiva.
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