Líder, ¿cómo encauzar una conversación difícil?

Líder, ¿cómo encauzar una conversación difícil?

A pesar de nuestras mejores intenciones, las conversaciones con frecuencia pueden virar hacia un territorio difícil, produciendo frustración, resentimiento y una pérdida de tiempo y esfuerzo.

La inflexibilidad conversacional puede hacer casi imposible liderar el cambio. En lugar de motivar y facilitar el progreso, exaspera y agota a su equipo. Para tener conversaciones más efectivas, es necesario agregar más herramientas de conversación y aprender a usarlas con habilidad.

A continuación, se muestran ocho estrategias que se pueden utilizar para encarrilar las conversaciones y luego avanzar.

    1. Cambia la relación de “oposición” a “asociación”. En medio de una conversación difícil, es fácil ver a tu compañero de conversación como tu oponente. Intentar reposicionarse, tanto mental como físicamente, para estar al lado de la otra persona, de modo que se centre en el mismo problema es clave. En lugar de acercarse a las conversaciones como un asalto frontal a un edificio vigilado, es mejor llamar cortésmente a la puerta del castillo, donde es más probable ser bienvenido.

    1. Replantea tu propósito de “convencer” a “aprender”. Las conversaciones a menudo se desvían cuando intentamos que alguien adopte nuestra visión o enfoque. Cuando nuestro propósito es hacer que otra persona vea las cosas a nuestra manera, es probable que se resistan, y la discusión bloquea el aprendizaje y envía las conversaciones a una zanja. No importa lo bien hablados y lógicos que podamos ser, no podemos entender y resolver el problema sin explorar cómo lo ve la otra persona. Cada vez que usamos la persuasión como su objetivo conversacional, se vuelve ineficaz. El cambio consciente a un modo de aprendizaje nos ayuda a obtener la perspectiva que necesitamos para ser creativos, colaborar y avanzar la conversación.

    1. Verbaliza tu intención. La transparencia ayuda a facilitar conversaciones productivas. Comparte tu propósito y lo que esperas lograr con tu interlocutor. Pregunta qué les gustaría obtener de la conversación. Se explícito, no solo sobre el tema y el resultado deseado de la conversación, sino también sobre el proceso.

    1. Evita suposiciones. Pregúntale a alguien que acaba de tener una conversación difícil qué salió mal, y es probable que te describan lo que creen que estaba en la mente de la otra persona: «Está totalmente concentrado en su propia carrera y no le importa si el equipo tiene éxito», por ejemplo. Las suposiciones que hacemos sobre las intenciones de otra persona generalmente revelan más sobre nosotros mismos que sobre lo que sucede en su mente. Hacer suposiciones también limita nuestra efectividad porque nos impide entender completamente la situación y reduce el rango de soluciones que consideramos.

    1. Examina la perspectiva del otro con franqueza y curiosidad. Para comprender la perspectiva de tu compañero de conversación, es necesario desactivar la actitud defensiva y activar la curiosidad. Evita hacer preguntas importantes y cerradas y haz preguntas abiertas.

    1. Reconoce tu parte. Es muy fácil identificar lo que la otra persona ha hecho mal, pero es mucho más difícil identificar la propia contribución al problema. Pero reconocer tu parte demuestra cómo asumir la responsabilidad y alienta a otros a hacer lo mismo.

    1. Aprende tus A-BCDs (E-CDDm). Se han identificado cuatro comportamientos de comunicación que descarrilan las conversaciones de manera consistente, conocidos como “los cuatro jinetes del apocalipsis». Es importante aprender a: Evitar la Culpa, el Desprecio, estar a la Defensiva y ser un “Muro”. La actitud defensiva aparece cuando negamos la responsabilidad de nuestra propia contribución a la conversación difícil. El “muro de piedra” puede tomar varias formas, incluida la pasividad, evitar un tema determinado, negarse a participar o contribuir a la discusión, o retener información relevante. Si te involucras en alguno de estos comportamientos, es importante volver a concentrarse en lo que se está tratando de lograr y recordar que examinar los problemas difíciles con franqueza y curiosidad, aunque a veces sea incómodo, es clave para tener conversaciones productivas. Discute los cuatro comportamientos con su equipo y acepta que os responsabilizarán mutuamente por evitarlos.

  1. Busca información para resolver problemas. Los seres humanos estamos motivados para preservar y proteger nuestra autoestima, por lo que la retroalimentación puede ser difícil de recibir. Tendemos a rechazar la información que amenaza nuestra identidad y, por lo tanto, no aprendemos de ella.

La práctica de cualquiera de estas técnicas aumentará tu capacidad para tener conversaciones productivas sobre incluso los problemas más difíciles o polémicos. El objetivo es incorporar las ocho en tu repertorio, aumentar tu agilidad conversacional y mejorar tu capacidad para influir en sus colegas.

Habilidades

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Universidades Corporativas: El futuro son las comunidades de aprendizaje y colaboración

UNIVERSIDADES CORPORATIVAS: EL FUTURO SON LAS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE Y COLABORACIÓN

Desde hace poco más de una década, el concepto de Universidad Corporativa, proveniente de los Estados Unidos, se ha extendido a lo largo de todo el mundo y, en Europa, se ha multiplicado su número y diseñado nuevos sistemas para sacar provecho de esta herramienta estratégica que se ha demostrado muy efectiva.

Este tipo de entidades educativas, vinculadas a empresas o corporaciones, imparten formaciones y crean redes de conocimiento, aprendizaje y colaboración que fomentan el desarrollo personal y organizacional, ayudan a desarrollar habilidades y a crear consistencia en la cultura organizacional, la estrategia y son capaces de aportar valor, cohesión y eficiencia a través del aprendizaje a cualquier organización.

Pero no sólo eso: en el desarrollo y evolución de estas Universidades a lo largo del tiempo, se ha diversificado el potencial de estas, permitiéndoles asumir funciones y tareas que, tradicionalmente, eran llevadas a cabo por diferentes departamentos de la organización. Así, de la formación como único objetivo han pasado a ser un buen espacio para la prospección y la contratación de personal, como para la identificación de nuevos liderazgos en la empresa, la mentorización de miembros de la organización con potencial o la detección de necesidades en la corporación, entre otras áreas como la gestión de la información y el conocimiento de la organización.

Además, acometer un cambio estratégico o cultural apoyándose en redes de conocimiento y aprendizaje proporciona ventajas claras en cuanto a homogeneización, motivación, adquisición del lenguaje propio de la empresa o la introducción de nuevos términos o cambios en los mismos, etc. En este sentido, también es necesario destacar su papel en la difusión y propagación de la responsabilidad social de la corporación y su ética como organización, tan relevante en nuestros días.

Todo esto arroja una perspectiva de futuro muy interesante para las comunidades o redes de aprendizaje como facilitadoras del necesario e inevitable cambio que acompaña a esta 4ª Revolución Industrial, que tiene tanto de tecnológico como de estratégico y cultural. La colaboración que fomentan las lleva a ser las herramientas perfectas para expandir las capacidades de las organizaciones que las mantienen y, dado que el activo más valioso para cualquier corporación son las personas, no hay duda de que estas comunidades permiten ganar unas ventajas competitivas necesarias en un mercado tan vertiginoso como lleno de oportunidades, aumentando su valor.
Para las estructuras Corporativas, se presagia una evolución importante hacia 2 tipos de sistemas nuevos:

  • Lo que se ha dado a conocer como las “Stackholders University”, que, además de trabajadores y/o miembros de la corporación, también se dirigen a todos las partes interesadas relevantes, ampliando el capital social de la empresa, creando valor más allá de los rendimientos financieros (relaciones, conocimiento, innovación…) mientras siguen desarrollando el capital humano y los procesos de formación de la organización. Para lograrlo, estas nuevas estructuras deben crear redes integradas y distribuidas a nivel global, que incluyan a empleados, clientes, proveedores, socios, profesionales, académicos e incluso a otras instituciones.
  • Otro modelo emergente es la “Multiversidad”, que se define como una organización educativa que se construye a partir de varias: con necesidades y objetivos diferentes, diferentes currículos académicos y profesionales, y diversos métodos de enseñanza y tecnologías.

Aunque ambos modelos tienen similitudes y diferencias, hay algo que les une: están diseñados para ampliar las capacidades de la organización a través de la formación como herramienta estratégica.
De todas formas, las organizaciones aún se deben enfrentar nuevos retos, por lo que todavía hay mucho espacio para la innovación y el desarrollo en este campo y en la propia naturaleza del aprendizaje.
 

Estrategia Corporativa: Maximiza el rendimiento de cada unidad de negocio

ESTRATEGIA CORPORATIVA: MAXIMIZA EL RENDIMIENTO DE CADA UNIDAD DE NEGOCIO

La estretegia corporativa es un conjunto de decisiones que las corporaciones toman para generar valor en sus negocios a través del tiempo. Éste es un indicador crucial del rendimiento económico para organizaciones con diferentes ramas de negocio.

Solamente uno de cada cinco ejecutivos senior declara que su corporación tiene establecido un proceso efectivo para desarrollar y revisar la estrategia corporativa y tan sólo uno de cada tres que integran la revisión de la estrategia de cada unidad de negocio con la estrategia corporativa, cuando estudios recientes ponen de manifiesto que la estrategia corporativa tiene más influencia en el rendimiento económico de la unidad de negocio que el propio sector del mercado en el que esta unidad compite.

A menudo, las organizaciones tienen problemas con la estrategia corporativa porque los ejecutivos carecen de una visión clara sobre cómo las diferentes partes del negocio se unen para generar beneficio económico. Un simple marco de trabajo puede ayudar a sus líderes a entender la relación entre las estrategias corporativas y las de cada unidad de negocio.

Cuatro Lógicas en la Estrategia Corporativa

Según la publicación de la MIT Sloan Management Review “Four Logics of Corporate Strategy” (Cuatro Lógicas de la Estrategia Corporativa), la ubicación en una simple matriz, creada en base a la dependencia de cada unidad de negocio a la corporación a la que pertenece y a las demás unidades de negocio de esa corporación, puede ayudar a maximizar el rendimiento de todas las unidades de negocio estableciendo cómo cada una de ellas se implica con las otras para integrarlas efectivamente en la estrategia corporativa.

Esta matriz se compone de 2 ejes:

    • El vertical, que refleja la dependencia de las Unidades de Negocio en los recursos de la Corporación. Para situar a una organización de manera efectiva en este eje, debemos considerar qué capacidades y recursos de la misma tienen una influencia crucial en el rendimiento económico de cada unidad de negocio y hasta qué punto estas últimas tendrían la posibilidad de funcionar de manera exitosa independientemente de la influencia de la corporación ‘madre’.
  • El horizontal mide la dependencia de una Unidad de Negocio en las demás y, por tanto, el grado en que la actividad de una unidad de negocio afecta a las demás indica en qué posición de este eje situar a la corporación.

Combinando estas dimensiones, obtenemos cuatro maneras diferenciadas o ‘Lógicas’ con las que atacar la estrategia corporativa:

    • Portfolio: Los conglomerados de empresas tradicionales se guían por esta lógica de alto nivel de independencia de cada unidad de negocio.
    • Influencia: Con esta lógica, las empresas se apoyan en los recursos, la marca, la tecnología, etc. de la corporación a la que pertenecen.
    • Federal: Esta lógica engloba a empresas que carecen de una gran corporación donde integrarse, pero se unen para intercambiar posibilidades de negocio, hacer presión a los reguladores o compartir conocimientos y/o procesos.
  • Integrativa: Cuando las unidades de negocio de una corporación dependen de manera clara de los recursos de ésta y, además, están fuertemente ligadas a la actividad de las demás unidades de negocio de la misma, se encuentra en una lógica integrativa en cuanto a su estrategia corporativa.

No todas las empresas u organizaciones que se engloban en cada cuadrante de esta matriz actúan de la misma manera ni tienen el mismo nivel de dependencia entre unidades de negocio o entre estas y la corporación matriz, y la relación entre las diferentes partes del negocio puede evolucionar y cambiar a lo largo del tiempo. Es por eso por lo que no sólo es importante saber donde se sitúa una organización en el presente, sino hacia donde quiere evolucionar. Es así como los directivos y líderes de esta podrán desarrollar una estrategia adecuada para cada negocio individual y para la empresa en su totalidad.

Estrategias diferentes para Lógicas diferentes

Una vez acordada la lógica que sigue la corporación, llega el momento de planificar una estrategia de cara a implementarla y, para ello, se deben articular una serie de prioridades estratégicas que sirvan para guiar las actividades, las inversiones y las prioridades de toda la organización. En la siguiente imagen, en azul se encuentra una pequeña guía sobre la forma que debería seguir la estrategia corporativa y, en color anaranjado para las unidades de negocio:

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Cómo convertir la estrategia empresarial en resultados

CÓMO CONVERTIR LA ESTRATEGIA EMPRESARIAL EN RESULTADOS

¿Cómo pueden los líderes traducir la complejidad de la estrategia en algo simple y lo suficientemente flexible para ejecutarla con éxito? Dicen los expertos que, para conseguir los resultados deseados, en vez de tratar de reducir a una única meta la estrategia empresarial, es mejor desarrollar un conjunto de prioridades que todos respalden.

La estrategia es inherentemente compleja. Lo vemos en los informes y los marcos que usan las empresas para describir sus elecciones estratégicas y cómo las conectan entre sí. Describir una estrategia es siempre complejo, pero su ejecución requiere simplicidad. Una buena estrategia de ejecución debe proporcionar una guía concisa y, a su vez, permitir que los líderes tengan flexibilidad para aprovechar las nuevas oportunidades que puedan surgir, mitigar riesgos inesperados y adaptarse a las condiciones locales de su caso particular.

La estrategia hecha simple

Comúnmente se utiliza un resumen de la estrategia empresarial, reduciéndola a un número limitado de elementos fundamentales que reúnen las características básicas que definen la organización. Por ejemplo, un resumen muy común de tres elementos es el siguiente: clientes objetivo (quién), la propuesta (qué) y la manera en que la compañía entregaría, vendería y distribuiría sus productos o servicios (cómo). Sin embargo, estas estrategias simples no funcionan para las empresas que compiten en negocios múltiples, atienden a clientes variopintos o se encuentran en medio de una transición estratégica.

Prioridades estratégicas

Las prioridades estratégicas deben estar enfocadas hacia el futuro, orientadas a la acción y deben centrar la atención en los factores que sean los más importantes para el éxito de la organización en los próximos años. Para establecer una agenda estratégica e impulsar su implementación de manera efectiva, las prioridades estratégicas deben equilibrase con un liderazgo flexible, además de luchar contra la inercia habitual de la organización y unificar las partes dispares de la misma.

Los siete factores más importantes a tener en cuenta son:

  1. Limitar el número de prioridades a un puñado (de 3 o 5 prioridades)
  • Hay que permitir que se entiendan, se comuniquen y se recuerden con mayor facilidad
  • Centrar la atención, esfuerzo y recursos en las cosas que son más importantes ahora
  • Sirven de parámetros dentro de los que se debe trabajar
  1. Enfocarse a medio plazo (de 3 a 5 años)
  • Las prioridades estratégicas actúan como un puente entre las aspiraciones a largo plazo, incorporadas en una misión, y los objetivos anuales o trimestrales.
  • Las metas anuales son demasiado tácticas, y las metas a largo plazo son demasiado abstractas para dar pautas.
  • Una vez establecidas las prioridades a medio plazo, es importante enfocarse en ellas.
  1. Enfocarse hacia el futuro
  • Se deben enfocar en iniciativas que ayuden a la empresa a tener éxito en el futuro, no en reforzar modelos empresariales o estrategas que funcionaron en el pasado.
  • El éxito futuro requiere normalmente de innovación y de cambio, los cuales requieren de atención continuada y esfuerzo.
  • Lograr el equilibrio adecuado entre mantener el legado del negocio y construir para el futuro requiere de juicio
  1. Tomar las decisiones difíciles
  • La estrategia tiene que ver con la elección, y las prioridades estratégicas deben abordar de frente las concesiones más importantes y difíciles con las que se enfrenta la empresa.
  1. Abordar vulnerabilidades críticas
  • Se deben identificar los elementos de su propia estrategia que son los más importantes para el éxito y los que tienen mayor probabilidad de fallar en su ejecución.
  • Es importante tener en cuenta los elementos de la estrategia que están en riesgo debido a factores externos (como las preferencias cambiantes de los clientes, las tecnologías disruptivas o los nuevos participantes) y los desafíos internos (necesidad de cambio de cultura, complejidad organizativa o necesidad de desarrollar nuevas competencias)
  1. Proporcionar directrices concretas
  • Las directrices deben ser lo suficientemente concretas como para que los líderes de la organización sean capaces de utilizar las prioridades estratégicas para decidir en qué se quieren enfocar, qué no se debe hacer y qué debe dejar de hacer.
  • los líderes deben comenzar con las acciones clave necesarias para ejecutar su estrategia y traducirlas en cuantificables para que den una orientación concreta sobre cómo se identificará el éxito. La cuantificación es importante.
  1. Alinear el equipo de liderazgo
  • Las prioridades estratégicas deben proporcionar un marco de cómo la empresa, en su conjunto, conseguirá el éxito. Para ello, todos los miembros del equipo de liderazgo de la organización deben estar conformes con dichas prioridades.
  • Si los líderes persiguen objetivos que no están alineados entre sí, los desacuerdos se filtrarán y los distintos equipos trabajarán con propósitos cruzados.

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Comunidad y Redes Sociales: diferentes y necesarias al mismo tiempo

Si quieres saber la diferencia entre una Red Social y una Comunidad, pide a tus amigos de Facebook que te ayuden a pintar tu casa”. Con este ejemplo tan sencillo y explicativo, Henry Mintzberg abre su artículo para Harvard Bussiness Review.

Las Redes Sociales nos conectan unos a otros, nos facilitan la comunicación, pero no son sinónimos de Comunidad. La palabra Comunidad siempre ha sido utilizada para referirse a un grupo de personas que ocupaban un mismo territorio, compartían unos hábitos y una forma de vida concretos, tenían una historia común y se preocupaban los unos por los otros. Sin embargo, últimamente se ha puesto de moda esta palabra para designar a lo que en realidad son Redes: gente con intereses comunes, pero no con los mismos valores, historia o recuerdos.

Mitzberg utiliza el ejemplo de los movimientos sociales, en los que las redes sociales han jugado un importante papel en los últimos años. Sin embargo, como aseguró un egipcio en un artículo de Thomas Friedman para The New York Times sobre la Primavera Árabe, “Facebook ayudó mucho a la gente a comunicarse, pero no a colaborar”. Y como explica Mitzberg, aunque estos grandes movimientos crean conciencia sobre la necesidad de cambio, son las pequeñas iniciativas llevadas, a cabo por grupos más pequeños, las que acaban  marcando la diferencia.

Llevado al terreno empresarial, las compañías más eficientes son las que funcionan como una Comunidad, no como una colección de recursos humanos. Por supuesto, las empresas necesitan Redes Sociales que faciliten la comunicación entre sus diferentes empleados; pero esto no es suficiente para crear una Comunidad. Y es que, más allá de la comunicación, la colaboración es crucial.

Tendemos a hablar mucho de la importancia del liderazgo, pero la Comunidad es más importante. Un buen líder debe promover la creación y fortalecimiento de la Comunidad. Para esto, las Redes Sociales son imprescindibles, pero bien gestionadas y dirigidas a la creación de Comunidad. Según Mitzberg, aunque las Redes Sociales son maravillosas para comunicarnos, pueden tener un efecto negativo en la colaboración, a no ser que se gestionen con cuidado.

De esta manera, para que una empresa funcione eficientemente, necesitamos Redes Sociales y Comunidades al mismo tiempo. Las dos se complementan mutuamente y es gracias a una que se puede crear la otra.

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