¿Eres de las personas que prefiere comprar el último móvil de modelo, unos nuevos pares de zapatos, o viajar al primer lugar que se te ocurra en vez de ahorrar, imaginar y planificar tener una vida más cómoda para el futuro? Si este es tu caso, no te preocupes no eres el único.
Una peculiaridad que nos caracteriza como seres humanos, es el preferir gastar en vez de ahorrar, no es que nos encante despilfarrar, sino que nos hemos acostumbrado a una gratificación inmediata en lugar de esperar a obtener ganancias más adelante. Además, nuestra cultura hoy en día está repleta de tecnología y vías que facilitan el acceso instantáneo, desde recibir un nuevo producto a la puerta de tu casa en cuestión de horas, en obtener respuestas tan solo buscando en internet a millones de dudas que podamos tener, y muchas cosas más, la cuestión es que las próximas generaciones estarán acostumbradas a estas facilidades y no estamos preocupados por enseñarles a retrasar tal gratificación.
¿Gastar en vez de ahorrar nos caracteriza ciertamente como humanos?
Los científicos se han preocupado por buscar respuestas a estas cuestiones, y están detectando algunas diferencias entre los cerebros de aquellas personas que suelen gastar más y aquellas que prefieren ahorrar, específicamente se han enfocado en áreas del cerebro que se encargan de predecir consecuencias, procesar el sentido de recompensa, controlar la memoria y predecir la motivación.
Con todo esto tampoco nos estamos refiriendo que aquellas personas que prefieran gastar sean irracionales, de hecho, psicólogos y economistas se están encargando de buscar otra explicación a este enigma identificando rasgos y tipos de personalidad que en sí diferencian a las personas que gastan con las personas que ahorran, presentando que lo que sucede con aquellos que terminan gastando en realidad no saben cómo prevenir las consecuencias de sus gastos.
Aprovechando estas aproximaciones, los neurocientíficos han llegado a mapear los circuitos de gasto y ahorro con tanta precisión que han probado desactivar el gasto y aumentar el ahorro en algunas personas que participaban en la investigación, logrando que dejen de gastar como estaban acostumbrados y haciendo que lleguen a ahorrar como nunca habían pensado. Por lo que están descubriendo como destapar los secretos que posee la materia gris que es responsable de algunas de decisiones las importante que solemos tomar, a esta área la denominan ¨Cerebro del dinero¨
Una vez tu cerebro logré reconectar el placer con las recompensas postergadas, estarás en un buen camino hacia el futuro.
Paul Glimcher, neuroeconomista de la Universidad de Nueva York, realizo un experimento para poner a prueba el retraso voluntario de la gratificación. Consistía en dar a elegir $20 en ese momento o más dinero después, (que podía ser $20,15 hasta $110) a una docena de personas. Por una parte, se encontraba una persona que decidió esperar, y termino por recibir después de un mes $21, lo que significa que a pesar de lo que obtuvo, es una persona que suele retrasar la gratificación, y por otra parte, en el otro extremo se encontraba una persona que estaba dispuesta a esperar, solo si recibía un adelanto de $68, a quien los economistas catalogan como una persona que le da un menor valor al dinero que tendrá a futuro que el que puede obtener al día de hoy, es decir, cuando espera algo, lo quiere en el momento y no para después.
Entonces se preguntarán, ¿Cómo hacer para que ambas regiones estén involucradas con las recompensas del futuro como los están con las recompensas inmediatas? Pues es una de las dianas que buscan atinar los científicos.
Un estudio clásico de finales de los 60s dirigido por Walter Mischel de la Universidad de Stanford, el cual se ha replicado en varias oportunidades, y recientemente se volvió viral por las redes sociales, es el que consistía en ofrecer un malvavisco a niños de 4 años, y le daban a escoger entre dos opciones, podrían comérselo en el momento, o esperar unos minutos al experimentador que saldría de la habitación y al volver si no se había comido el malvavisco le daría otro más. Después de varios años, los niños habían tomado la decisión de esperar el otro malvavisco, alcanzaron puntuaciones más altas en los exámenes de admisión para las universidades, lo que sustenta la teoría de que algunos aspectos de la inteligencia emocional y el control de impulsos se encuentra relacionado con el rendimiento académico. Además, poseían menos probabilidades para desarrollar obesidad o de caer en adicciones a drogas ilegales.
Los participantes del estudio de los malvaviscos serian evaluados cada 12 años, y en la actualidad ya poseen 40 años. En otro de los estudios realizados sobre gratificación retrasada, el Psicobiólogo BJ Casey del Weill Cornell Medical College, llegaron a reunir a 59 de los participantes originales, esta vez replicando el experimento, pero con una versión adaptada para adultos. Haciendo uso de la RMf, examinaron las discrepancias en la actividad cerebral entre los grupos de personas que retrasaban la gratificación y aquellos que preferían las recompensas inmediatas.
Los resultados arrojaron que, aquellas personas que retrasaban la gratificación, la corteza prefrontal reflexiva y racional del cerebro se encontraba mucho más activa, de la misma forma que la circunvolución frontal inferior derecha, que es la que se encarga de inhibir los impulsos de desear todo para el momento. Mientras que, los participantes a quienes les costaba mucho más retrasar la gratificación mostraban una menor actividad en ambas áreas, pero también, una actividad mayor en áreas del sistema límbico, las cuales responden a la gratificación instantánea.
El primer paso para aprovechar las ventajas del ahorro es poder precisamente aprender a fortalecer aquellas áreas que se han identificado y comprobado que están relacionadas en el proceso de la toma de decisiones
Más estudios que se han realizado relacionados con este tema, demuestran que la pieza fundamental para hacer que nos preparemos para aplazar la gratificación en el ahora para poder ahorrar para un futuro, es la labor que desempeña la corteza prefrontal. La función de la Corteza Prefrontal Dorsolateral (CPD) es precisamente enviar mensajes de ¨calma¨ a las regiones que se encargan de producir los impulsos de ¨lo quiero ahora¨. Lo que pudieron observar en algunos estudios donde utilizaban imanes potentes para inhabilitar la actividad de la CPD en humanos, llegaban a volverse más impulsivos; mientras que, si llegaban a activar esta zona artificialmente, las personas decidían ahorrar y esperar para el después.
En la actualidad, La Universidad de Nueva York y la Universidad de Columbia, se encuentra haciendo uso de la Estimulación Magnética Transcraneal (TMS), una tecnología zapping no invasiva, la cual consiste en introducir una corriente eléctrica débil en ciertas regiones del cerebro. Esto les permite a los científicos a identificar las áreas del cerebro que son responsables de funciones determinada, es decir, si intentan tocar algún área específica y la inhabilitan, la persona no podrá ejecutar las funciones que tenía ese lugar en concreto.
De momento, los científicos que dan uso de esta herramienta de TMS, no se han dirigido y probado esta tecnología en un centro comercial para dirigirlo a las personas en plena acción de gasto y consumo, disminuyendo sus ahorros casi en su totalidad, aunque la idea resulte atractiva.
En vista de la situación, los investigadores siguen buscando la manera más práctica para dar lugar a un cerebro que tenga habilidad suficiente para ahorrar. Una de las aproximaciones a estas intenciones, ha sido el descubrimiento de Paul Zak de la Universidad de graduados de Claremont, donde llego a observar que el tamaño de la CPD es diferente entre personas, así como también, el número y la fuerza de conexiones que posee con los circuitos del mesencéfalo. En estudios sobre plasticidad cerebral en cerebros de adultos, se ha puesto en evidencia que se debería poder aumentar el número o la fuerza de estas conexiones, de tal forma que el mesencéfalo pueda recibir señales más calmantes.
La memoria también se encuentra implicada en este proceso, y es que algunos estudios sugieren que aquellas personas con una buena memoria a corto plazo, tiene relación con la capacidad de visualizarse en un futuro y poder planificarse mejor, lo que resulta uno de los pasos fundamentales para poder ahorrar, seguramente porque para alcanzar objetivos debemos de tenerlos en cuenta. El psicólogo Warren Bickel de Virginia Tech, demostró en un estudio reciente que realizó con personas a las que sometió a ejercicios que le ayudaran a mejorar la memoria, que solían desarrollar una percepción de esperas las largas, de tal manera que valoraban más el futuro.
Precisamente, uno de los participantes originales del experimento de los malvaviscos, habría logrado desarrollar esa capacidad. Sin embargo, muchos de los niños que en su momento preferían comer el malvavisco antes de esperar, aprendieron a aguantar las tentaciones de la gratificación inmediata para cuando eran adultos. Esto quiere decir que el no poder retrasar la gratificación no significa que estemos condenados a siempre ser así.
Aunque un cerebro llegue a comportarse de cierta manera no quiere decir que estará siempre programado para hacerlo, puede cambiar eventualmente. Inclusive, desde pequeños, es una habilidad que se puede empezar a entrenar, enseñarle un niño a adelantar las tareas y los estudios, por ejemplo, puede ayudarle a tener mejores calificaciones para el próximo mes; enseñarles a los niños que ahorrar una pequeña parte para comprar algo mejor en otra ocasión en vez de gastarse todo inmediatamente, les ayuda a desarrollar la fuerza de voluntad y a tener paciencia a medida que se va aplicando a la práctica, ya que es un aspecto que es aprendido.
Asimismo, Zak en otros de sus experimentos, pone en evidencia la función de la oxitocina, la famosa hormona del amor, que en estos casos ayuda a que las personas desarrollen más paciencia, de tal manera que antes de ofrecer $10 ahora o $12 después, les administraba una inyección de la hormona, y la respuesta de estas personas era que preferían esperar un 43% mas para llegar a ese después.
Otras de las interpretaciones que le dieron, es que aquellas personas que prefieren ahorrar, quizás es porque son más felices y tienen más apoyo social, datos relacionados con la oxitocina, además, esta hormona nos ayuda a reducir la ansiedad, por lo que quizás algunas de las decisiones que tomemos durante los efectos de ella sean más convenientes para nosotros mismos.
Los científicos sugieren que reducir los niveles de ansiedad en sí mismos podrían ayudarnos a ser más ahorrativos.
Las nuevas generaciones se muestran en diferentes estudios como personas que suelen ser menos pacientes y más impulsivos, donde un estudiante universitario solo espera graduarse para conseguir un trabajo donde puedan tener una buena ganancia o donde puedan conseguir aumentos significativos, pensarían en aprovechar de su juventud y ahorrar más adelante en el futuro, es una de las opiniones de Antony Davies de la Universidad de Duquense, que también habla del factor inexperiencia, ya que los jóvenes tienen poco conocimiento sobre cómo será su vejez y que les espera a esas edades, para ellos 20 años es percibido como una eternidad. Por lo que, los últimos descubrimientos científicos que hemos mencionado podrían influir en disminuir las probabilidades que podrían dejar en desventaja a esta generación.
Aun así, la ciencia sigue investigando cómo poder identificar si las últimas generaciones son totalmente diferentes a las anteriores, ya que las condiciones actuales de compras instantáneas y al alcance de un click, además de complacer nuestro deseo de gratificación inmediata, lo incita para que se siga repitiendo la conducta. Bickel de Virginia Tech, comenta que cuando una persona vive rodeada de límites tan cortos de tiempo, lo esperable es que su prioridad sea satisfacer sus deseos lo más rápido posible y no dejarlo para despues, a no ser que sea consciente de sus consecuencias y pueda controlar sus impulsos.
Sin embargo, lo que nos está enseñando la tecnología, es que la gratificación instantánea es mas divertida y por lo tanto más atractiva, pero ¿Vale la pena tomar el riesgo de gastar?
Comentarios recientes