por admin | Sep 3, 2020 | Liderazgo
Es un error común, tanto en los libros como en los artículos de empresa y administración, que el sentido de propósito sea lo que más importa cuando se trata de involucrar a los empleados para la colaboración interpersonal. Muchos líderes que están preocupados por atraer y retener a los mejores talentos creen que nada motiva a las personas tanto como el hecho de tener la oportunidad de cambiar el mundo.
Las últimas investigaciones, revelan que el propósito es tan solo un factor contribuyente. No obstante, el nivel y la calidad de la colaboración interpersonal, en realidad, tienen mayor impacto en el engagement de los empleados.
En este post, vamos a explorar por qué la colaboración interpersonal tiene ese efecto y qué comportamientos se pueden adoptar y practicar para fomentarla.
El poder de
la colaboración interpersonal
¿Cómo se puede establecer y fomentar altos niveles de colaboración y compromiso interpersonal en tu empresa? Es un proceso escalonado: primero, debes establecer una base sólida al identificar, adoptar y recompensar los comportamientos de liderazgo que mejoran la seguridad y la confianza psicológicas. Esa es una condición necesaria, pero no suficiente.
Una vez que se
establece la confianza, debe inculcar un sentido de propósito: la convicción de
que el trabajo realizado tiene significado e impacto. Y una vez que se
establece el propósito, debe generar energía, un entusiasmo diario dentro de la
fuerza laboral.
Cuando analizamos los resultados de líderes que aplican el poder de la colaboración interpersonal, encontramos que los líderes que tomaron estos pasos vieron una mayor participación que los que no lo hicieron.
Construyendo
seguridad y confianza
La confianza
permite que las personas asuman riesgos y colaboren en la búsqueda de objetivos
aspiracionales. Los líderes pueden hacer que sea más fácil para los empleados
confiar en ellos y entre ellos al establecer la seguridad psicológica: la
sensación de que las personas pueden ofrecer críticas constructivas o una nueva
idea en un grupo sin correr el riesgo de desaprobación o rechazo.
Cuando se crea esa seguridad psicológica, se está reduciendo los frenos y permitiendo la confianza, pero aún no se está presionando el acelerador y motivando a las personas a colaborar. ¿Qué más es necesario?
Creando el
propósito
Una vez que las
personas tienen un sentido de confianza, es mucho más fácil para los líderes
ampliar la apertura y mostrar a los empleados cómo el trabajo que realizan es
importante para la organización y el mundo exterior. Los líderes logran esto no
solo dando a las personas tareas inherentemente significativas (que no siempre
es posible) sino también creando un contexto para una colaboración significativa.
Los gerentes pueden usar este enfoque para crear un contexto en el que las personas vean el valor de lo que están haciendo y se sientan parte de algo más significativo que, por ejemplo, cumplir un plazo o mantenerse dentro de un presupuesto.
Energizando a
las personas
Una vez tenemos buenos niveles de confianza y propósito, los líderes pueden centrar su atención en dar energía a los empleados. Este es el proceso de motivar a otros para que den lo mejor de sí mismos para trabajar y comprometerse plenamente con sus colegas. La investigación muestra que la energía es un estimulador clave de las conexiones de trabajo y la colaboración interpersonal de alta calidad.
Sabías que a diferencia de lo que crees las personas que energizan no tienen por qué ser siempre las más carismáticas en una habitación. Es por eso, que pueden ser difíciles de detectar. Los obstáculos para identificar los energizantes por rasgos de personalidad significan que las empresas necesitan otras formas de identificarlos.
Los líderes a menudo subestiman el poder de los comportamientos energizantes. Pero, después de ver toda la investigación, se ha descubierto que su éxito no está impulsado por su capacidad de hacer que las cosas sucedan, sino por su capacidad de atraer ideas, oportunidades y personas con talento.
por Valuexperience Community Manager | Sep 3, 2019 | elearning, Habilidades 4.0
Siguiendo con lo que hablamos en la primera entrega del post, la conclusión a la que llegamos es que la calidad de los procesos relacionados con las tareas parece ser un factor importante para decidir si la dispersión se convierte en un pasivo o una oportunidad en los equipos virtuales.
Además de los procesos relacionados con
tareas, las empresas deben garantizar que los miembros del equipo se
comprometan con los objetivos generales, se identifiquen con el equipo y apoyen
activamente su espíritu. Es decir, los
procesos socioemocionales también son importantes. Sobretodo en equipos físicamente
dispersos, donde las diferencias
interpersonales son una mayor amenaza para la estabilidad social del equipo
debido a la mayor dificultad para resolver conflictos a través de las fronteras
geográficas.
Dichas
dificultades pueden, a su vez, desmotivar a los miembros para que no
contribuyan completamente, poniendo en peligro el rendimiento del equipo. Los
procesos sociales que aumentan la cohesión del equipo, la identificación y la
comunicación informal pueden evitarlo al ayudar a establecer y mantener
vínculos interpersonales que permiten a un grupo enfrentar mejor los
conflictos.
Los procesos sociales son capaces de mejorar el rendimiento de los equipos virtuales y situados. Sin embargo, no hay indicación de que los equipos virtuales con procesos socioemocionales favorables superen a los equipos situados con niveles similares de los mismos procesos. Así, aunque los procesos socioemocionales no son un factor diferenciador, probablemente faciliten más procesos relacionados con tareas (y, por lo tanto, mejoran indirectamente el rendimiento de los equipos virtuales) mediante, por ejemplo, una mayor transferencia de conocimientos y una mejor resolución de los conflictos de equipo.
Lo que se debe y lo que no se debe hacer para gestionar la dispersión
Para
mejorar el desempeño de tus equipos, necesitas implementar los mecanismos
apropiados para impulsar los procesos socioemocionales y los relacionados con
las tareas. Especialmente para los equipos virtuales, los líderes deben prestar especial atención a los procesos relacionados con
tareas que aprovecharán el conocimiento especializado y la experiencia de
dichos grupos. Las siguientes lecciones
clave pueden ayudarte a maximizar el
rendimiento de tus equipos virtuales:
- No subestimes el significado de las
distancias cortas.
El
rendimiento es notablemente menor para los equipos con personas ubicadas en el
mismo edificio, pero en pisos diferentes en comparación con los equipos donde
todos los miembros están en el mismo piso. Esto es cierto con respecto a la efectividad
(es decir, la calidad del rendimiento del equipo) y la eficiencia
(en términos de tiempo y costo). Los líderes de los equipos subestiman regularmente la importancia de
las pequeñas distancias. Tienden a
tratar a los miembros del equipo ubicados en diferentes pisos o en un edificio
adyacente como si estuvieran en una proximidad directa, y no reconocen los
efectos negativos de estas distancias comparativamente pequeñas. En
contraste, los grupos que están dispersos en un país o continente son más
conscientes de su situación y pueden hacer esfuerzos adicionales para mejorar
procesos vitales como la comunicación y coordinación relacionadas con la tarea.
- Enfatiza las habilidades de trabajo en
equipo.
Claramente,
una de las razones clave para organizar un equipo disperso es recurrir al
conocimiento superior que reside en ubicaciones remotas. Pero muchas empresas
cometen el error formar estos equipos principalmente sobre la base de la
experiencia y la disponibilidad de las personas. En cambio, los líderes también deben considerar las
habilidades sociales, un requisito previo importante para un buen trabajo
en equipo, como una parte mucho más fundamental del catálogo de requisitos. En
otras palabras, no es realista reunir a personas de diferentes ubicaciones con
la expectativa de que sabrán automáticamente cómo colaborar en un entorno
virtual.
Los
grupos con niveles crecientes de dispersión también son cada vez más
dependientes de su nivel de trabajo en equipo, específicamente, su capacidad
para realizar procesos clave como el apoyo mutuo, la comunicación y la
coordinación. Para que los equipos
virtuales alcancen su mayor potencial (y aprovechen su diversidad funcional
y estructural), los miembros deben,
ante todo, establecer una base para el
intercambio efectivo de sus diferentes capacidades, todo lo cual requiere
habilidades relacionadas con el trabajo en equipo. De lo contrario, es muy
probable que el equipo virtual tenga un peor desempeño que un equipo situado.
Por lo tanto, los líderes deben considerar las habilidades de trabajo en equipo
como un atributo necesario al seleccionar a los miembros de un equipo virtual.
- Promueve el auto-liderazgo en todo el
equipo.
Más
allá de las habilidades sociales, los líderes
deben garantizar que los equipos dispersos tengan capacidades de liderazgo de
amplia base. Cuando un grupo está muy cerca, un líder individual puede
detectar más fácilmente las deficiencias en el trabajo en equipo y abordarlas
con un estilo directivo práctico. La
dispersión geográfica y la diversidad cultural hacen que sea difícil para
cualquier líder individual asegurar que el equipo esté funcionando de manera
efectiva. Para que un equipo virtual tenga éxito, los miembros generalmente
necesitan ser conscientes de las dificultades de la colaboración dispersa y
encontrar formas efectivas para superar esos obstáculos por sí mismos. Esto
pone en manifiesto la necesidad de que
las personas sean más autosuficientes en la forma en que gestionan su propio
trabajo porque el líder del equipo tiene menos posibilidades de ayudar.
- Programa reuniones presenciales.
Las
reuniones periódicas cara a cara de
miembros dispersos del equipo pueden ser particularmente efectivas para iniciar y mantener procesos
sociales clave que alienten la comunicación informal, la identificación y la
cohesión del equipo.
Una reunión de inicio del
proyecto, por ejemplo,
puede usarse para reunir a todos en un solo lugar durante varios días para que
las personas puedan desarrollar un entendimiento compartido de la tarea en
cuestión y comenzar a identificarse con el equipo. Estos procesos, a su vez,
apoyarán la colaboración de tareas durante el proyecto. Las empresas también deben recordar que las interacciones informales
pueden ser tan importantes como las formales, si no más.
- Fomenta una «cultura global».
Una mentalidad global, en
la que las personas se ven a sí mismas como parte de una red internacional,
ayuda a proporcionar un entorno propicio para equipos dispersos. En consecuencia, los gerentes y los
miembros del equipo deben reconocer y enmarcar a su empresa como tal,
comunicando la naturaleza internacional de las operaciones y los mercados de la
organización. Varias estrategias de recursos humanos pueden ayudar a fomentar
esa mentalidad, incluidas las asignaciones
temporales de personal en lugares extranjeros y la capacitación intercultural.
La
sabiduría convencional sugiere que el desempeño de los equipos sufre con
niveles crecientes de dispersión. Debido a eso, los líderes típicamente han
visto la dispersión como un pasivo en lugar de una oportunidad. Pero la
dispersión puede proporcionar beneficios sustanciales si las empresas pueden
aprovechar la diversidad y la experiencia variada de los miembros del equipo en
diferentes ubicaciones.
De
hecho, los equipos virtuales pueden
superar a sus homólogos situados cuando se configuran y administran de la
manera correcta.
En otras palabras, una empresa no puede simplemente reunir un equipo disperso y esperar lo mejor; también debe garantizar que el grupo tenga implementados los procesos socioemocionales y relacionados con las tareas. Solo entonces los equipos virtuales pueden integrar efectivamente el conocimiento disperso para aprovechar su diversidad cultural y estructural, evitando así algunos de los inconvenientes de la dispersión al tiempo que cosechan sus beneficios.
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por Valuexperience Community Manager | Ago 28, 2019 | elearning, Habilidades 4.0
Los equipos dispersos pueden superar a los grupos
centralizados. Para tener éxito, sin embargo, es necesaria una colaboración
virtual que debe gestionarse de maneras específicas.
Los equipos son los bloques de
construcción típicos de una organización: proporcionan a las empresas los
medios para combinar las diversas habilidades, talentos y perspectivas de un
grupo de individuos para lograr los objetivos corporativos. En el pasado, los gerentes solían colocar
a los miembros del equipo en función de los altos niveles de interdependencias
que son inherentes al trabajo en grupo. Sin embargo, cada vez más compañías
están empezando a organizar proyectos a distancia, con equipos formados por
personas que están ubicadas geográficamente dispersas, de diferentes orígenes
culturales, que hablan diferentes idiomas y con diferentes sistemas de valores.
La dispersión
en los equipos ha sido considerada como el hecho de que los miembros de este no
se reúnan nunca en persona. Pero la dispersión no es solo una cuestión de
grado; también es una cuestión de estilo. La
mayoría de los equipos están dispersos en algún nivel. Pueden estar
separados espacialmente (desde «a lo largo de la sala» hasta
«dispersos en todo el mundo»), separados temporalmente
(que abarcan diferentes zonas horarias), desiguales desde el punto de vista de
la configuración (por ejemplo, cinco
miembros en una ubicación y dos en otra) y culturalmente
diversos. E incluso los grados más pequeños de dispersión, como trabajar en
diferentes pisos en el mismo edificio, pueden afectar en gran medida a la
calidad de la colaboración.
Los equipos virtuales ofrecen enormes oportunidades a pesar de sus mayores desafíos gerenciales. De hecho, con los procesos apropiados implementados, los equipos dispersos pueden superar significativamente a sus contrapartes no dispersas.
Las dos caras de la dispersión
El nivel de
dispersión de un equipo no está predeterminado ni es fijo; más bien, es un
parámetro de diseño organizativo que las empresas pueden establecer y ajustar.
Al tomar tales decisiones, los líderes deben tomar en consideración las
diferentes ventajas y desventajas de la separación.
No es sorprendente que la colaboración a distancia es más difícil que en un entorno de ubicación. Los problemas potenciales incluyen dificultades en la comunicación y coordinación, confianza reducida y una mayor incapacidad para establecer un terreno común. En contraste, la proximidad tiende a promover una comunicación más frecuente y el desarrollo de relaciones interpersonales más cercanas y positivas.
De hecho, la presencia física regular de los compañeros de trabajo mejora los sentimientos de familiaridad y cariño de las personas, y las frecuentes interacciones informales sirven para fortalecer los lazos sociales. Por el contrario, la distancia física disminuye la cercanía y la afinidad, lo que conduce a un mayor potencial de conflicto. La distancia también conlleva otros problemas, como que los miembros del equipo tengan que negociar múltiples zonas horarias y les exijan que reorganicen sus días laborales para adaptarse a los horarios de otros. En tales situaciones, puede surgir la frustración y la confusión, especialmente si los compañeros de trabajo no están disponibles regularmente para discutir o aclarar los problemas relacionados con la tarea.
Por otro lado, la dispersión tiene potencialmente ventajas sustanciales. Primero,
para llevar a cabo actividades cada vez
más complejas, como la investigación y el desarrollo, las compañías tienden
a agrupar sus competencias en diferentes centros de excelencia, que a menudo
están dispersos geográficamente, aunque forman parte de una empresa
internacional. Dentro de cada uno de estos centros de competencia, la
profundidad de la experiencia tiende a ser muy fuerte, mientras que la
diversidad de los antecedentes funcionales es relativamente débil debido a la
especialización. Los gerentes pueden aprovechar esta estructura organizativa reuniendo empleados de diferentes
ubicaciones en dichas redes para crear un equipo que pueda integrar de manera
óptima los diferentes grupos de expertos para realizar una tarea en
particular.
En segundo
lugar, las empresas pueden aprovechar la mayor heterogeneidad que es inherente a la naturaleza de los equipos
dispersos. Los equipos virtuales tienden a incorporar niveles más altos de
diversidad estructural y demográfica que los equipos situados, y ambos tipos de
diversidad pueden ser altamente beneficiosos. La diversidad estructural es una
consecuencia directa de tener miembros de equipos de múltiples ubicaciones
asociadas con diferentes unidades de negocios e informes a diferentes gerentes y
puede ser muy valiosa para los equipos,
ya que expone a los miembros a fuentes heterogéneas de experiencia laboral,
comentarios y oportunidades para establecer contactos. Además, los miembros
de los equipos virtuales a menudo tienen diversas nacionalidades. Si bien esa
diversidad puede complicar la dinámica
del equipo, también puede mejorar la capacidad general de resolución de
problemas del grupo al aportar más puntos de ventaja para un proyecto en particular.
Rendimiento de los equipos dispersos vs. situados
Estudios
realizados al respecto han encontrado que la dispersión perjudica el
rendimiento. A menudo, los equipos dispersos no realizan procesos importantes
de manera efectiva y, por lo tanto, no pueden realizar su potencial. Pero dado
el hecho de que los equipos virtuales se han convertido en una realidad cada
vez mayor para muchas compañías, los líderes deben comprender cómo maximizar
los beneficios de la dispersión y minimizar sus desventajas.
Debemos
preguntarnos entonces:
- ¿Cuándo
los equipos virtuales superan a los situados?
- ¿Cómo
deben las empresas gestionar equipos dispersos?
Los impulsores
clave del desempeño son ciertos procesos
cruciales de equipo que, por ejemplo, ayudan a coordinar el trabajo y
facilitan la comunicación entre los miembros. De hecho, encontramos que los equipos virtuales con tales procesos pueden
superar a sus contrapartes situadas.
En general, los
procesos de equipo se pueden
clasificar en dos categorías:
- Relacionadas con la tarea, incluidas aquellas que ayudan a
garantizar que cada miembro contribuya plenamente.
- Socioemocional, incluidos aquellos que
aumentan la cohesión del grupo.
Los procesos
que están directamente relacionados con la tarea
son los más críticos para el desempeño de los equipos dispersos.
Específicamente, los equipos virtuales que tienen procesos que aumentan los
niveles de apoyo mutuo, esfuerzo de los miembros, coordinación del trabajo,
balance de contribuciones de los miembros y comunicaciones relacionadas con las
tareas superan consistentemente a otros equipos con niveles más bajos. Además,
los equipos dispersos con altos niveles de procesos relacionados con las tareas
son capaces de superar a los equipos situados con niveles similares de esos
mismos procesos a pesar de la separación física de sus miembros. En otras
palabras, el efecto general de la dispersión no es necesariamente
perjudicial, sino que depende de la calidad de los procesos relacionados con
las tareas de un equipo. Dicho esto, la dispersión conlleva riesgos
significativos: los equipos con procesos deficientes relacionados con tareas sufren
mucho con una mayor dispersión.
Más allá de los
procesos relacionados con tareas, las organizaciones también deben garantizar
que los miembros del equipo se comprometan con los objetivos generales del
grupo, se identifiquen con el equipo y apoyen activamente el espíritu de
equipo. En otras palabras, los procesos
socioemocionales también son importantes. Especialmente en equipos con
miembros físicamente dispersos, las diferencias
interpersonales son una mayor amenaza para la estabilidad social del equipo
debido a la mayor dificultad para resolver conflictos a través de las fronteras
geográficas.
Aprende más sobre cómo gestionar a tus equipos, dispersos o situados, en la Era Digital con el Curso de Equipos 4.0.
por Valuexperience Community Manager | Ago 20, 2019 | Liderazgo
Las empresas necesitan un nuevo enfoque para la práctica y el desarrollo del liderazgo.
Hemos gastado demasiado tiempo y
espacio buscando liderazgo en los lugares equivocados. El liderazgo realmente
no se trata de líderes en sí mismos. Se trata de una práctica colectiva entre
las personas que trabajan juntas: lograr las elecciones que hacemos juntos en
nuestro trabajo mutuo.
Esa no es, por supuesto, la
noción convencional de liderazgo. A partir del siglo XIX, la teoría del
liderazgo del «Gran Hombre» sostenía que la marcha histórica de la
civilización se basa en los hechos de grandes líderes individuales. Además, se
pensaba que estos grandes líderes habían nacido con rasgos particulares que les
otorgaban grandeza. Sus obras fluyeron de sus personalidades.
Aunque el estudio del liderazgo
se ha movido desde entonces a factores tales como los estilos y comportamientos
de liderazgo, el ideal carismático de los líderes prominentes permanece.
Derivado del griego, el carisma tiene un significado tanto de un don
como de una gracia que permite a ciertas personas influir en los demás y dar
forma al futuro por su pura presencia y personalidad.
Pero ahora estamos en una
encrucijada al discernir cuán exitosos han sido los grandes líderes
carismáticos del mundo en los últimos dos siglos. Algunos podrían argumentar
que nuestro mundo está en un estado más alto de coexistencia pacífica que en
cualquier otro momento anterior. Sin embargo, otros podrían afirmar que la raza
humana está más cerca del borde de la extinción que en cualquier otro momento
de la historia, y que nuestros líderes nos han llevado a este punto.
Dentro de las corporaciones,
existe la preocupación de que, dadas las condiciones tales como tecnología de
comunicación accesible, tamaño y complejidad o la supervisión de arriba hacia
abajo por parte de los líderes tiene limitaciones.
Podemos obtener información sobre
un nuevo modelo de liderazgo del difunto Nelson Mandela, el ex presidente de
Sudáfrica y una de las más grandes figuras de nuestro tiempo. Mandela
frecuentemente enfatizaba la naturaleza compartida del liderazgo y era conocido
por dar crédito a otros. Quizás una de las lecciones de liderazgo más
importantes que podríamos extraer de Mandela no fue su adquisición de liderazgo
sino la forma en que lo compartió.
El enfoque de Mandela sugiere una
nueva forma de pensar sobre el liderazgo, no como un conjunto de rasgos
poseídos por individuos particularmente talentosos, sino como un conjunto de
prácticas entre aquellos comprometidos juntos para realizar sus elecciones.
Este tipo de liderazgo implica actividades tales como analizar el contexto,
movilizar recursos e invitar a la participación, tejer interacciones a través
de redes existentes y nuevas y ofrecer retroalimentación y facilitar la
reflexión.
También significa que el
desarrollo del liderazgo requerirá un enfoque diferente de la capacitación estándar
que saca a los gerentes de sus lugares de trabajo para asistir a sesiones que
presumen enseñar competencias de liderazgo. Si el liderazgo es una actividad de
colaboración, no tiene mucho sentido enseñar liderazgo a individuos en un
entorno público separado del mismo grupo donde el liderazgo debe ocurrir. Los
gerentes pueden aprender competencias o habilidades particulares en una clase,
pero pueden no encontrarlas aplicables a los problemas reales en su entorno.
Incluso la consulta de las mejores prácticas puede fallar, ya que es la
práctica instantánea dentro del entorno inmediato que requiere la mayor
atención.
Esto no significa que la
capacitación en liderazgo no sea necesaria; más bien, debe hacerse de una
manera que responda a las necesidades inmediatas y en conjunto con experiencias
de desarrollo formales e informales basadas en el trabajo, como la tutoría
entre pares, el entrenamiento, el aprendizaje, la reflexión de procesos
grupales y el aprendizaje en acción. Al pensar en cómo desarrollar el liderazgo
dentro de un grupo, es posible que necesitemos encontrar formas de llevar más
de lo inconsciente y no reflexivo al dominio consciente e intencional.
Necesitamos estudiar casos de fracaso, disonancia, crisis y obstrucción en el
lugar de trabajo, o incluso sorpresas que estimulen la creatividad.
Uno de los métodos disponibles para instigar este tipo de diálogo reflexivo es el aprendizaje activo, en el que los participantes se detienen y reflexionan sobre los problemas en tiempo real que ocurren en sus propios entornos de trabajo. El aprendizaje activo requiere que los gerentes hagan un esfuerzo concertado para observar y reflexionar juntos sobre las prácticas que tienen un impacto final.
En los entornos empresariales, no podemos seguir amortiguando la energía y la creatividad de los condenados al estado de seguidor. En cambio, necesitamos un modelo de liderazgo colectivo y autocorregible en el que los participantes aprendan a interactuar entre ellos y reflexionar sobre sus propias acciones para que puedan aprender en el momento y mejorar sus prácticas continuas. El liderazgo en este sentido se devuelve al grupo que realiza el trabajo, en lugar de consolidarse en torno a un individuo que toma decisiones por otros.
En el Curso de Introducción al Liderazgo 4.0 descubrirás todas las claves de estos nuevos modelos de liderazgo. ¡No te lo pierdas!
por Valuexperience Community Manager | Ago 10, 2019 | Inteligencia Emocional
Busca dentro de ti nace de la combinación de la neurociencia y del Mindfulness. Este curso, aplicado en el ámbito de las organizaciones, permite que las personas desarrollen habilidades de inteligencia emocional para prosperar en la compleja y apresurada sociedad permitiendo potenciar los recursos internos a través del autoconocimiento alcanzando, de ese modo, la máxima productividad.
Como hemos dicho, el enfoque científico que aporta este programa es la combinación de la Neurociencia, el Mindfulness y la inteligencia emocional.
Neurociencia: Cómo dirigimos nuestra atención determina los hábitos mentales que creamos, las emociones que desarrollamos y los resultados que obtenemos.
Mindfulness: La técnica
del mindfulness sustenta el crecimiento personal, como el autoconocimiento, las
habilidades emocionales y la autogestión.
Inteligencia emocional: Las
competencias emocionales son claves para la efectividad, el bienestar, la
capacidad de liderazgo y optimizar la productividad y el rendimiento.
Mediante el entrenamiento de la atención las personas logran desarrollar las habilidades de inteligencia emocional necesarias para alcanzar un rendimiento máximo y sostenido, una sólida capacidad de autoconocimiento, un liderazgo efectivo y un mayor bienestar.
Este curso esta compuesto de
contenidos teóricos y ejercicios experimentales incluyendo conversaciones por
parejas o en grupo, prácticas de entrenamiento de la atención, ejercicios de
escucha, y actividades de escritura, esto hace del mismo un curso altamente
dinámico.
Los orígenes de este curso nacen
en Google de la mano de Chade-Meng Tan, un ingeniero veterano de Google que
quería cambiar el mundo y reunió a un grupo de destacados expertos en
mindfulness, neurociencia e inteligencia emocional para desarrollar un programa
de formación interna dirigida a empleados de Google. Rápidamente este curso se
convirtió en el curso de formación más popular de la empresa con gran demanda
cada vez que se abre la inscripción para una nueva edición.
¿Cuáles son los beneficios de
este maravilloso curso que promete que los empleados de las empresas ganen
autoconocimiento y productividad?
- Mejorar la comunicación y la colaboración
- Desarrollar una excelente capacidad de liderazgo
- Aumentar la creatividad y la innovación
- Reducir el estrés y experimentar mayor bienestar
general
Para ampliar los beneficios de este curso profundizaremos aún más en las habilidades que el mismo otorga:
Mindfulness. La inteligencia emocional está basada en el aumento del autoconocimiento y esto se logra mediante la práctica del Mindfulness, así lo afirma Daniel Goleman, autoridad mundial en inteligencia emocional. Esta practica se trata de la habilidad de estar en el momento presente de manera consciente y abierta logrando, de este modo, un mayor equilibrio emocional en situaciones difíciles y ofreciendo; estabilidad mental y la percepción de las propios pensamientos, emociones y reacciones.
Este curso enseña los fundamentos neurocientíficos de mindfulness, y cómo cultivar la práctica de esta habilidad fundamental que es la base de la consciencia emocional, de la claridad y la calma mental, y de la efectividad interpersonal.
Autoconocimiento.Las practicas de autoconocimiento generan una mejoría en la percepción de nuestras emociones, hábitos y patrones de comportamiento. Asimismo, se aprende a recabar información útil sobre las emociones desagradables que experimentamos en los fracasos lo que ayuda a la identificación de las mismas. Esto desencadena en la posibilidad de tener un agudo sentido de nuestras propias reacciones y de los patrones de comportamiento y liderazgo en situaciones desafiantes.
El autoconocimiento incluye:
- Conocer nuestro rango emocional y sentirnos cómodos en él
- Ser capaces de auto-evaluarnos con exactitud y precisión
- Desarrollar autoconfianza
Autogestión.Son vitales para el autoconocimiento la óptima gestión de nuestras reacciones y respuestas. A partir del autoconocimiento, se logra identificar y trabajar con los desencadenantes emocionales y otras situaciones difíciles. Se busca:
- Aprender a parar antes de reaccionar a desencadenantes emocionales, entiendo que la pausa entre el estimulo y la respuesta salva relaciones
- Desarrollar fuerza interior y habilidad para afrontar situaciones difíciles de forma productiva
- Aumentar la resiliencia y la habilidad para responder a los contratiempos y adversidades y respirar a través del proceso
Motivación. Sintonizando el trabajo y la vida con nuestros valores y tendencias emocionales, nos sentiremos más implicados en lo que hacemos y tendremos más éxito en la consecución de nuestros objetivos. La motivación incluye los siguientes aspectos:
- Descubrir y refinar los valores que impulsan
nuestras acciones
- Aprender prácticas para soñar a lo grande y
aumentar así la motivación
- Practicar la resiliencia emocional y la
cognitiva, herramientas entrañables que nos permiten perseverar en la
consecución de nuestros objetivos
Empatía.Hoy en día el éxito de la integración de los equipos se basa en la práctica diaria de la empatía. La efectividad de los líderes y de los miembros de un equipo depende de la capacidad de comprender a los compañeros de trabajo, establecer relaciones y crear confianza.
- Entender la neurociencia de la empatía
- Desarrollar los hábitos mentales de la
amabilidad y la objetividad
- Sintonizar con el tono emocional en nuestras
relaciones con los demás
Habilidades de liderazgo.La inteligencia emocional es una habilidad esencial para el liderazgo. Este curso enseña como liderar con empatía, incluso al tomar decisiones difíciles, y a desarrollar la capacidad de comunicar con mayor discernimiento a través de las distintas capas de emociones, perspectivas e identidades implicadas en las relaciones humanas. Se desarrollan las siguientes habilidades de liderazgo:
- Adquirir destreza de influir en los demás con empatía y amabilidad
- Ganar confianza en la capacidad de alcanzar un resultado positivo en conversaciones con fuerte carga emocional
- Desarrollar el coraje emocional necesario para liderar
En el Curso de Autoconocimiento y Productividad aprenderás a conocerte para sacar tu mejor versión.
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