El estrés y la ansiedad son dos de los principales problemas, generando un malestar psicológico que puede llevar a producir problemas personales y laborales, como bajo rendimiento y motivación, mal ambiente en el trabajo o bajas laborales.
La bondad amorosa
es una técnica que te permitirá reducir el estrés y la ansiedad en tu día a día
en tal solo unos minutos.
¿Cómo? Lo único que tienes
que hacer es dedicar 10-12 minutos al día a desearle felicidad silenciosamente
(sin necesidad de decirlo en voz alta) a las personas que te rodean, ya sean
conocidos o extraños.
¿Qué consigues? Investigaciones
realizadas al respecto han demostrado que desear felicidad silenciosamente a
las personas con las que nos cruzamos te permitirá:
Disminuir
los niveles de ansiedad
Mejorar
el estado de ánimo
Generar
mayores niveles de felicidad
Pero, ¿por qué funciona?
Todo está relacionado con la
necesidad del ser humano de vivir en sociedad, de estar conectados con los
demás y vivir con bondad. Algo que, a pesar de que es muy necesario para todos
nosotros, a menudo olvidamos, centrándonos demasiado en nosotros mismos.
Utilizando esta técnica somos capaces de cambiar ese punto de vista, y pasar del yo al nosotros, reconociendo que todos queremos ser felices, que todos queremos lo mismo.
Aunque pueda parecernos extraño,
nuestra mentalidad cambia lo que somos y con ello, podemos llegar a cambiar la
situación en la que nos encontramos.
Recuerda: Practicar esta
técnica a diario, especialmente durante los momentos frustrantes, te ayudará a mejorar
tus niveles de estrés y ansiedad, ayudándote a sentirte más feliz.
La felicidad y productividad son resultado de un mayor autoconocimiento, consiguiendo así el bienestar. Si quieres aprender más sobre cómo conseguirlas apúntate a nuestro nuevo Curso de Autoconocimiento y Productividad.
Llegamos a la penúltima entrega de esta introducción al Curso Gestiona tu energía y no tu tiempo.En este post toca hablar de los valores, del sentido de propósito y nuestra productividad.
Hablar de valores personales hace un tiempo en curso
corporativo hubiese parecido, casi esotérico, por suerte cada vez con más
frecuencias en las organizaciones se comienza a hablar sobre los valores
personales de los empleados y cómo los mismos influyen en el compromiso
y productividad de las personas.
Si
fueses una persona vegana, no solo por los beneficios nutricionales, sino
también porque el veganismo, comulga con tus valores con respecto al trato y
consumo animal ¿Podrías trabajar en la industria cárnica? Seguramente no.
Este es un ejemplo extremo pero esa misma evaluación casi de manera inconsciente realizamos cada día cuando estamos en el trabajo. Y es sumamente que nuestros valores estén en paz con los valores, cultura y core de la empresa en las que trabajamos para lograr un nivel óptimo de productividad.
Los valores pertenecen a otra
dimensión de la energía, ya hemos hablado de:
La energía física
La energía emocional
Ahora
toca hablar de la “ENERGIA ESPIRITUAL”.
En las dimensiones
espirituales, los valores y comportamientos que nos alimentan son más subjetivos,
matizados y personales. Tenemos que descubrir lo que son para nosotros. Es
por esto por lo que en este post encontrarás diferentes formas de poder
reflexionar sobre ellos y abordarlos.
Conocer
claramente cuáles son nuestros valores, nos ayuda no solo a mantener un alto
nivel de energía y compromiso con nuestras tareas sino también a tomar mejores
decisiones, a estar en sintonía con nosotros, estar más motivados, ser más
persistentes y obviamente tener un rendimiento más alto.
Conocer conscientemente nuestros
valores es muy importante para nuestra energía espiritual. Los valores
profundamente arraigados definen a quienes aspiramos ser. Son como una brújula
interna, nos ayudan a tomar importantes decisiones de nuestra vida.
«El
que tiene un por qué vivir», dijo Nietzsche, «puede soportar casi
cualquier cosa.»
Cuando algo realmente nos
importa, le aportamos mucha más energía en forma de enfoque, convicción, pasión
y perseverancia. La energía espiritual también alimenta cada uno de nuestros
comportamientos en las otras dimensiones energéticas—físicas, emocionales y
mentales.
Para
poder acceder a tus valores te invito a realizar los siguientes ejercicios:
Imagina que escuchas un
mensaje en tu buzón de voz, con las siguientes preguntas: ¿Quién
eres tú y qué es lo que realmente quieres? Eso es todo un reto. ¿Qué
responderías? Después de todo, son las preguntas más grandes de la vida.
Responde
a estas 3 breves preguntas diseñadas para ayudarle a reconectarse con los
valores que más aprecias:
1.Piensa
en las personas de tu vida que ves como mentores, o modelos a seguir, o que simplemente
admiras. ¿Qué cualidades específicas te vienen en mente?
2.Imagínate
a uno de tus hijos o a una persona con la que estás especialmente cerca— describiendo
a los demás. ¿Cuáles son las cualidades que esperas que él o ella cite de
ti?
3. Piensa
en comportamientos que observas en otras personas que no puedes soportar. ¿Cuáles
son? Directamente después de cada uno, lista lo contrario de esa cualidad.
Quizás
la señal más confiable de lo que valoras más profundamente son las palabras o
frases que has citado como opuestas de tus respuestas a la tercera pregunta.
Reflexionar sobre lo que no
podemos soportar en otros provoca una respuesta visceral que casi siempre
captura con exactitud cómo nos sentimos realmente.
Por último, cultivamos la
energía espiritual más eficazmente cuando nos movemos rítmicamente entre gastar
y repostar. Alimentamos nuestros valores a través de la reflexión, la
introspección, la meditación, pero sobre todo luchando con nosotros mismos.
Esto es especialmente crítico en momentos en que nos sentimos alimentados por
emociones que amenazan con abrumar nuestros valores más profundos.
Nuestro
primer desafío espiritual es definir nuestros valores, no habrá actividades al
final de este post, ya que han sido realizadas a lo largo del mismo para que
seáis capaces de reconocerlos.
Ya habiendo pasado el ecuador con el anterior post sobre el valor de descansar y del sueño (post 5). Empezaremos con este nuevo post sobre la creación de impulsos, siendo esta, una parte muy importante ya que entramos en una acción activa para la gestión de nuestra energía. No te olvides que estos posts son unos pequeños extractos del curso: Gestiona tu energía y no tu tiempo.
Hoy hablaremos del trabajo y el desarrollo de una nueva forma de trabajar si lo que buscamos es mejorar nuestra productividad, denominado “creación de impulsos”.
La creación de una nueva forma de trabajo comienza con
el reconocimiento de que la renovación sirve al rendimiento.
Y es por esto por lo que es importante que las organizaciones se sensibilicen con este mensaje y creen políticas, prácticas y servicios que apoyen y motiven a las personas a comer bien, trabajar regularmente, renovar intermitentemente su energía y dormir lo suficiente.
En la mayoría de las organizaciones, la realidad es llegar temprano e irse tarde. Haciendo el mínimo descanso posible, justamente lo menos recomendable. Eso nos lleva a un círculo vicioso, de poco descanso, falta de ejercicio, alimentación con altos contenidos de azúcar, poca energía, falta de sueño, aumento de probabilidad de errores y niveles de productividad subóptimos.
El ejercicio es uno de los primeros sacrificios a los que la mayoría de nosotros hacemos frente, por las largas horas de trabajo y viaje. Si nos vamos de casa al amanecer y volvemos al anochecer ¿quién tiene tiempo o la energía para hacer ejercicio? Es una ironía, puesto que el ejercicio físico mejora la aptitud y se ha demostrado que se ahorra en gestiones de atención médica.
Un número creciente de organizaciones centran su atención en cómo los empleados se cuidan físicamente, de tal manera que reducen los costes de atención médica y absentismo por enfermedad, además de ayudar a impulsar un rendimiento más alto en sus trabajadores.
Por ello hay que hacer algunos cambios:
Evaluar el rendimiento por el valor que producen y no el número de horas que dedican los empleados.
Cambiar el enfoque de competencia (entendida como habilidades que necesitan para su trabajo) a capacidad (cantidad y calidad de la energía que tienen).
La energía colectiva de una organización sigue un camino
predecible. ¿Sabías que la investigación sugiere que hay tiempos óptimos
de la semana durante los cuales tomar el trabajo más difícil y otros tiempos
que tiene sentido para las tareas administrativas, para el pensamiento creativo
y estratégico, y para la construcción de relaciones?
Antes de finalizar este post, te adelantamos que en la próxima y penúltima entrega hablaremos sobre una parte espiritual de la energía: ¿Quién eres y qué quieres realmente?. Si quieres aprender más sobre los puntos que estamos tratando, el curso ‘Gestiona tu energía y no tu tiempo’ está compuesto por veinte capítulos, todos enfocados a mejorar la calidad de vida.
Ahora te dejamos con las actividades para que practiques
lo aprendido.
1. Reflexiona acerca de tu día a día, y observa si
consigues renovar tu energía adecuadamente, haciendo los descansos necesarios,
cumpliendo las horas de trabajo tal como se establecen contractualmente, si
tienes tiempo y ánimos para hacer ejercicio regularmente… y que se podría hacer
para mejorar estas situaciones.
2. Relacionada con la primera actividad: Te animamos a
que, si múltiples situaciones de las observadas en la situación 1 se cumplen,
prepares mentalmente unos argumentos para poder concertar una cita con tu
supervisor o departamento de recursos humanos para poder tratar la situación y
llegar a un acuerdo que beneficie a las dos partes, mejorar tu calidad de vida
y que la organización genere más valor con tu actividad. En caso de no tener
supervisor en su cargo, es necesario que se plantee un cambio en su horario
para poder obtener los beneficios de una mejor calidad de vida y rendimiento en
el trabajo.
Algunos
cambios son necesarios y muchos son posibles, si modificamos nuestros enfoque
de pensamiento y dejamos de pensar en términos de competencia (entendida como
habilidades que necesitan para su trabajo) por el de capacidad (cantidad y
calidad de la energía que tienen).
¿Cómo podríamos gestionar la
energía en la jornada laboral?
El lunes, estamos poco
focalizados mentalmente, es el mejor día para las tareas administrativas de
baja-demanda, incluyendo el establecimiento de metas, organización y
planificación.
Para el martes y miércoles, la
mayoría de nosotros estamos completamente incrementados. Nuestra capacidad de
enfoque y compromiso está en su punto máximo. Tiene sentido, tanto individual como
organizativamente, abordar el trabajo más difícil de esos días.
Para el jueves nuestra energía
comienza a decaer. Este puede ser un buen día para reuniones en las que es
importante llegar a un consenso.
Para el viernes, normalmente
estamos en el nivel más bajo de energía es bueno utilizarlo, en la
planificación de largo-alcance, y la construcción de relaciones.
Diseñar el flujo de trabajo en
función de tu energía para ti y tu equipo con estos ritmos en mente ter
permitirá sacar mayor provecho de tu energía y de la de tu equipo.
Como actividad para hoy te pido
que armes en función de lo visto en el módulo un calendario de trabajo.
Nuestra sociedad presenta una serie de características que
afectan a nuestro modo de vivir. El continuo cambio, la multitarea, la falta de
tiempo, la sobreinformación (televisión, radio, prensa, internet) y la continua interrupción
por las nuevas tecnologías, nos hace tener la atención
dispersa, no siendo capaces de vivir el momento presente de forma consciente. A
esto hemos de añadir determinados comportamientos, como el hacer cosas
continuamente mientras nuestra mente está en la próxima
tarea; el no saber escuchar, interrumpiendo a los demás
continuamente; ingerir alimentos sin consciencia; romper o derramar cosas por
descuido; así como el considerar que los otros no hacen lo que creemos deben
hacer. Vamos, por tanto, configurando una vida que se va sobrecargando de
estrés, y generando comportamientos inconscientes y automáticos, que nos hace
reaccionar en muchas ocasiones de forma impulsiva, lo que va a provocarnos
otros problemas.
En la interacción entre la persona y el ambiente se pueden producir
una serie de desajustes, entre lo que se le demanda al trabajador en una determinada
situación, y las capacidades y recursos que esa persona dispone para
enfrentarse a esa demanda, donde, además, el fracaso se percibe con importantes
consecuencias.
No obstante, el estrés
forma parte de la vida, del hecho de ser humano, es algo inherente a la condición
humana, y podemos aprender a gestionar el mismo.
En definitiva,
el estrés psicológico está relacionado con la percepción que una persona tenga
de un cambio en su vida.
Algunas personas responden al estrés como una experiencia
de cambio y desarrollo personal. Es probable que una persona aproveche esa
presión para ser más eficiente. Sin embargo, otras personas podrían padecer
trastornos gastrointestinales o cardiovasculares, o responder a esa presión comiendo demasiado o tomando algún medicamento; o incluso presentar una crisis emocional. Es decir,
viven el estrés como una experiencia emocional desadaptativa.
Entre
los factores desencadenantes del estrés,
provenientes del trabajo, podemos destacar el continuo cambio, la sobrecarga de trabajo, la ambigüedad de
roles, las relaciones interpersonales, la falta de participación,
responsabilidad, falta de promoción, etc. Junto a estos
factores también cuentan características
personales, como el perfeccionismo, la ambición, la impaciencia, la
rigidez, el nivel de formación, los deseos de logro, las expectativas,
etc.
El estrés
laboral afecta al desarrollo del trabajo, pues se cometen más
errores y, por lo tanto, afecta al rendimiento del trabajador y a la
productividad de la empresa. Además, aumenta la probabilidad de accidentes debido a
distracciones, descuidos, despistes y falta de atención.
Jon Kabat-Zinn, uno
de los pioneros en la introducción del Mindfulness en el mundo occidental, lo define
como la capacidad que tenemos de prestar atención, de forma intencionada, en el
momento presente, sin juzgar, aceptando la experiencia tal como es, sin
intentar cambiar nada.
Mindfulness produce, a medio y largo plazo,
cambios permanentes en el funcionamiento cerebral, pero el primer efecto de la
práctica de Mindfulness es el desarrollo de la capacidad de concentración
de la mente. Conseguimos dirigir la atención al sitio preciso y estabilizarla. El aumento de la
concentración trae consigo la serenidad, que nos conduce a calmar la mente,
pudiendo comprender y ver la realidad con mayor claridad, y por tanto tener
conductas más adecuadas.
Un
estudio realizado desde 2012 hasta 2016 conformado por 230 sesiones grupales de diferentes departamentos/áreas
de negocio en fábricas y oficinas en todos los centros de trabajo de la empresa
Heineken. En total, en todas las sesiones participaron 1579 Empleados,
que acudieron a todas las sesiones según el programa planeado e implantado en
la Empresa. Posteriormente a estas sesiones se realizó la encuesta FORCEM,
para obtener el grado de satisfacción del programa y para
poder valorar cómo ha ayudado el programa a los
Empleados, se objetivó que el 92,5% considera que el programa les ayuda a
adquirir habilidades para aplicar en su puesto de trabajo; el 95% favorece su
desarrollo personal, el 96% les ayuda a sentirse mejor en el entorno laboral. Además:
Con la puesta en marcha de este programa ha habido
un incremento del nivel de atención plena en la vida diaria, de las personas que han
participado en el programa. Cuando realizan cualquier tipo de labor se centran
en la tarea actual y evitan pensamientos de futuro relacionados con el
resultado.
Saben modificar la evaluación inicial de una
situación, su actitud no será: “esto es muy difícil, es imposible”, sino la de
“voy a intentarlo”. Han aprendido a aceptar los cambios, y a entender la
aceptación como el primer paso hacia la acción.
Gestionan de forma más
adecuada el estrés ocasionado por causas laborales. Tienen mayor
capacidad para tomar decisiones más conscientes que le capacitan para dar
respuestas más adaptativas y evitar reacciones ligadas a la emoción.
El trabajador tiene mayor bienestar y su rendimiento
laboral es superior, así como su implicación en el trabajo. El ambiente laboral es más
agradable, se han evitado muchas tensiones.
La gran mayoría de las personas considera que su trabajo supone un detrimento en su bienestar personal, sólo el 8% de los trabajadores considera que su trabajo le proporciona un mayor grado de bienestar en su vida. En Europa occidental solo un 14% de trabajadores se sienten comprometidos con su empresa. Un 66% no se sienten comprometidos, contribuyen con su trabajo, pero sin pasión ni entrega personal; y 20% se sienten activamente no comprometidos, generando por tanto un descontento entre los compañeros y deteriorando el clima laboral.
“El Descanso” es un buen
tema para reflexionar durante estos días de vacaciones. Como habréis podido comenzar a visualizar, el
enfoque desde este curso es holístico. A nuestros trabajos llegamos todos los
días con nuestras mochilas físicas y emocionales, y que cuanto más tapemos esta
realidad en las organizaciones, más complicado será conseguir ser productivos y
felices en el trabajo.
Hoy hablaremos de la
importancia de dormir, el descanso es
fundamental en nuestra vida. A media que nos zambullimos en la vorágine
cotidiana, cada vez nos cuesta más leer los ciclos de nuestro cuerpo ¿cómo
nos sentimos?¿cuándo comenzamos a necesitar recargar energía?
Parece que solo escuchamos a nuestro organismo cuando estamos, cansadísimos, en
ese momento donde surgen frases del estilo “Estoy reventado”, “No doy más”,
“Estoy muerto”.
Si la energía física es la base de todas las
dimensiones de la energía, el sueño es la base de la energía física. Nada
influye más en la efectividad durante el día que el sueño. La privación del
sueño tiene un coste enorme en nuestra salud, bienestar emocional y
funcionamiento cognitivo.
Las consecuencias de no
descansar correctamente incluyen:
Fatiga
extrema
Capacidad
cognitiva comprometida
Inestabilidad
emocional
Menor
productividad
Mayor
susceptibilidad a la enfermedad
Y como estamos inmersos en
la operación bikini también quiero contarte que no dormir lo suficiente
“engorda”.
En algunos apartados del curso veremos cómo influye el sueño, en nuestro metabolismo, en nuestro trabajo, en nuestra capacidad de aprendizaje, así como también, os hemos dejado una serie de tips para mejorar el sueño.
En cuanto a la productividad, un estudio que se realizó con médicos residentes que realizaban guardias de 24 horas, se vio como estos médicos realizaban un 36% más de errores en la realización de diagnósticos a pacientes, que los tenían turnos de 12 y 16 horas y un 61% más de probabilidades de pincharse a sí mismos con agujas o cortarse con bisturíes. Este estudio podemos extrapolarlo a todos los sectores productivos. Por lo cual dormir de 7 a 8 horas es uno de los puntos clave para conseguir mejorar nuestra productividad.
Conocer el ciclo del sueño es importante no solo para lograr descansar bien sino también para conseguir mejores aprendizajes. Es importante tener en cuenta que el ciclo del sueño completo dura 90 minutos aproximadamente. Dormimos en cinco etapas, que pasan de más ligero a más profundo a medida que nuestra actividad de ondas cerebrales se ralentiza progresivamente y luego se acelera hasta casi despertar en el transcurso de aproximadamente noventa minutos.
Hay que tener en cuenta que durante el día (en estado de vigilia – despiertos) también experimentamos ciclos de 90 minutos. Estos ciclos se llaman ciclos ultradianos, en el transcurso del día oscilamos cada noventa minutos de un nivel más alto a un nivel más bajo de excitación y alerta. Es decir, que nuestro cuerpo pide descansos cada noventa minutos y a pesar de ello, la mayoría de las veces ignoramos estas señales.
Finalmente, sobre los tipos de renovación que podemos hacer cada 90 minutos, no es necesario irse del trabajo, con entrenamiento, tan solo con un ciclo de respiraciones conscientes, podemos ser capaces de renovar energías.
Hay dos tipos de renovaciones de energías:
1.
Renovación pasiva: bajar la excitación fisiológica
Respirar
profundamente, meditar, escuchar música, leer para el placer—se trata de bajar
la excitación fisiológica.
2.
Renovación activa: cambiar los canales, elevando la frecuencia cardíaca
Ejercicio aeróbico, levantamiento de peso, o formas más extenuantes de yoga o pilates.
La conciencia es la mitad de la
batalla cuando se trata de dormir y descansar, tanto porque la mayoría de
nosotros subestimamos los costos de conseguir demasiado poco y debido al valor
extraordinario de conseguir lo suficiente.
Este reconocimiento es el primer paso para hacer del sueño una prioridad. Antes de dejarte con las actividades de ese post número 5, te adelantamos que el próximo post número 6 tratará sobre la creación de impulsos, una parte emocional en el proceso de aprender a gestionar tu energía y no tu tiempo. Haz clic aquípara saber más sobre el curso ¡Aprende a gestionar tu energía y no tu tiempo!
Como actividades finales de ese post tienes las siguientes:
Reflexiona sobre cómo es tu día. Recuerda los ciclos de 90 minutos, intenta tomar un breve descanso tras 90 / 120 min. ¿Con qué frecuencia podrías construir la recuperación intermitente en tu día? ¿Cuál sería la forma más eficiente de renovación?
Si te despiertas en medio de la noche y luego te esfuerzas para volver a dormirte porque estás rumiando, pon un cuaderno de papel y un bolígrafo al lado de tu cama y Scribe tu preocupación. Antes de irte a dormir, escribe cualquier cosa que te preocupe. Puedes hacer lo mismo si tiendes a despertarte en medio de la noche. Se llama «aparcar tus ansiedades», y es una manera poderosa de calmar tu mente y conseguir una mejor noche de sueño.
Busca dentro de ti nace de la combinación de la neurociencia y del Mindfulness. Este curso, aplicado en el ámbito de las organizaciones, permite que las personas desarrollen habilidades de inteligencia emocional para prosperar en la compleja y apresurada sociedad permitiendo potenciar los recursos internos a través del autoconocimiento alcanzando, de ese modo, la máxima productividad.
Como hemos dicho, el enfoque científico que aporta este programa es la combinación de la Neurociencia, el Mindfulness y la inteligencia emocional.
Neurociencia: Cómo dirigimos nuestra atención determina los hábitos mentales que creamos, las emociones que desarrollamos y los resultados que obtenemos.
Mindfulness: La técnica
del mindfulness sustenta el crecimiento personal, como el autoconocimiento, las
habilidades emocionales y la autogestión.
Inteligencia emocional: Las
competencias emocionales son claves para la efectividad, el bienestar, la
capacidad de liderazgo y optimizar la productividad y el rendimiento.
Mediante el entrenamiento de la atención las personas logran desarrollar las habilidades de inteligencia emocional necesarias para alcanzar un rendimiento máximo y sostenido, una sólida capacidad de autoconocimiento, un liderazgo efectivo y un mayor bienestar.
Este curso esta compuesto de
contenidos teóricos y ejercicios experimentales incluyendo conversaciones por
parejas o en grupo, prácticas de entrenamiento de la atención, ejercicios de
escucha, y actividades de escritura, esto hace del mismo un curso altamente
dinámico.
Los orígenes de este curso nacen
en Google de la mano de Chade-Meng Tan, un ingeniero veterano de Google que
quería cambiar el mundo y reunió a un grupo de destacados expertos en
mindfulness, neurociencia e inteligencia emocional para desarrollar un programa
de formación interna dirigida a empleados de Google. Rápidamente este curso se
convirtió en el curso de formación más popular de la empresa con gran demanda
cada vez que se abre la inscripción para una nueva edición.
¿Cuáles son los beneficios de
este maravilloso curso que promete que los empleados de las empresas ganen
autoconocimiento y productividad?
Mejorar la comunicación y la colaboración
Desarrollar una excelente capacidad de liderazgo
Aumentar la creatividad y la innovación
Reducir el estrés y experimentar mayor bienestar
general
Para ampliar los beneficios de este curso profundizaremos aún más en las habilidades que el mismo otorga:
Mindfulness. La inteligencia emocional está basada en el aumento del autoconocimiento y esto se logra mediante la práctica del Mindfulness, así lo afirma Daniel Goleman, autoridad mundial en inteligencia emocional. Esta practica se trata de la habilidad de estar en el momento presente de manera consciente y abierta logrando, de este modo, un mayor equilibrio emocional en situaciones difíciles y ofreciendo; estabilidad mental y la percepción de las propios pensamientos, emociones y reacciones.
Este curso enseña los fundamentos neurocientíficos de mindfulness, y cómo cultivar la práctica de esta habilidad fundamental que es la base de la consciencia emocional, de la claridad y la calma mental, y de la efectividad interpersonal.
Autoconocimiento.Las practicas de autoconocimiento generan una mejoría en la percepción de nuestras emociones, hábitos y patrones de comportamiento. Asimismo, se aprende a recabar información útil sobre las emociones desagradables que experimentamos en los fracasos lo que ayuda a la identificación de las mismas. Esto desencadena en la posibilidad de tener un agudo sentido de nuestras propias reacciones y de los patrones de comportamiento y liderazgo en situaciones desafiantes.
El autoconocimiento incluye:
Conocer nuestro rango emocional y sentirnos cómodos en él
Ser capaces de auto-evaluarnos con exactitud y precisión
Desarrollar autoconfianza
Autogestión.Son vitales para el autoconocimiento la óptima gestión de nuestras reacciones y respuestas. A partir del autoconocimiento, se logra identificar y trabajar con los desencadenantes emocionales y otras situaciones difíciles. Se busca:
Aprender a parar antes de reaccionar a desencadenantes emocionales, entiendo que la pausa entre el estimulo y la respuesta salva relaciones
Desarrollar fuerza interior y habilidad para afrontar situaciones difíciles de forma productiva
Aumentar la resiliencia y la habilidad para responder a los contratiempos y adversidades y respirar a través del proceso
Motivación. Sintonizando el trabajo y la vida con nuestros valores y tendencias emocionales, nos sentiremos más implicados en lo que hacemos y tendremos más éxito en la consecución de nuestros objetivos. La motivación incluye los siguientes aspectos:
Descubrir y refinar los valores que impulsan
nuestras acciones
Aprender prácticas para soñar a lo grande y
aumentar así la motivación
Practicar la resiliencia emocional y la
cognitiva, herramientas entrañables que nos permiten perseverar en la
consecución de nuestros objetivos
Empatía.Hoy en día el éxito de la integración de los equipos se basa en la práctica diaria de la empatía. La efectividad de los líderes y de los miembros de un equipo depende de la capacidad de comprender a los compañeros de trabajo, establecer relaciones y crear confianza.
Entender la neurociencia de la empatía
Desarrollar los hábitos mentales de la
amabilidad y la objetividad
Sintonizar con el tono emocional en nuestras
relaciones con los demás
Habilidades de liderazgo.La inteligencia emocional es una habilidad esencial para el liderazgo. Este curso enseña como liderar con empatía, incluso al tomar decisiones difíciles, y a desarrollar la capacidad de comunicar con mayor discernimiento a través de las distintas capas de emociones, perspectivas e identidades implicadas en las relaciones humanas. Se desarrollan las siguientes habilidades de liderazgo:
Adquirir destreza de influir en los demás con empatía y amabilidad
Ganar confianza en la capacidad de alcanzar un resultado positivo en conversaciones con fuerte carga emocional
Desarrollar el coraje emocional necesario para liderar
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