Desarrollo personal

Ya habiendo pasado el ecuador con el anterior post sobre el valor de descansar y del sueño (post 5). Empezaremos con este nuevo post sobre la creación de impulsos, siendo esta, una parte muy importante ya que entramos en una acción activa para la gestión de nuestra energía. No te olvides que estos posts son unos pequeños extractos del curso: Gestiona tu energía y no tu tiempo.

Hoy hablaremos del trabajo y el desarrollo de una nueva forma de trabajar si lo que buscamos es mejorar nuestra productividad, denominado “creación de impulsos”.

La creación de una nueva forma de trabajo comienza con el reconocimiento de que la renovación sirve al rendimiento.

Y es por esto por lo que es importante que las organizaciones se sensibilicen con este mensaje y creen políticas, prácticas y servicios que apoyen y motiven a las personas a comer bien, trabajar regularmente, renovar intermitentemente su energía y dormir lo suficiente.

En la mayoría de las organizaciones, la realidad es llegar temprano e irse tarde. Haciendo el mínimo descanso posible, justamente lo menos recomendable. Eso nos lleva a un círculo vicioso, de poco descanso, falta de ejercicio, alimentación con altos contenidos de azúcar, poca energía, falta de sueño, aumento de probabilidad de errores y niveles de productividad subóptimos.

El ejercicio es uno de los primeros sacrificios a los que la mayoría de nosotros hacemos frente, por las largas horas de trabajo y viaje. Si nos vamos de casa al amanecer y volvemos al anochecer ¿quién tiene tiempo o la energía para hacer ejercicio? Es una ironía, puesto que el ejercicio físico mejora la aptitud y se ha demostrado que se ahorra en gestiones de atención médica.

Un número creciente de organizaciones centran su atención en cómo los empleados se cuidan físicamente, de tal manera que reducen los costes de atención médica y absentismo por enfermedad, además de ayudar a impulsar un rendimiento más alto en sus trabajadores.

Por ello hay que hacer algunos cambios:

  • Evaluar el rendimiento por el valor que producen y no el número de horas que dedican los empleados.
  • Cambiar el enfoque de competencia (entendida como habilidades que necesitan para su trabajo) a capacidad (cantidad y calidad de la energía que tienen).

La energía colectiva de una organización sigue un camino predecible. ¿Sabías que la investigación sugiere que hay tiempos óptimos de la semana durante los cuales tomar el trabajo más difícil y otros tiempos que tiene sentido para las tareas administrativas, para el pensamiento creativo y estratégico, y para la construcción de relaciones?

Antes de finalizar este post, te adelantamos que en la próxima y penúltima entrega hablaremos sobre una parte espiritual de la energía: ¿Quién eres y qué quieres realmente?. Si quieres aprender más sobre los puntos que estamos tratando, el curso ‘Gestiona tu energía y no tu tiempo’ está compuesto por veinte capítulos, todos enfocados a mejorar la calidad de vida.

Ahora te dejamos con las actividades para que practiques lo aprendido.

1. Reflexiona acerca de tu día a día, y observa si consigues renovar tu energía adecuadamente, haciendo los descansos necesarios, cumpliendo las horas de trabajo tal como se establecen contractualmente, si tienes tiempo y ánimos para hacer ejercicio regularmente… y que se podría hacer para mejorar estas situaciones.

2. Relacionada con la primera actividad: Te animamos a que, si múltiples situaciones de las observadas en la situación 1 se cumplen, prepares mentalmente unos argumentos para poder concertar una cita con tu supervisor o departamento de recursos humanos para poder tratar la situación y llegar a un acuerdo que beneficie a las dos partes, mejorar tu calidad de vida y que la organización genere más valor con tu actividad. En caso de no tener supervisor en su cargo, es necesario que se plantee un cambio en su horario para poder obtener los beneficios de una mejor calidad de vida y rendimiento en el trabajo.

Algunos cambios son necesarios y muchos son posibles, si modificamos nuestros enfoque de pensamiento y dejamos de pensar en términos de competencia (entendida como habilidades que necesitan para su trabajo) por el de capacidad (cantidad y calidad de la energía que tienen).

¿Cómo podríamos gestionar la energía en la jornada laboral?

El lunes, estamos poco focalizados mentalmente, es el mejor día para las tareas administrativas de baja-demanda, incluyendo el establecimiento de metas, organización y planificación.

Para el martes y miércoles, la mayoría de nosotros estamos completamente incrementados. Nuestra capacidad de enfoque y compromiso está en su punto máximo. Tiene sentido, tanto individual como organizativamente, abordar el trabajo más difícil de esos días.

Para el jueves nuestra energía comienza a decaer. Este puede ser un buen día para reuniones en las que es importante llegar a un consenso.

Para el viernes, normalmente estamos en el nivel más bajo de energía es bueno utilizarlo, en la planificación de largo-alcance, y la construcción de relaciones.

Diseñar el flujo de trabajo en función de tu energía para ti y tu equipo con estos ritmos en mente ter permitirá sacar mayor provecho de tu energía y de la de tu equipo.

Como actividad para hoy te pido que armes en función de lo visto en el módulo un calendario de trabajo.

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