Contraseñas seguras

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Así es como son consideradas las contraseñas para la mayoría de los usuarios que se ven obligados a establecer credenciales de acceso para usar dispositivos electrónicos o para darse de alta en la mayoría de servicios de Internet.

Sin embargo, a pesar de que estamos hablando de una medida de seguridad, en muchos casos se puede burlar este fastidio tecleando “123456”. Esta serie de números sigue siendo en 2018 la contraseña más utilizada en todo el mundo, algo que nos debería preocupar a tenor del incremento de ciberataques que buscan hacerse con datos personales.

¿Qué es una contraseña segura?

La mejor contraseña es aquella que no puedes recordar. Una contraseña segura es toda aquella combinación de números, letras y caracteres especiales que impiden el acceso no autorizado.

Para que una contraseña sea segura debe cumplir dos requisitos:

  1. Longitud: debe contener mínimo 8 caracteres.
  2. Complejidad: debe contener, al menos, un carácter de cada uno de los siguientes grupos:
    • Letras minúsculas
    • Letras mayúsculas
    • Números
    • Caracteres especiales o símbolos (por ejemplo: “[ % , \ ! @”)

Por ejemplo, “P36T=Mhe” podría ser una contraseña segura que cumple con los requisitos mencionados, pero ¿es fácil de recordar una clave así? Probablemente no para la mayoría de los usuarios y en este punto es en el que se da el dilema de las contraseñas.

Este dilema se plantea cada vez que tenemos que ponerle una contraseña a algo: ¿una sencilla y fácil de recordar o una complicada y difícil de recordar?

Si optas por la primera opción, prescindes de la seguridad; si optas por la segunda opción te topas con un problema ya que tarde o temprano no podrás acceder a un servicio y deberás iniciar el engorroso proceso de reestablecer contraseña.

En las siguientes líneas hablaremos de cómo evitar ambas situaciones.

3 ciberataques con los que logran robar tus contraseñas

Para que la seguridad exista tienen que haber peligros. Por suerte, cada vez somos más conscientes de estos peligros porque los ataques informáticos ocupan titulares y conversaciones en las redes sociales. Sin embargo, el usuario medio no suele ser consciente de la forma en la que se producen los ataques, por lo que en el día a día, los cibercriminales se aprovechan de cualquier descuido para que un ataque sea un éxito.

  1. Ataques phishing para que termines facilitando tu contraseña. El phishing es uno de los ciberataques más utilizados por su alta tasa de éxito. Se trata de hacerse pasar por una persona, empresa o institución para que envíes tus datos (como tu contraseña), o lleves a cabo algún tipo de acción que de alguna manera beneficia al cibercriminal, como por ejemplo, que te registres en una página web o aplicación fraudulenta para así obtener tus datos. El ataque puede llegar a ti de varias formas: por e-mail, por un enlace que te han enviado por redes sociales o por un mensaje. Incluso podrían llamarte en nombre de un superior o de una compañía de la que eres cliente para pedirte información por teléfono. Nunca facilites claves o datos de acceso de ningún tipo.
  2. Ataques por fuerza bruta para descifrar contraseñas. Se trata de un método en el que se prueban todas las combinaciones posibles para encontrar la contraseña que permite el acceso. En algunos casos, el ataque por fuerza bruta es combinado con un ataque de diccionario, es decir, se combinan palabras que se encuentran en el diccionario dado que muchos usuarios establecen como clave conceptos de su propia lengua. Para evitar este tipo de ciberataque es importante evitar palabras o nombres propios en tus contraseñas.
  3. Keyloggers, las herramientas que registran lo que tecleas. Los keyloggers (registrador de teclas) pueden presentarse en forma de programas informáticos que se instalan en los equipos y se ejecutan en segundo plano, o bien en dispositivos electrónicos como un USB. Todo lo que teclea el usuario queda registrado por el keylogger, por lo que no solo es capaz de captar contraseñas, sino también tarjetas de crédito y cualquier información sensible.A pesar de que tener una contraseña compleja no evita ser víctima de este tipo de ataque, merece la pena tenerlo en cuenta dado que se trata de otra forma más de que nos roben las claves. Para mantener a raya los keyloggers existen programas antikeyloggers, antispyware y cortafuegos.

¿Cómo crear una contraseña segura?

Hay muchos métodos con sus correspondientes teorías que explican cómo crear una contraseña segura, pero ¿qué es lo más práctico cuando estamos en el proceso de registro de un servicio?

Una propuesta es el uso de generadores de contraseñas. Basta un par de clicks para obtener una clave única y segura que podremos copiar y pegar en la barra donde se nos pide establecer contraseña. 

Recuerda que, aunque generes una contraseña segura, es importante no volver a utilizarla, ni hacer pequeñas variaciones entre una clave y otra. Cualquiera de estas dos prácticas convierte a una contraseña segura en una vulnerabilidad.

Como es lógico, no hay cabeza capaz de memorizar combinaciones de números, letras y caracteres sin sentido, por lo que vamos a ver cómo podemos guardar las contraseñas seguras que has creado.

¿Cómo guardar tus contraseñas de forma segura?

Continuamente repetimos que la seguridad no es cómoda, pero es necesaria. Debemos integrarla como un hábito, tal y como tenemos interiorizado que hay que cerrar un coche cuando salimos de él, o cuando no prestamos las llaves de casa a cualquier persona.

Sin embargo, el hecho de que cada vez utilicemos más servicios por Internet y el que seamos dueños de más dispositivos electrónicos incrementa nuestra incomodidad al vernos en la tesitura de tener que utilizar contraseñas para todo.

¿Solución? La más recomendada es el uso de gestores de contraseñas. Algunos de los más populares son:

  • 1password. Se trata de una aplicación que puedes tener en el ordenador y en el smartphone. Se integra en el navegador para generar, guardar y utilizar las contraseñas en las webs donde se requieran. Tiene una prueba gratuita de 30 días.
  • Dashlane. Este es otro programa similar a 1password, que además tiene la opción de servir de wallet para criptomonedas. En este caso, tiene un plan gratuito bastante completo por si necesitas usarlo solo en un dispositivo.
  • KeePass. Popular entre los usuarios técnicos, ya que se trata de un gestor de contraseñas gratuito y de código abierto, por lo que puede ser adaptado a las necesidades de quienes lo vayan a utilizar.

Es importante tener en cuenta que todas estas herramientas piden que introduzcas una contraseña segura para poder acceder a las demás, es decir, solo tendrás que memorizar una única clave de ahora en adelante.

Las 5 claves definitivas para evitar el hackeo de tus contraseñas

  1. Crea una contraseña larga y compleja con un generador de contraseñas como el que te proponemos.
  2. Inmediatamente, almacena la clave en un gestor de contraseñas previamente instalado en tu equipo.
  3. No reutilices esa contraseña ni la compartas con nadie.
  4. Teclea tu contraseña en los equipos de confianza y ten especial cuidado con las redes públicas: se pueden ver los datos que se envían y se reciben a través de ellas.
  5. Si está disponible, activa el doble factor de autenticación.

En el Curso de Ciberseguridad para no tecnólogos podrás aprender éstas y muchas más estrategias para proteger tus datos en la red.

¿Qué es el protocolo HTTPS y por qué es importante?

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Puede que de un tiempo a esta parte hayas ido notando que, en la barra de direcciones de tu navegador, al principio de la URL y acompañadas del dibujo de un candado, aparecen las siglas HTTPS cuando entras en las webs que visitas a diario. Esto no es sino un indicativo de que tu conexión con la página está cifrada, es segura y es más difícil que alguien la intercepte. ¿Cómo esto es así? Comencemos.

¿Qué es el protocolo HTTPS?

HTTP es el acrónimo de Hypertext Transfer Protocol (en español protocolo de transferencia de hiper texto). HTTPS es igual, pero añadiéndole «Seguro». Estos dos protocolos se usan para lo mismo, la transferencia de datos.

La diferencia básica entre ambos es la forma en la que viajan los datos. Si los datos son transferidos mediante HTTP, estos viajan en claro y son accesibles para cualquiera que intercepte la comunicación. En cambio, el protocolo HTTPS usa una conexión segura mediante un cifrado SSL y por tanto los datos viajan de un modo seguro de un lugar a otro.

El objetivo de usar HTTPS responde a dos cuestiones: en primer lugar, certificar que la web visitada es legítima, y en segundo lugar que se mantiene la integridad y la privacidad de los datos de conexión. Al tener cubiertos estos dos aspectos, se obtiene protección contra ataques man-in-the-middle.

Adicionalmente, ofrece cifrado en dos direcciones para las comunicaciones entre servidores y clientes, lo que protege contra el espionaje y la manipulación de los contenidos de la comunicación. En la práctica, sirve como una garantía razonable de que nos estamos comunicando con la web que queremos y no con un impostor, lo que también protege contra ataques por phising, como el que se produjo en el Comité Demócrata Nacional antes de las últimas elecciones presidenciales de EE.UU..

Históricamente las conexiones HTTPS se han usado, fundamentalmente, para transacciones económicas, correo electrónico y dotar de mayor seguridad a los sistemas de comunicación corporativos.

¿Cómo se establece una conexión con HTTPS?

En todos los procesos de cifrado se necesita una clave para, en primer lugar, cifrar la información y, en segundo lugar, volverla legible. En el caso de HTTPS tiene que ser única para cada sesión, y debe generarse sin que nadie más tenga posibilidad de saberla.

Para ello se utiliza una técnica conocida como cifrado asimétrico, que utiliza un sistema basado en dos claves: una pública y una privada. Estas claves son un par de números relacionados de forma algo especial, de forma que un mensaje cifrado con una clave sólo puede ser cifrado con su par correspondiente.

Dicho de otra manera: si queremos entrar en nuestra bandeja de entrada de Gmail, la conexión de salida de nuestro PC se cifra con la clave pública. Cuando esa conexión llega al servidor de Google, se descifra usando la clave privada.

Sin embargo, antes de que la petición de conexión llegue a su destino, el navegador cifra una preclave generada en el momento con la clave pública del servidor al que nos queremos conectar. Eso se envía al servidor, que descifra la preclave con su clave privada. Tanto el servidor como el navegador aplicarán un cierto algoritmo a la preclave y obtendrán la misma clave de cifrado.

A partir de este momento, superado el escollo del intercambio de la clave, cliente y servidor cifran y descifran los datos con ella. Como nadie más la conoce, las comunicaciones son, en teoría, seguras. Esto es lo que hace que HTTPS sea importante, ya que gracias a él nuestras comunicaciones con las webs serán solo entre ellas y nosotros.

¿Por qué es importante HTTPS?

El uso de HTTPS evita el espionaje por parte de intrusos. Los intrusos incluyen desde actores maliciosos, a empresas legítimas pero que se consideran invasivas. En esta última categoría entrarían, por ejemplo, los proveedores de servicios de Internet o ISPs.

Sigue aprendiendo sobre las bases de la seguridad en los entornos digitales en nuestro Curso de Ciberseguridad para no tecnólogos.

Qué más cosas no deberíamos hacer desde ordenadores públicos

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Además de tener precaución con el uso del correo electrónico y el acceso a los perfiles de redes sociales, ¿qué otras cosas pueden poner en riesgo nuestra seguridad y privacidad si hacemos uso de dispositivos públicos?

a) No realizar ninguna acción en la que intervenga datos bancarios como sería comprar en una tienda online o acceder al servicio de banca electrónica. Este tipo de información es extremadamente sensible y crítica como para hacer uso de ella desde un dispositivo y conexión desconocida.

b) No introducir en ninguna web datos personales sensibles como puede ser el Documento Nacional de Identidad (DNI) o información sobre el estado de salud.

c) No cerrar la sesión cuando accedemos a un servicio y no guardar las credenciales de acceso en el navegador. Si la sesión queda abierta o las credenciales guardadas en el navegador, cualquiera que acceda al equipo después de nosotros tendrá la posibilidad de acceder a ella y utilizarla sin nuestro consentimiento. Para evitar esto podemos utilizar las funcionalidades de navegación anónima que disponen los navegadores.

Para más información sobre esta útil funcionalidad que nos ofrecen los navegadores, se puede consultar el artículo del blog “¿Ordenador público? Usa la opción del navegador navegación privada”.

d) No usar teclados virtuales, cuando es posible, para introducir credenciales de acceso. Este tipo de programa emulan las funciones de un teclado convencional, se muestra en la pantalla un teclado en el que se selecciona cada carácter por medio del ratón. Su uso está muy extendido en la banca online. Este tipo de software evita en gran medida que algunas clases de malware conocidos como keyloggers capturen las pulsaciones que hacemos con el teclado convencional.

e) Conectar al equipo un USB o un disco duro externo. Existen algunos malware que capturan toda la información contenida en la memoria externa o que se alojan en la misma hasta que se ejecuta en otro equipo para posteriormente infectarlo.

f) Descuidar el equipo cuando lo estemos utilizando. Aunque parezca algo inverosímil un simple descuido puede ser suficiente para que un ciberdelincuente robe información personal nuestra.

El uso de equipos públicos en determinadas situaciones puede sernos de utilidad, pero debemos ser precavidos con la información que facilitamos evitando, siempre que sea posible, introducir cualquier tipo de información personal ya que nunca sabemos cuan seguro es el equipo. Utilizaremos un dispositivo en el que tengamos confianza como un smartphone con la conexión de datos móvil activada para realizar trámites importantes: acceder a la banca online, realizar compras, acceso al correo, etc.

¿Te ha quedado alguna duda? ¿Quiere saber un poco más sobre cómo protegerte en entornos digitales? Descubre nuestro nuevo Curso de Ciberseguridad para no tecnólogos.

Qué puedo y no hacer en un ordenador público

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No siempre tenemos disponible nuestro ordenador personal junto a nosotros para realizar una tarea determinada, incluso, si no tenemos nuestro smartphone con nosotros, solo tenemos la opción de usar un pc público. Al no saber que tipo de seguridad tienen, o si esconde malware como puede ser un keylogger, te dejamos unos tips para no correr riesgos en el intento.

Lo ideal es utilizar este tipo de equipos para acceder a servicios en los que no tengamos que introducir ningún tipo de información personal (nombres de usuario, contraseñas, datos bancarios, etc.) como por ejemplo para buscar noticias, consultar mapas, rutas o lugares turísticos.

Correo electrónico

Siempre que sea posible evitaremos su uso. En caso de tener que acceder al correo electrónico desde un ordenador público, hay que realizar unas configuraciones previas, en un equipo seguro, para salvaguardar la seguridad y privacidad de la cuenta.

Facilitamos dos maneras diferentes en las que se puede acceder al correo sin poner el riesgo la privacidad y seguridad de la cuenta.

1. Crear una cuenta de correo temporal

Crear una cuenta de correo temporal a la que reenviar todos los correos que se envíen a la cuenta principal. De esta forma, se evita comprometer la seguridad de la cuenta de uso habitual, ya que en ningún momento se estará accediendo a ella.

A continuación explicaremos cómo crear una cuenta temporal a la que reenviar todos los correos recibidos en los servicios Gmail y Outlook por ser los clientes de correo más utilizados por los usuarios según Google Trends.

Lo primero que tenemos que hacer es acceder al servicio que queramos y crear una nueva cuenta de correo. Recuerda utilizar una contraseña robusta y diferente a tu cuenta de email habitual, para evitar accesos no autorizados.

Gmail: Para activar el reenvío automático de correos en Gmail, accede la siguiente web:Reenviar automáticamente a otra cuenta los correos recibidos.

Outlook:Para activar el reenvío automático de correos en Outlook accede la siguiente web donde se explica paso a paso cómo hacerlo:Reenviar mensajes automáticamente a otra cuenta de correo electrónico

2. La verificación en dos pasos

La verificación en dos pasos en la cuenta de correo temporales una medida de seguridad extra, muy útil, con la que evitaremos que, si un ciberdelincuente captura nuestras credenciales de acceso al correo electrónico, acceda al mismo ya que se requiere de otro código adicional para terminar el proceso de acceso a la cuenta. Esta segunda clave puede obtenerse de diferentes formas: a través de un SMS a un número móvil asociado a la cuenta, una llamada de voz, correo electrónico o una app.

Para activar la verificación en dos pasos en la cuenta e Outlook accede a la siguiente web: Contraseñas de aplicación y verificación en dos pasos.

Gmail:Si quieres saber más acerca de cómo activar la verificación en dos pasos en Google accede a la siguiente web: Añadir verificación en dos pasos.

Outlook:Para activar la verificación en dos pasos en la cuenta e Outlook accede a la siguiente web: Contraseñas de aplicación y verificación en dos pasos.

Redes sociales

Como sucede con el correo electrónico, siempre que sea posible evitaremos su uso en ordenadores públicos ya que simplemente para acceder, es necesario aportar información confidencial como usuario y contraseña. Además, en los perfiles hay disponible gran cantidad de información personal por lo que no es recomendable acceder a ella desde un equipo en el que no podemos tener confianza. Si es asumible el riesgo, es importante aplicar unas medidas de seguridad previamente y, por supuesto, también desde un equipo de confianza.

Opciones de seguridad en Facebook

Esta red social cuenta con un menú en exclusiva para configurar la privacidad y seguridad de la cuenta. Para ello, una vez logueados, nos dirigiremos a la parte superior derecha de la pantalla y seleccionaremos con el ratón el icono con forma de flecha. A continuación, haremos clic sobre la opción “Configuración”.

En el menú lateral izquierdo de la nueva ventana, seleccionamos la opción “Seguridad” para configurar todas las opciones disponibles en la red social. Algunas interesantes son:

  1. Las “Alertas de inicio de sesión”, que avisan al propietario de la cuenta cuando alguien inicia sesión desde un dispositivo no reconocido.
  2. Las “Aprobaciones de inicio de sesión” que es el sistema de verificación en dos pasos que tiene Facebook.
  3. “Donde has iniciado sesión” que muestra una lista con la fecha y hora de acceso, la ubicación y el dispositivo desde el que se accedió.

Para obtener más información sobre todas las configuraciones disponibles, se puede consultar directamente la web de soporte y ayuda de la red social.

Opciones de seguridad en Twitter

En Twitter también se puede activar la verificación en dos pasos. Si nos dirigimos a la parte superior derecha de la pantalla, hacemos clic en el icono de nuestro perfil y seleccionamos la opción “Configuración” accederemos a una nueva ventana en cuyo lateral izquierdo encontraremos un menú con distintas opciones, entre ellas la de “Seguridad y privacidad”. Dentro de ésta, está la “Verificación de inicio de sesión”.

Para obtener más información sobre las opciones de seguridad y privacidad en Twitter puedes visitar la siguiente web: https://support.twitter.com

Opciones de seguridad en otras redes sociales:

Centro de seguridad y privacidad en Instagram.

Centro de seguridad de Snapchat.

Si quieres descubrir más nociones básicas sobre seguridad en los entornos digitales no lo dudes y únete al Curso Ciberseguridad para no tecnólogos.

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