La importancia de contratar
empleados capacitados en inteligencia emocional puede ser difícil de
sobreestimar.
La investigación sugiere que a
medida que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático toman las
tareas que tradicionalmente realizan las personas, la inteligencia emocional (IE)
desempeñará un papel importante en aquellos trabajos con poder de permanencia,
reforzando además las habilidades difíciles. Y aquellos que discuten sobre cuán
importante es la IE no la descartan como completamente irrelevante.
Pero los gerentes de contratación
a menudo tienen dificultades para evaluar la inteligencia emocional de los
candidatos.
Existen ciertas preguntas que
pueden brindarte información clave. Pero antes, es preciso entender cómo se
constituye inteligencia emocional. Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia
emocional, divide el concepto en «competencias emocionales» que
incluyen autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de
relaciones.
El objetivo es formular preguntas
que brinden información sobre los cuatro ámbitos de las competencias
emocionales del talento potencial.
Pregunta 1: ¿Cómo se establece
la confianza?
Para que los equipos de trabajo
tengan éxito, sus empleados deben confiar entre sí. Se ha descubierto que los
entornos de alta confianza promueven una mayor participación de los
trabajadores y, en el extremo opuesto, cuando la confianza se ve comprometida,
las personas «se retiran y se desvinculan».
Crear confianza requiere
múltiples competencias de inteligencia emocional. Significa comprender lo que
la otra persona está expresando, sentir lo que está sintiendo, ser consciente
de su propio comportamiento y modificar su conducta con cada individuo. Esta
pregunta es una gran oportunidad para probar cuánto piensa un candidato en
todos estos elementos.
Pregunta 2: Si trabajaras para
tu principal competidor, ¿cómo te ganarías?
Es importante dar la oportunidad
de compartir las fortalezas e historias de éxito. Incluso puedes preguntar cuál
es su super poder. Si saben en qué son buenos, podrán duplicarlo y aprovechar
esa fortaleza en su trabajo. Pero las personas con una IE alta también saben
cuál es su kriptonita: sus puntos débiles. Es parte de la autoconciencia. Y
deberían pensar cómo esos puntos débiles pueden afectar al equipo y a la
organización en general.
Esta pregunta les da a los
candidatos la oportunidad de mostrar su habilidad para poner el bien de la
organización por delante de su propio orgullo. Y al enmarcarlo de esta manera,
estás invitando al entrevistado a ver su propio trabajo desde el exterior. La
capacidad de tomar la perspectiva de otra persona es una habilidad crucial de
la IE.
Pregunta 3: ¿Puedes usar una
declaración de creencias para explicar el valor de lo que ofrecemos?
Cada vez más, los empleados y
clientes acuden en masa a empresas que tienen un propósito social, un deseo de
hacer algo bueno por el mundo, además de sus motivos de lucro.
Si tu empresa tiene un propósito,
un candidato que se haya preparado para la entrevista probablemente lo sabrá.
Pero pedirles que reciten una línea que leyeron en alguna parte de la página
web corporativa no te dirá mucho. Por ello es mejor pedir a las personas que
usen una declaración de creencias que se encuentre en el corazón de lo que
ofrece una organización o equipo. Esta es una oportunidad para ver cómo piensa
el candidato a través del concepto. Y, además, te permitirá ver cómo reaccionan
al recibir orientación o feedback. La curiosidad y la disposición a aprender
son buenas señales de inteligencia emocional.
La declaración de creencias del
candidato debe expresar empatía con las necesidades de los clientes o
empleados.
No hay una prueba infalible para
medir la inteligencia emocional. Cada una de estas preguntas es una oportunidad
para involucrar a nuevos talentos en un diálogo para evaluar cómo incorporan
diferentes principios de inteligencia emocional en su trabajo y qué tan cómodos
se sienten al abarcar las competencias emocionales que son fundamentales para tu
equipo o negocio. Cuanto más incorpores este tipo de preguntas en el proceso de
contratación, más fuerte será su Inteligencia Emocional interna.
La autoconciencia y el autoconocimiento son dos factores clave de esta inteligencia emocional. Aprende más sobre ambos en nuestro Curso de Autoconocimiento y Productividad.
Todos hemos experimentado esos
momentos en los que hemos tenido que hacer todo lo posible para escuchar
activamente mientras alguien cuenta una historia que parece ser más larga que
Moby Dick. Y, ¿qué es peor que eso? Ser tú la persona que divaga sin cesar.
Seamos realistas: no todos somos
narradores natos. Pero eso no significa que no nos encontremos con un montón de
situaciones diferentes en las que necesitamos serlo. Ya sea que para explicar
un momento en que se superó un desafío en una entrevista de trabajo o para compartir
una anécdota personal en un evento de networking, todos nos encontramos con
esos casos en los que necesitamos elaborar una narrativa convincente.
Entonces, ¿cómo puedes contar una
historia que sea interesante y atractiva? Los siguientes cinco consejos son un
excelente lugar para comenzar.
1. Engancharlos desde el
principio
Independientemente de si estás
escribiendo o hablando, una introducción que llame la atención es la primera
clave para asegurarse de enganchar a tu audiencia, y esto no significa comenzar
con un cliché «Once upon a time» o » Bueno, fue un martes
lluvioso … «
Entonces, ¿qué tipo de tácticas
puedes emplear para tu presentación? Lo mejor que puedes hacer es comenzar tu
historia con algo que sorprenda o intrigue a tu público, ya sea una persona o un
auditorio entero.
La clave de una introducción
poderosa es conseguir que la audiencia se pregunte cómo sucedió, por qué
sucedió y qué hiciste exactamente para solucionarlo.
2. Tener un arco claro
¿Alguna vez has escuchado la
historia de alguien y te ha dejad pensando, «Umm, y luego qué …”? Esa
persona acaba de realizar una narración sin un arco claro, lo que significa que
te quedaste sin resolución o conclusión, y en cambio sentiste que perdías
minutos de tu vida escuchando una historia completamente inútil.
No hace falta decir que no
quieres ser esa persona que deja a la gente colgando. Entonces, antes de lanzarte
a una anécdota que crees es interesante, tómate un momento para confirmar que tu
historia tiene un comienzo real, un nudo y, quizás lo más importante, un final.
Lo sé, parece muy simple. Pero,
es un paso crucial que a menudo se pasa por alto.
3. “Hazte” interesante
La mayoría de las veces,
especialmente para entrevistas de trabajo o charlas profesionales, guardamos
nuestras historias en la memoria. Tenemos anécdotas enlatadas listas para sacar
de nuestros bolsillos tras cualquier aviso.
Y, si bien esto es útil para
garantizar que siempre estás armado y listo con una narración algo interesante,
puede tener graves consecuencias en tu entrega. En lugar de parecer involucrado
y comprometido en tu propia historia, puedes parecer un robot que recita
mecánicamente.
Por lo tanto, por obvio que
parezca, haz un esfuerzo para parecer realmente entusiasmado con lo que estás
compartiendo. Piensa que, si no pareces estar interesado en tu historia, ¿por
qué debería alguien más estarlo?
4. Usa el tiempo presente
Aquí hay un pequeño truco de
escritor que puedes usar para hacer que tus historias sean mucho más
atractivas: usa el tiempo presente.
No, no importa si estás contando
una historia de algo que sucedió hace años. Puedes configurar la escena y luego
usar el lenguaje actual para darle a tu historia un mayor sentido de relevancia
e inmediatez, lo que mantendrá a tu audiencia mucho más interesada.
5. Cuanto más corto, mejor
Esto va a sonar bastante mal,
pero haz un esfuerzo para quedarte conmigo. Como humanos, todos somos bastante
egoístas, lo que significa que puede ser difícil para nosotros estar
interesados en cosas que no nos involucran directa o personalmente.
Entonces, a menos que estés
contando cómo domesticaste a un león salvaje o le estrechaste la mano al Dalai
Lama, la mayoría de las personas no estarán tan interesadas en tu historia como
tú, lo que significa que la brevedad es importante.
Puedes pensar que todos esos
detalles menores son los que realmente le dan a tu narrativa un empuje
adicional y un contexto adicional, pero generalmente es mejor dejarlos por
completo para mantener tu historia lo más concisa posible.
No todos somos narradores
naturales. Pero eso no significa que no nos encontremos con frecuencia en
situaciones en las que necesitamos compartir una anécdota atractiva.
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