Una vez visto los anteriores posts sobre: ser consciente de la energía (Post 1) , comprender los hábitos (Post 2) y las necesidades emocionales (Post 3), ha llegado el momento de empezar a poner en práctica la combinación de estos. El tema de hoy es: “utilízalo o deshazte de ello”.
Empezaremos hablando sobre nuestra energía física “Sintiendo el pulso” nombre de uno de los capítulos que podrás encontrar en el Curso ‘Gestiona tu energía y no tu tiempo’.
Nuestra necesidad más fundamental es gastar y renovar energía.
La mayoría de nosotros gastamos más energía de la que renovamos adecuadamente.
Todos los sistemas en nuestro pulso corporal funcionan rítmicamente cuando estamos sanos; latidos del corazón, ondas cerebrales, temperatura corporal, presión arterial y niveles hormonales. Incluso en los trabajos sedentarios, la energía física es la base sobre la que descansa el alto rendimiento.
Si no nos cuidamos físicamente no nos aseguramos de que en última instancia seremos subóptimos en todo lo que hagamos.
Cada actividad en nuestras vidas tiene una consecuencia energética—comer, moverse, dormir, trabajar, y las relaciones. El mantenimiento y el reabastecimiento son esenciales para un alto rendimiento sostenible.
Cuanto mayor es la demanda a la que nos enfrentamos, mayor y más frecuente es la necesidad de renovación.
- Trabajando demasiado tiempo, demasiado continuamente, y durmiendo muy poco, terminamos gastando demasiada energía mental y emocionalmente, con muy poca renovación.
- Estando sentados demasiado tiempo y comiendo demasiado, no gastamos suficiente energía físicamente. La consecuencia es que perdemos resistencia y fuerza, y subimos de peso.
Somos más eficaces en el trabajo cuando alternamos entre formas activas de renovación, como el ejercicio y el juego, y formas más pasivas, como la meditación, la siesta y el sueño.
Somos más eficaces en el trabajo cuando renovamos energía de forma regular, es entonces cuando estaremos en nuestro mejor momento.
¿Qué necesitamos hacer sistemáticamente para renovarnos regularmente? Necesitamos alternar entre formas activas de renovación, como el ejercicio y el juego, y formas más pasivas, como la meditación y el sueño.
Antes de finalizar este post y dejarte la actividad pertinente para que puedas poner en práctica y sobre todo hacerte pensar alrededor del tema de hoy, te queremos avisar que para la próxima semana tendrás un tema muy importante y valioso, el Post 5 – El valor de descansar y del sueño.
Actividad:
Identifica qué haces actualmente para recargarte o repostar energía durante el transcurso de tu día laboral. Basado en lo que has aprendido hoy, ¿qué puedes hacer para asegurarte de obtener mejores formas activas y pasivas de renovación de energía a lo largo del día?
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