Cómo el Storytelling puede impulsar el crecimiento de tu empresa

Softskill

Recientemente, Knowledge@Wharton realizó una entrevista a Carmine Gallo, autor del libro ”The Storyteller’s Secret: From TED Speakers to Business Legends, Why Some Ideas Catch On and Others Don’t”.

En la entrevista Gallo explica cómo ha estado estudiando la comunicación durante 25 años  gracias a su amplia carrera profesional como periodista en la CNN.

Comunicar a través del storytelling

Durante los últimos años Gallo ha visto cómo muchos estudiantes y profesionales del área de negocios no son capaces de comunicarse con eficacia. Según el autor, no basta con comunicar datos o hechos concretos, es necesario crear una historia que sea capaz de conectar con la audiencia, el llamado storytelling.

Actualmente, muchos empresarios saben de la importancia de crear mensajes que conecten con sus clientes, pero no saben realmente cómo hacerlo debido a que la idea de narración es demasiado abstracta. Un caso de éxito es el de Steve Wynn, propietario del Hotel Las Vegas, que descubrió el potencial que tiene el storytelling para conectar con sus clientes y motivar a sus empleados. Wynn decidió hace cinco años que era importante que todos su empleados fueran capaces de compartir con el resto de la empresa las historias y  experiencias de sus clientes, con el objetivo de crear un sentimiento más positivo y emocional a nivel corporativo.

Del mismo modo, la empresa Southwest Airlines desarrolló una cultura del storytelling gracias a la visión de su fundador, Herb Kelleher, basada en mantener unos valores éticos que se transmitieran a los pasajeros. De esta forma los equipos de recursos humanos realizaron vídeos de pasajeros reales que han tenido alguna experiencia de vida de lucha y superación. La idea era acercar la vida de los pasajeros a los empleados, creando un sentimiento de cuidado y respeto hacia los clientes, que se traduciría en un mayor calidad en la atención de las necesidades de cada pasajero.

Para Gallo, Richard Branson es uno de los ejemplos más claros en la creación de historias inspiradoras dentro del mundo de los negocios. Para Branson uno de los puntos clave para crear una historia que enganche y motive es la simplicidad del lenguaje. Tal y como explica Gallo, Branson es disléxico y siempre ha tenido que hacer el esfuerzo de simplificar los mensajes, haciéndolos cortos y concisos. Para el autor ésta cualidad supone una ventaja a la hora de comunicar y motivar a los que te rodean, aspecto que todo líder debería dominar.

Líderes convertidos en storytellers

Las empresas con líderes capaces de transmitir sus ideas mediante el storytelling disponen de una ventaja competitiva respecto a las empresas que no utilizan dicho recurso. Según un estudio realizado por la consultora KPMG, la gente necesita sentirse involucrada con una gran causa o propósito para sentirse motivada. Así, KPMG decidió convertir a sus directivos en storytellers, de manera que fueran capaces de explicar historias sobre la historia de KMPG y cómo la empresa sigue creciendo por todo el mundo, ayudando a mejorar las empresas y hacer del mundo un lugar mejor.

Las grandes compañías ya están aplicando la cultura del storytelling para aumentar el compromiso y la motivación de sus empleados, transmitir la misión de la empresa y crear una imagen de marca atractiva.

La Dimensión Social del Aprendizaje Colaborativo Virtual

Colaboración

El aprendizaje colaborativo virtual se entiende como un proceso social de construcción de conocimiento, en el que, a partir del trabajo conjunto y el establecimiento de metas comunes se da una reciprocidad entre un conjunto de personas que comparten intereses comunes. Este grupo de personas saben diferenciar y contrastar sus puntos de vista de tal manera que llegan a generar un proceso de construcción de conocimiento.

Este proceso de aprendizaje, es un proceso en el que cada individuo aprende más de forma colaborativa que por sí solo, es decir, que hablamos de un aprendizaje basado en la interacción con los integrantes del equipo. En el desarrollo de un grupo, por tanto, la interacción se convierte en un elemento clave, teniendo en cuenta que es el proceso esencial de juntar las contribuciones de los participantes en la co-creación de conocimiento.

Los expertos hablan de la importancia de la interacción social en el aprendizaje a partir de la definición de diferentes tipos de relaciones o papeles que desempeña ésta en referencia a los procesos cognitivos individuales y en los procesos de construcción de conocimiento. Estas relaciones establecidas entre los aspectos sociales y los cognitivos pueden ser de: complementariedad, condición previa, necesidad o dependencia.

A continuación se muestran los resultados obtenidos de un estudio sobre las características del aprendizaje colaborativo virtual, donde se ha analizado el comportamiento de cuatro (4) grupos diferenciados que han revelado información interesante en relación a los elementos que influyen en la dimensión social.

¿Qué elementos influyen en la dimensión social de los grupos colaborativos virtuales?

1. Relación entre el número de mensajes y el éxito del grupo.

Los expertos, que han analizado el aprendizaje colaborativo virtual, han observado que aquellos grupos que obtuvieron mayor éxito fueron aquellos que realizaron un mayor número de interacciones en comparación con los grupos que mostraron un menor rendimiento. Los mensajes que se transmitieron entre los grupos con mayor éxito y mayor número de interacciones, fueron un tipo de mensajes mucho más complejos, elaborados y extensos en relación a su estructura y contenido.

2. Uso de recursos sociales.

En los primeros grupos, se observó que los participantes emitían una tipología de mensajes que integraban tanto recursos sociales como cognitivos. Es decir, se ayudaban a resolver dudas sobre los contenidos o búsqueda de material y a la vez tenían cierta preocupación por el bienestar de los compañeros.

En el resto de grupos, hubo una emisión de mensajes relacionados con aspectos más negativos que positivos. Los participantes de dicho grupo lo comentaban como una experiencia extraña donde ni si quiera los participantes habían abierto un debate para expresar la opinión de cada uno.

3. Factores personales que influyen a priori en la formación del grupo.

En el estudio se observó que en las dinámicas que se desarrollaban llegaban a influir algunos elementos de carácter personal de los participantes. Los dos factores principales identificados fueron: el contexto social individual y las actitudes que adoptan los miembros.

1. Contexto social individual.

El contexto social individual en el que se encuentra cada miembro es decisivo para el desarrollo del grupo. Este contexto único e individual se determina por:

– Las características de los estudiantes.

Hacen referencia a las capacidades y habilidades personales de los participantes, aspectos de la personalidad como la motivación, el nivel de curiosidad y autoridad, la confianza con los demás, la timidez. Todos estos aspectos son claves para determinar a un grupo de participantes.

– El tiempo / la disponibilidad.

En un contexto virtual basado en el texto y en los mensajes emitidos al resto de participantes, es esencial disponer de tiempo suficiente para elaborar el contenido del mensaje que se quiere transmitir ya que es muy importante asegurarse de que se está dando a conocer la información correcta.

– Dominio de las TIC.

Teniendo en cuenta que las tareas que se llevan a cabo se desarrollan en un medio virtual, es de vital importancia que los participantes de dicho medio estén familiarizados con las TIC y respondan bien ante ellas.

– Percepción del trabajo en equipo y de la tarea a desempeñar.

Los participantes de los grupos evaluados para este estudio, presentaban diferentes expectativas y percepción del trabajo en equipo y de los resultados a alcanzar, lo que llevaba a que cada uno de ellos concediera un sentido diferente a la actividad. Gran parte de los grupos demostraron que les resultaba satisfactorio realizar el trabajo en equipo y que era muy sencillo hacerlo a través de Internet. Una pequeña parte no se mostraban receptivos a esta dinámica y apostaban por lo contrario, trabajar de forma individual.

2. Actitudes que adoptan los miembros en relación al trabajo de grupo.

Para el desarrollo óptimo de un grupo y crear un sentido de comunidad, es esencial que los miembros adopten cuatro (4) actitudes:

– Transparencia.

Esta actitud se asocia al intercambio de información como a la exposición de ideas, y es fundamental para el desarrollo de relaciones de confianza entre los miembros. 

– Compromiso.

El compromiso social es una actitud clave en una comunidad, y se fundamenta básicamente de la responsabilidad individual de cada uno de los miembros. Sin este compromiso, sería difícil avanzar de manera conjunta y con buenos resultados.

– Constancia.

Implica tener un contacto regular a partir del esfuerzo personal de cada uno de los miembros, siendo imprescindible para el trabajo colaborativo virtual.

– Respeto.

Es imprescindible que se mantenga el respeto entre los compañeros de una comunidad para asegurar la participación de todos los miembros eliminando de esta manera el miedo a participar y ser juzgado.

Otros elementos relacionados con la construcción de relaciones y que aumentan el sentimiento de pertenencia a una comunidad son:

– Felicitaciones y mensajes de ánimo para mantener la motivación de los participantes.

– Expresiones de gratitud o agradecimiento.

– Disculpas y excusas.

– Ayuda: ofrecer y pedir ayuda.

– Humor e ironía.

– Relaciones informales. Comentarios no relacionados con el trabajo.

Sin duda, en una comunidad, donde los miembros de la misma comparten intereses comunes, es muy importante que los participantes mantengan una buena actitud y estén dispuestos a interaccionar con transparencia, respeto, compromiso y constancia con el resto de sus compañeros.

Valuexperience, somos una empresa con ADN colaborativo, creemos, creamos y vivimos la colaboración. En la fase de diseño de una solución todo momento es propicio para encontrar, compartir o contrastar una idea con el equipo.

Utilizar la formación para fomentar la cultura de la empresa

RRHH, Recursos Humanos

La cultura de una empresa es una parte fundamental de la misma, un elemento diferencial de gran importancia. La cultura es la manera cómo se hacen las cosas en una compañía: la forma cómo se saluda a los compañeros, la forma cómo se discuten los temas importantes, la forma cómo se toman las decisiones… Todo esto y muchos otros pequeños o grandes elementos van forjando la cultura de la empresa.

La cultura tiene un gran impacto en la performance de la empresa y de sus trabajadores. Es lo que condiciona la manera cómo los empleados se sienten al ir cada día a trabajar. Esto es algo que conviene tener en cuenta y dedicarle especial atención. La cultura es el motivo principal -si no, uno de los más importantes- por el que los empleados deciden quedarse en una compañía. Es una de esas cosas que el dinero no puede comprar.

Es por todo esto que la cultura de una empresa, su ADN, debe ser inculcada en los empleados desde el primer día, para que se sientan parte de ella. Para conseguirlo, la mejor manera es mediante la formación. Ésta es la mejor manera de crear un enlace entre los valores de la empresa y el rol que juegan los empleados. De esta manera, se consigue un equipo de personas capaces y comprometidas, que entienden su misión en la empresa y trabajan para conseguir los objetivos de la misma; y no simplemente un grupo de personas que llegan a la empresa, hacen su trabajo y se van a casa.

Para promover la cultura de la empresa, es importante proporcionar una formación abierta. En las empresas, existen dos categorías principales de formación: la destinada a escalar profesionalmente y el aprendizaje de alguna habilidad concreta. Ambos tipos de formación son útiles, pero no están exentos de debilidades. La primera categoría, por ejemplo, no resulta del todo adecuada para las empresas pequeñas, donde no existe una jerarquía corporativa definida. Además, está enfocada únicamente a escalar profesionalmente. Resulta más eficiente ofrecer a los empleados la posibilidad de aprender aquello por lo que sientan interés, para así mejoren y se superen.

El otro tipo de formación, la destinada a aprender una habilidad concreta, también cuenta con limitaciones, ya que suele resultar demasiado estandarizado. Conviene adaptar la formación a los empleados y a su trabajo, mostrarles por qué tienen que aprender lo que tienen que aprender y conectar los conocimientos directamente con el trabajo del día a día. También es importante mostrarles cómo su performance está conectada con la de la empresa y con su ADN.

También es importante tener en cuenta que los empleados no simplemente van a adquirir la cultura de la empresa, sino que también van aportar algo a ella, enriquecerla. Y para ello, la formación es clave. La formación debe permitir maximizar la eficiencia de los trabajadores y su motivación por el trabajo, y no solo enseñar una nueva habilidad. De esta manera, toda la empresa resulta beneficiada.

Esto es lo que ponemos en práctica en las acciones formativas que desarrollamos desde Valuexperience. Adaptamos los planes a la empresa y a su ADN, para de esta manera fomentar la cultura de la compañía. Nuestras comunidades y planes formativos ayudan los empleados a ir en la misma dirección y crean engagement con el equipo y con la empresa en general. Además, también sirven como un importante recurso para facilitar la adaptación de los nuevos empleados, ya que los conecta con el resto de la compañía y con la cultura de la misma.

La formación es un elemento muy importante para crear valor en una empresa. Y resulta muy beneficioso aprovecharla, no solo para transmitir conocimiento sino también para transmitir la cultura de la empresa. El ADN de la compañía y cómo sacarle partido es algo que debe tenerse en cuenta a la hora diseñar un plan formativo.

La inspiración, el secreto para la productividad de tus empleados

Habilidades

La inspiración, el secreto para la productividad de tus empleados

Aunque se suela decir que la clave para la productividad de los empleados es conseguir que se comprometan con la empresa, esto no es suficiente. Hay que ir más allá, ya que el secreto se encuentra en la inspiración.  Esta es la conclusión de un estudio de Eric Garton y Micheal C. Mankins  y recogido en su artículo para Harvard Business Review.

No es fácil conseguir inspirar a los empleados, y hay algunos pasos previos a seguir. La base es la satisfacción, para ello hay algunos elementos fundamentales, como tener un ambiente de trabajo seguro y las herramientas necesarias y adecuadas para llevar a cabo las tareas. Una vez conseguido esto, hay que pasar al siguiente nivel: el compromiso.

Un empleado comprometido con la empresa es aquél que se siente parte de un equipo extraordinario, siente que está aprendiendo y creciendo y que puede gracias a su trabajo,  lograr un impacto real. Conseguir esto es muy importante, ya que este empleado será mucho más productivo que uno que simplemente está satisfecho con su trabajo. Sin embargo, conviene dar un paso más y llegar a la inspiración. Un empleado inspirado toma la misión y el propósito de la empresa como propios.

Hay diferencias notables entre la performance y la productividad de los empleados en estos tres niveles. Como explican Garton y Mankins, “los empleados satisfechos organizan una reunión para ver qué hacen con los muros, los comprometidos empiezan a buscar escaleras para escalar los muros y los inspirados atraviesan los muros”.

Para el estudio se encuestó a 300 ejecutivos de diferentes empresas de todo el mundo sobre la productividad de empleados insatisfechos, satisfechos, comprometidos e inspirados. Los resultados muestran que si el índice de productividad de los empleados satisfechos es de 100, el de los comprometidos llega a 144. Pero aquí no queda la cosa, ya que el nivel de productividad de los empleados inspirados es de 225.

Ya hemos visto la importancia de inspirar a los trabajadores, pero ¿cómo conseguirlo? Muchos directores creen que el elemento principal para crear inspiración es el sueldo: pagando más a los empleados, estarán más inspirados a dar lo mejor de sí. Sin embargo, esto no siempre es así y hay otros elementos que también entran en juego.

Otra creencia extendida es que la escasa burocracia y la autonomía de los empleados ayudan a crear compromiso e inspiración. Es cierto que si la gente se enfrenta constantemente a reuniones innecesarias, lentos procesos de aprobación y obstáculos rutinarios es difícil que estén satisfechos. Sin embargo, estos elementos por sí solos tampoco dan los resultados deseados.

Para crear inspiración en los empleados, lo más importante es contar con líderes capaces de inspirar. Muchos directores son capaces de conseguir buenos resultados en números, pero muy pocos dominan el arte del liderazgo inspiracional. De esta manera, no son capaces de guiar a los miembros de su equipo al desarrollo de su máximo potencial, construir y liderar equipos extraordinarios ni conectar a sus subordinados con la misión y el propósito de la empresa.

No obstante, el liderazgo inspiracional puede ser enseñado y aprendido. Trabajando su habilidad para inspirar a sus empleados, un líder puede conseguir que estos sientan la misión y el propósito de la empresa como propios y, por lo tanto, den lo mejor de sí en su trabajo. Esta es la clave para la mayor productividad y los mejores resultados.

Trabajo en equipo: ponerse de acuerdo en cómo colaborar

Colaboración

Es bastante común que, entre los miembros de un mismo equipo, haya diferencias sobre la manera de entender el trabajo en equipo. Cada persona tiene su propio estilo y preferencias, sus propias normas de conducta. Por ejemplo, para alguien puede ser correcto llegar a las 10:04 a una reunión prevista para las 10:00, mientras que para otra persona lo ideal es presentarse a las 9:50. ¿Y qué ocurre cuando estas dos personas trabajan juntas? Ambas partes pueden acabar con cierta frustración o enfado, que se agrava si estas diferencias aparecen también en otros aspectos del trabajo y con más personas.

Estas diferencias existen y pueden crear problemas para la colaboración y el trabajo en equipo. Para que un equipo sea eficiente, es imprescindible que los miembros puedan coordinarse y trabajar en la misma dirección.  Es por esto que las diferencias en las normas de conducta de cada persona pueden interponerse en el buen funcionamiento del equipo; los motivos tras las acciones pueden malinterpretarse, y esto provoca tensión entre los compañeros. ¿Qué puede hacer un líder para evitar que las diferencias entre los miembros afecten la eficiencia de su equipo?

Un líder debe conseguir que su equipo esté cohesionado y coordinado, más allá de las diferencias que puedan tener los miembros. Para ello, una buena estrategia es unificar las normas de conducta, crear unas propias del equipo que todos los miembros sigan. También es importante que estas directrices no sean impuestas desde arriba, ya que su efecto será mayor si todos los miembros participan en su creación y los sienten como suyos. Además, será mucho más eficientes si las normas del equipo son una confluencia de la normas de conducta de todos los miembros, no solo las que el líder considera importantes.

¿Cómo se consigue esto? ¿Cómo se ponen en común las normas de conducta de todos los miembros? Un buen método es preguntar a cada uno de los miembros las diez acciones que consideran más importantes llevar a cabo para el buen funcionamiento del equipo. Éstas son conductas relativas al respeto y la confianza entre los miembros, a la discusión y toma de decisiones, al disentimiento, a la innovación, a la solución de conflictos, etc. Después se ponen en común estas opiniones: cada empleado deberá leer las listas de sus compañeros y marcar las diez acciones que considere más importantes. A continuación, toca hacer balance. Las diez directrices con más votos se convertirán en las normas del equipo. De esta manera se unifican las normas de conducta y se consigue una colaboración más eficiente. Ejemplos de estas directrices podrían ser dar a conocer los problemas cuando aparezcan o decir claramente a los compañeros lo que necesitas.

Sin embargo, estas directrices no son algo fijo e invariable, ya que deben evolucionar conforme lo hace el equipo. Cuando se incorporan nuevos miembros es importante invitarlos a dar su opinión sobre las normas y añadir nuevas si lo creen conveniente.

En esta línea, también puede ser conveniente el realizar una auditoria cultural de vez en cuando. De esta manera, se analizan los resultados de las normas establecidas y se discute si hay que modificar alguna o incluir nuevas. Una buena estrategia para que la auditoría sea un éxito es pedir a los miembros del equipo, unos días antes de la reunión, que piensen cómo describirían a un nuevo compañero “la manera cómo se hacen las cosas en este equipo”.

Las normas de conducta del equipo ayudarán a los miembros a trabajar de manera eficiente y productiva. Es importante centrarse en los comportamientos que faciliten la colaboración, de manera simple y práctica; tener unas directrices explícitas al respecto permite esto. Además, también se evitan conflictos y malinterpretaciones.

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