Líderes: liderando hacia el futuro

Liderando hacia el futuro

A medida que el mundo y la naturaleza del trabajo cambia fundamentalmente, lo líderes deben considerar nuevas habilidades y los cambios de mentalidad que las acompañan como necesarias.

Para ser un líder efectivo en el contexto de la transformación tecnológica, los directivos deben abrazar un cambio de mentalidad que tienen su raíz en la tecnología, la demografía y las nuevas normas culturales sin perder las características que perduran del liderazgo tradicional.

¿Estaré preparado para liderar en 2025?

Esta pregunta puede resultar incómoda pues, aunque falta menos de una década, es difícil aventurarse a predecir qué será necesario para ser un buen líder del mañana, aún teniendo experiencias propias que nos han ayudado a ser buenos líderes hoy. Tal vez el liderazgo no consista, tan solo, en confeccionar una estrategia y una visión, motivar al personal para su consecución y mejorar los resultados cada año.

Tanto el caso de:

RBC: El gigante proveedor de servicios financieros canadiense cuya transformación digital ha puesto de relieve la necesidad de líderes que abracen y entiendan completamente cómo liderar y competir en la nueva economía y, así, transformado por completo su modelo de liderazgo y de gestión del talento.

Alan Mulally: Legendario CEO de Ford y Boeing, que al principio consideraba que un buen líder se mostraba al cargo y dirigía de forma efectiva cuando era necesario pero, después de que uno de sus mejores directivos se marchara porque se sentía controlado en exceso, comprendió que un buen líder da rienda suelta al talento de los demás en lugar de tan sólo tratar de aprovecharlo.

Brian Halligan: Cofundador y actual CEO de Hubspot, que demuestra que el desafío no es solamente el cambio en el estilo de liderazgo de empresas legendarias sino también de empresas jóvenes, y quién dice pasar gran parte del tiempo pensando en los líderes futuros de la compañía, pues necesitan entender las motivaciones de las nuevas generaciones y los estilos de liderazgo que pueden funcionar con ellos debido a que la media de edad de los empleados está entre los 20 y los 30 años.

Estos casos generan algunas preguntas importantes sobre el liderazgo del futuro:

¿Qué cambios en el mundo (digitalización, la IA y las máquinas inteligentes, la globalización, etc.) influirán en lo que significa ser un buen líder?

¿Cuáles serán las diferencias entre los líderes del futuro y los actuales en sus acciones, omisiones y estilo?

¿Qué clima y cultura organizacional, así como medidas concretas en las compañías, facilitarán la emergencia orgánica, la identificación y el desarrollo de una nueva generación de líderes?

Ya que lo que significa ser una compañía está cambiando y el propio trabajo también, ¿se convertirá el liderazgo en un arte más que un oficio?

Las características contextuales y perdurables del liderazgo

Aunque pueda parecer que se avecina la total transformación del liderazgo, si nos paramos a reflexionar descubrimos ciertos rasgos, atributos y características que siguen siendo componentes esenciales de un buen líder, como la integridad, el carácter, el valor, la capacidad de ejecución y el enfoque al cliente.

Pero también, debido a lo profundo y rápido del cambio que vivimos, además de estas características perdurables, es lógico pensar que habrá nuevas demandas en cuanto a las capacidades de las personas destinadas a liderar las compañías en el futuro y que éstas dependerán de factores contextuales como los mencionados más arriba.

Además, a medida que la generación del milenio ocupa los puestos de liderazgo, la manera en que se trabaja está cambiando. La digitalización de los modelos de negocio y el uso de algoritmos y programas de análisis en estos obligan a los nuevos líderes a repensar sus estrategias, tanto de contratación como de gestión del personal. Todas estas demandas son a las que llamamos características contextuales del liderazgo. Por tanto, los buenos líderes del futuro deberán integrar la visión y estrategia como características perdurables de una manera transparente, inclusiva y colaborativa como características contextuales.

En este contexto de transformación digital, así pues, pregúntate tú también ¿estaré preparado para liderar en 2025?

RRHH, Recursos Humanos

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Líder: Llegando a la mayoría de edad digital

Adaptarse a los entornos de un mercado cada vez más digital y aprovechar las tecnologías digitales para mejorar las operaciones e impulsar el nuevo valor para el cliente son objetivos importantes para casi todos los negocios contemporáneos. La buena noticia es que muchas empresas están empezando a realizar los cambios necesarios para adaptar su organización a un entorno digital.

Los estudios de negocios digitales muestran que el entorno digital es fundamentalmente diferente del tradicional. Las empresas que maduran digitalmente reconocen estas diferencias y están transformando cómo aprenden y lideran para adaptarse y tener éxito en un mercado que cambia rápidamente. Estas investigaciones año proporcionan algunas ideas importantes sobre cómo las empresas se están adaptando a un entorno de negocios digital:

    • Las organizaciones están comenzando a avanzar digitalmente. Por primera vez en cuatro años, se observa un incremento en la puntuación de los encuestados sobre la madurez digital de su empresa. Muchas empresas ya establecidas están empezando a tomar la irrupción digital en serio y a responder a ella. Si las empresas estaban esperando que los competidores actuaran antes de responder, este cambio sugiere que el momento de actuar es ahora.
    • Desarrollar – no tan sólo tener – líderes digitales diferencia a las empresas digitalmente maduras. El indicador más importante de madurez digital no es, simplemente, tener a los líderes digitales adecuados, aunque más del 50% de las empresas que están madurando digitalmente todavía dicen necesitar nuevos líderes. Las organizaciones digitalmente más maduras tienen más de cuatro veces más probabilidades de estar desarrollando a estos líderes digitales que las menos maduras. Las claves de un liderazgo digital efectivo se centran en habilitar a la organización: proporcionar visión y propósito, crear condiciones para experimentar, empoderar a las personas para que piensen de manera diferente y hacer que colaboren más allá de las fronteras.
    • Las compañías que maduran digitalmente desplazan la toma de decisiones cada vez más hacia abajo en la organización. Al mismo tiempo, parece haber una desconexión entre el C-suite, o grupo de individuos más influyente, y los gerentes de nivel medio con respecto a esto. Si bien el 59% de los CEO cree que están reduciendo la toma de decisiones, solo alrededor del 33% de los encuestados a nivel de vicepresidente y director opina que está sucediendo. Si bien uno puede sentirse tentado a concluir que los líderes no están dispuestos a entregar su autoridad a los demás, parte de la evidencia sugiere que los empleados pueden ser reacios a dar un paso al frente y asumir sus funciones como líderes digitales.
    • El negocio digital es más rápido, más flexible y distribuido, y tiene una cultura y una mentalidad diferentes a las de los negocios tradicionales. El ritmo de los negocios, la cultura y mentalidad y un lugar de trabajo flexible y distribuido se encuentran entre las mayores diferencias entre los negocios digitales y los tradicionales. Por tanto, muchas empresas deben cambiar la forma en que operan para competir. Los mayores desafíos son la necesidad de experimentar y asumir riesgos, lidiar con la ambigüedad y el cambio constante, comprar e implementar la tecnología adecuada e implementar sistemas de toma de decisiones distribuida.
    • Las organizaciones que maduran digitalmente son más propensas a experimentar e iterar. La experimentación y la iteración son claves para que las empresas respondan a la irrupción digital y, sin embargo, no son suficientes. Las empresas deben usar los resultados de esos experimentos – éxitos y fracasos – para impulsar el cambio en toda la organización. Las empresas con abundantes recursos pueden verse tentadas a simplemente «tirar dinero al problema» de la irrupción digital, pero eso, generalmente, no conduce a un aprendizaje continuo y práctico de la manera en que lo hace la experimentación. En su lugar, las empresas establecidas deberían descubrir cómo experimentar para competir en el futuro y, al mismo tiempo, mantener el negocio principal para ser rentable en el presente.
  • Se necesita desarrollar continuamente habilidades, pero se proporciona poco o ningún apoyo por parte de la organización. Alrededor del 90% de los encuestados indican que necesitan actualizar sus habilidades al menos una vez al año y, casi la mitad de ellos, de manera continua. Sin embargo, solo el 34% de los encuestados dice estar satisfecho con el grado en que su organización apoya el desarrollo continuo de habilidades. Muchas organizaciones continúan confiando en la capacitación formal para desarrollar estas habilidades, pero cultivar un entorno que permita el aprendizaje en el trabajo puede ser más efectivo. Muchos empleados también están dispuestos a hacerlo ellos mismos, con el apoyo adecuado. De los encuestados, el 90% indica que quiere usar el análisis de datos de su organización para mejorar su rendimiento.

Transformación Digital

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Líder: Cómo hacer de la amabilidad un principio básico de tu empresa

Líder: Cómo hacer de la amabilidad un principio básico de tu empresa

Estamos viviendo tiempos duros, mezquinos y divisivos. Pero, así como la mala conducta tiene tendencia a extenderse y propagarse, también lo hace la buena conducta. La amabilidad, por ejemplo, resulta ser contagiosa.

En su trabajo, el psicólogo Jamil Zaki habla de la “conformidad positiva” y de cómo, en sus estudios, participantes que creían que otros eran más generosos, se hicieron más generosos, sugiriendo así que la amabilidad es una conducta contagiosa y que puede transmitirse en cascada entre las personas, adoptando nuevas formas.

Esta visión puede aplicarse a las empresas. Muchos líderes buscan en sus empleados esa amabilidad aplastante para impresionar a sus clientes y la tratan como una cuestión de políticas y procedimientos. En realidad, la manera de desatar la amabilidad en una organización es tratarla como un contagio y crear condiciones bajo las cuales todos la atrapen.

No existe un proceso científico para inspirar a una persona a hacer algo extraordinario. La única manera de conseguirlo es educar a la gente, excitarla, incitarla. Darles permiso para estar a la altura cuando sea necesario. Darles un voto de confianza.

Por otra parte, resulta más natural que los empleados de primera línea se muestren amables con los clientes si se sienten motivados por un verdadero orgullo por lo que hacen. Pero ¿cómo podemos conseguir que las personas se sientan realmente orgullosos de la marca? Implicar a los trabajadores con la marca, permitir que éstos prueben los productos y los servicios y experimenten la experiencia cliente de primera mano.

Además, fomentar que los trabajadores pueden recoger y compartir sus experiencias genera en ellos un elevado compromiso con la compañía.

En definitiva, los líderes no deben olvidar que “no se puede ordenar a las personas que sean amables, pero sí se puede provocar un contagio de la amabilidad”.

Liderazgo

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Líder, trabaja tu inteligencia emocional

Líder, conoce los 12 elementos de la Inteligencia Emocional

Muy a menudo se define la inteligencia emocional de ciertos líderes de una manera demasiado limitada. En estos casos, se enfoca demasiado a la sociabilidad, la sensibilidad y la simpatía de la persona, dejando de lado elementos clave de este tipo de inteligencia, que harían a un líder más fuerte y efectivo.

Según estudios de la HBR destaca algunas de las habilidades de las que puede carecer un líder amable y positivo: la capacidad de dar un feedback difícil a los empleados, el coraje para molestar y conducir al cambio, la creatividad para pensar “fuera de la caja”. Pero estas carencias no son el resultado de la Inteligencia emocional de este tipo de líderes, sino la evidencia de que sus habilidades en IE son desiguales.

En los estudios y modelos desarrollados en los últimos años sobre inteligencia emocional y las fortalezas para el éxito del liderazgo, se ha observado que una variedad equilibrada de capacidades específicas de IE es necesario para que un líder pueda enfrentarse a desafíos difíciles.

Hay muchos modelos de inteligencia emocional, cada uno con su propio conjunto de habilidades. Una de las propuestas define 4 dominios de este tipo de inteligencia: la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de las relaciones.

Dentro de estos cuatro dominios encontramos los 12 elementos o capacidades aprendidas y aprendibles que permiten un desempeño excelente del liderazgo, entre las que se incluyen la empatía, la perspectiva positiva y el autocontrol, así como los logros, la influencia, el manejo de conflictos, el trabajo en equipo o el liderazgo inspirador. Tanto las primeras como las segundas requieren un alto compromiso con las emociones y, como tal, deberían ser parte de las prioridades de desarrollo de cualquier líder.

Softskill

Por ejemplo, un líder con fuerza en el manejo de conflictos estaría capacitado para dar a las personas feedbacks desagradables. Y, si estuviera más inclinado a influir, querría proporcionar esa retroalimentación difícil como una forma de dirigir sus informes directos y ayudarlos a crecer.

Frente a un compañero o empleado que es dominante y abrasivo, con un equilibrio más amplio de las habilidades de la IE, el líder podría plantear el problema directamente a la persona, recurriendo al autocontrol emocional para mantener a raya su propia reactividad mientras le expresa lo que no funciona. También podría recurrir a la estrategia de influencia.

Del mismo modo, un líder con una capacidad de liderazgo inspirador tendría más éxito en impulsar el cambio. Un líder con esta fuerza puede articular una visión o misión que resuena emocionalmente tanto con ellos mismos como con aquellos a quienes lideran, lo cual es un ingrediente clave para reunir la motivación esencial para ir en una nueva dirección. De hecho, varios estudios han encontrado una fuerte asociación entre la IE, el impulso al cambio y el liderazgo visionario.

Para sobresalir, los líderes deben desarrollar un equilibrio de fortalezas en el conjunto de competencias de la IE. Cuando hacen eso, los resultados de sus compañías son excelentes.

¿Cómo puede un líder saber dónde necesita mejorar su IE, especialmente si siente que es fuerte en algunas áreas?

El simple hecho de revisar las 12 competencias en su mente puede darle una idea de cuáles puede necesitar desarrollar en mayor medida. Por otra parte, hay una serie de modelos formales de la IE, muchos de ellos con sus propias herramientas de evaluación. Se recomiendan las evaluaciones exhaustivas que recopilan tanto las autoevaluaciones como las opiniones de otras personas. Esta retroalimentación externa es particularmente útil para evaluar todas las áreas de la IE, incluida la autoconciencia.

Se ha encontrado que las evaluaciones que incorporan observaciones sistemáticas y anónimas del comportamiento del líder realizadas por personas que trabajan con él, no se correlacionan bien con el coeficiente intelectual o la personalidad, pero son los mejores indicadores de la efectividad de un líder, el rendimiento real del negocio, el compromiso y satisfacción laboral. Según la investigación, cuanto más grande es la brecha entre las autoevaluaciones de un líder y la forma en que otros lo ven, menos fortalezas de la IE muestra el líder, y más pobres son los resultados comerciales.

Estas evaluaciones son fundamentales para una evaluación completa de su la inteligencia emocional de un líder, pero incluso comprender que estas 12 competencias son parte de la IE es un primer paso importante para abordar las áreas donde ésta está en su punto más débil. El coaching es el método más eficaz para mejorar en áreas con déficit de IE.

Incluso las personas con muchas fortalezas aparentes de liderazgo pueden soportar comprender mejor aquellas áreas de la IE en las que tenemos espacio para crecer.

Para ser un buen líder no debes cambiar tu desarrollo asumiendo que la IE se trata de ser dulce y astuto, o que tu IE es perfecta o, lo que es peor, suponiendo que la IE no puede ayudarte a sobresalir en tu carrera.

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Líder, ¿cómo encauzar una conversación difícil?

Líder, ¿cómo encauzar una conversación difícil?

A pesar de nuestras mejores intenciones, las conversaciones con frecuencia pueden virar hacia un territorio difícil, produciendo frustración, resentimiento y una pérdida de tiempo y esfuerzo.

La inflexibilidad conversacional puede hacer casi imposible liderar el cambio. En lugar de motivar y facilitar el progreso, exaspera y agota a su equipo. Para tener conversaciones más efectivas, es necesario agregar más herramientas de conversación y aprender a usarlas con habilidad.

A continuación, se muestran ocho estrategias que se pueden utilizar para encarrilar las conversaciones y luego avanzar.

    1. Cambia la relación de “oposición” a “asociación”. En medio de una conversación difícil, es fácil ver a tu compañero de conversación como tu oponente. Intentar reposicionarse, tanto mental como físicamente, para estar al lado de la otra persona, de modo que se centre en el mismo problema es clave. En lugar de acercarse a las conversaciones como un asalto frontal a un edificio vigilado, es mejor llamar cortésmente a la puerta del castillo, donde es más probable ser bienvenido.

    1. Replantea tu propósito de “convencer” a “aprender”. Las conversaciones a menudo se desvían cuando intentamos que alguien adopte nuestra visión o enfoque. Cuando nuestro propósito es hacer que otra persona vea las cosas a nuestra manera, es probable que se resistan, y la discusión bloquea el aprendizaje y envía las conversaciones a una zanja. No importa lo bien hablados y lógicos que podamos ser, no podemos entender y resolver el problema sin explorar cómo lo ve la otra persona. Cada vez que usamos la persuasión como su objetivo conversacional, se vuelve ineficaz. El cambio consciente a un modo de aprendizaje nos ayuda a obtener la perspectiva que necesitamos para ser creativos, colaborar y avanzar la conversación.

    1. Verbaliza tu intención. La transparencia ayuda a facilitar conversaciones productivas. Comparte tu propósito y lo que esperas lograr con tu interlocutor. Pregunta qué les gustaría obtener de la conversación. Se explícito, no solo sobre el tema y el resultado deseado de la conversación, sino también sobre el proceso.

    1. Evita suposiciones. Pregúntale a alguien que acaba de tener una conversación difícil qué salió mal, y es probable que te describan lo que creen que estaba en la mente de la otra persona: «Está totalmente concentrado en su propia carrera y no le importa si el equipo tiene éxito», por ejemplo. Las suposiciones que hacemos sobre las intenciones de otra persona generalmente revelan más sobre nosotros mismos que sobre lo que sucede en su mente. Hacer suposiciones también limita nuestra efectividad porque nos impide entender completamente la situación y reduce el rango de soluciones que consideramos.

    1. Examina la perspectiva del otro con franqueza y curiosidad. Para comprender la perspectiva de tu compañero de conversación, es necesario desactivar la actitud defensiva y activar la curiosidad. Evita hacer preguntas importantes y cerradas y haz preguntas abiertas.

    1. Reconoce tu parte. Es muy fácil identificar lo que la otra persona ha hecho mal, pero es mucho más difícil identificar la propia contribución al problema. Pero reconocer tu parte demuestra cómo asumir la responsabilidad y alienta a otros a hacer lo mismo.

    1. Aprende tus A-BCDs (E-CDDm). Se han identificado cuatro comportamientos de comunicación que descarrilan las conversaciones de manera consistente, conocidos como “los cuatro jinetes del apocalipsis». Es importante aprender a: Evitar la Culpa, el Desprecio, estar a la Defensiva y ser un “Muro”. La actitud defensiva aparece cuando negamos la responsabilidad de nuestra propia contribución a la conversación difícil. El “muro de piedra” puede tomar varias formas, incluida la pasividad, evitar un tema determinado, negarse a participar o contribuir a la discusión, o retener información relevante. Si te involucras en alguno de estos comportamientos, es importante volver a concentrarse en lo que se está tratando de lograr y recordar que examinar los problemas difíciles con franqueza y curiosidad, aunque a veces sea incómodo, es clave para tener conversaciones productivas. Discute los cuatro comportamientos con su equipo y acepta que os responsabilizarán mutuamente por evitarlos.

  1. Busca información para resolver problemas. Los seres humanos estamos motivados para preservar y proteger nuestra autoestima, por lo que la retroalimentación puede ser difícil de recibir. Tendemos a rechazar la información que amenaza nuestra identidad y, por lo tanto, no aprendemos de ella.

La práctica de cualquiera de estas técnicas aumentará tu capacidad para tener conversaciones productivas sobre incluso los problemas más difíciles o polémicos. El objetivo es incorporar las ocho en tu repertorio, aumentar tu agilidad conversacional y mejorar tu capacidad para influir en sus colegas.

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Comunidad y Redes Sociales: diferentes y necesarias al mismo tiempo

Si quieres saber la diferencia entre una Red Social y una Comunidad, pide a tus amigos de Facebook que te ayuden a pintar tu casa”. Con este ejemplo tan sencillo y explicativo, Henry Mintzberg abre su artículo para Harvard Bussiness Review.

Las Redes Sociales nos conectan unos a otros, nos facilitan la comunicación, pero no son sinónimos de Comunidad. La palabra Comunidad siempre ha sido utilizada para referirse a un grupo de personas que ocupaban un mismo territorio, compartían unos hábitos y una forma de vida concretos, tenían una historia común y se preocupaban los unos por los otros. Sin embargo, últimamente se ha puesto de moda esta palabra para designar a lo que en realidad son Redes: gente con intereses comunes, pero no con los mismos valores, historia o recuerdos.

Mitzberg utiliza el ejemplo de los movimientos sociales, en los que las redes sociales han jugado un importante papel en los últimos años. Sin embargo, como aseguró un egipcio en un artículo de Thomas Friedman para The New York Times sobre la Primavera Árabe, “Facebook ayudó mucho a la gente a comunicarse, pero no a colaborar”. Y como explica Mitzberg, aunque estos grandes movimientos crean conciencia sobre la necesidad de cambio, son las pequeñas iniciativas llevadas, a cabo por grupos más pequeños, las que acaban  marcando la diferencia.

Llevado al terreno empresarial, las compañías más eficientes son las que funcionan como una Comunidad, no como una colección de recursos humanos. Por supuesto, las empresas necesitan Redes Sociales que faciliten la comunicación entre sus diferentes empleados; pero esto no es suficiente para crear una Comunidad. Y es que, más allá de la comunicación, la colaboración es crucial.

Tendemos a hablar mucho de la importancia del liderazgo, pero la Comunidad es más importante. Un buen líder debe promover la creación y fortalecimiento de la Comunidad. Para esto, las Redes Sociales son imprescindibles, pero bien gestionadas y dirigidas a la creación de Comunidad. Según Mitzberg, aunque las Redes Sociales son maravillosas para comunicarnos, pueden tener un efecto negativo en la colaboración, a no ser que se gestionen con cuidado.

De esta manera, para que una empresa funcione eficientemente, necesitamos Redes Sociales y Comunidades al mismo tiempo. Las dos se complementan mutuamente y es gracias a una que se puede crear la otra.

colaboración

 

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