[vc_row][vc_column][vc_single_image image=»11882″ img_size=»full»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Conocida es la rápida capacidad del sector financiero español para integrar los avances tecnológicos que han ido surgiendo a través del tiempo (ordenadores, cajeros, medios de pago, etc.). Sin embargo, la incorporación de nuevas tecnologías ya no es suficiente, es necesario ir más allá.

A menudo, leemos y escuchamos en los medios, las declaraciones de altos ejecutivos sobre la necesidad de cambiar y transformarse para seguir siendo la alternativa escogida por sus clientes. Y, efectivamente, es un hecho que las entidades están invirtiendo tiempo y recursos en cambiar, en adaptarse a las nuevas formas de interacción digital que sus clientes exigen.

Clientes de hoy y clientes del mañana

Si bien, un nuevo perfil de cliente ha surgido, cuyas necesidades distan del cliente tradicional, y deben ser cubiertas por el banco, aún hay una gran cantidad de clientes que no están preparados para el cambio. Lo mismo ocurre internamente, ni la cultura de la organización ni la estructura tecnológica ni los procesos están preparados para dar un salto rotundo y veloz a la Era Digital.

La Transformación Digital es un proceso que debe ser paulatino e ir acompasado con la sociedad. No debe perderse de vista que hay una parte importante de ella que necesita más tiempo para asumir el cambio.

Las entidades bancarias no desconocen este fenómeno y, sabiendo que el cambio es inexorable, han tomado cartas en el asunto. En lugar de presionar a aquellos clientes que no están familiarizados con la tecnología, han decidido acompañarlos en su tránsito hacia los nuevos canales digitales.

No obstante, el cliente del futuro está cerca, y la banca debe estar preparada para ser competitiva ante la generación de nativos digitales y no perder terreno frente a nuevos players (financieros y no financieros).

Sorpresas en el sector

Esta nueva realidad en la que, por una parte, la entrada de nativos digitales como clientes es inminente, y por otra, hay usuarios que buscan canales alternativos de relación con sus bancos, obliga a las entidades a definir una estrategia de transformación que facilite el trato personalizado, a la vez que incorpore la innovación. Sólo así, podrán sentar bases sólidas en el nuevo mercado competitivo.

En este nuevo mercado, las fintech juegan un papel importante, tienen un gran apetito por la innovación y cuentan con estructuras muy flexibles y orientadas cien por ciento a las necesidades del cliente. Tales características que, hasta hace poco, les hacían ver como una amenaza, a ojos de las entidades bancarias, hoy son valores codiciados por algunas de ellas, quienes han decidido que es mejor tenerlas de aliadas que de enemigas en su estrategia de mejora de la experiencia del cliente y Transformación Digital. Estableciendo así, provechosas alianzas.

El pasado año las fintech recibieron aportaciones de más de 18.000 millones de euros. Sin embargo, aún no cuentan con las relaciones estables que sí mantienen los bancos con sus clientes. Por lo tanto, trabajando juntos, ambos podrán ofrecer productos innovadores a un mayor número de clientes.

La Transformación Digital provocará una revolución en los modelos de negocio de las entidades financieras, pero también es una oportunidad para el desarrollo de mejora continua y eficiencia interna. Al respecto, es importante que, la cultura digital que busca la banca facilite la captación de talento, y que la innovación, se aplique en nuevas formas de trabajar: colaborativas y ágiles.

El futuro de las entidades depende de su capacidad para adaptarse al entorno digital, y mientras antes lo hagan, antes verán reflejados sus resultados en mayores ingresos y mejores rentas. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_single_image image=»11666″ img_size=»full» onclick=»custom_link» link=»http://www.valuexperience.com/programa-liderazgo-4-0/»][/vc_column][/vc_row]

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