Trabajo en equipo: ponerse de acuerdo en cómo colaborar

Colaboración

Es bastante común que, entre los miembros de un mismo equipo, haya diferencias sobre la manera de entender el trabajo en equipo. Cada persona tiene su propio estilo y preferencias, sus propias normas de conducta. Por ejemplo, para alguien puede ser correcto llegar a las 10:04 a una reunión prevista para las 10:00, mientras que para otra persona lo ideal es presentarse a las 9:50. ¿Y qué ocurre cuando estas dos personas trabajan juntas? Ambas partes pueden acabar con cierta frustración o enfado, que se agrava si estas diferencias aparecen también en otros aspectos del trabajo y con más personas.

Estas diferencias existen y pueden crear problemas para la colaboración y el trabajo en equipo. Para que un equipo sea eficiente, es imprescindible que los miembros puedan coordinarse y trabajar en la misma dirección.  Es por esto que las diferencias en las normas de conducta de cada persona pueden interponerse en el buen funcionamiento del equipo; los motivos tras las acciones pueden malinterpretarse, y esto provoca tensión entre los compañeros. ¿Qué puede hacer un líder para evitar que las diferencias entre los miembros afecten la eficiencia de su equipo?

Un líder debe conseguir que su equipo esté cohesionado y coordinado, más allá de las diferencias que puedan tener los miembros. Para ello, una buena estrategia es unificar las normas de conducta, crear unas propias del equipo que todos los miembros sigan. También es importante que estas directrices no sean impuestas desde arriba, ya que su efecto será mayor si todos los miembros participan en su creación y los sienten como suyos. Además, será mucho más eficientes si las normas del equipo son una confluencia de la normas de conducta de todos los miembros, no solo las que el líder considera importantes.

¿Cómo se consigue esto? ¿Cómo se ponen en común las normas de conducta de todos los miembros? Un buen método es preguntar a cada uno de los miembros las diez acciones que consideran más importantes llevar a cabo para el buen funcionamiento del equipo. Éstas son conductas relativas al respeto y la confianza entre los miembros, a la discusión y toma de decisiones, al disentimiento, a la innovación, a la solución de conflictos, etc. Después se ponen en común estas opiniones: cada empleado deberá leer las listas de sus compañeros y marcar las diez acciones que considere más importantes. A continuación, toca hacer balance. Las diez directrices con más votos se convertirán en las normas del equipo. De esta manera se unifican las normas de conducta y se consigue una colaboración más eficiente. Ejemplos de estas directrices podrían ser dar a conocer los problemas cuando aparezcan o decir claramente a los compañeros lo que necesitas.

Sin embargo, estas directrices no son algo fijo e invariable, ya que deben evolucionar conforme lo hace el equipo. Cuando se incorporan nuevos miembros es importante invitarlos a dar su opinión sobre las normas y añadir nuevas si lo creen conveniente.

En esta línea, también puede ser conveniente el realizar una auditoria cultural de vez en cuando. De esta manera, se analizan los resultados de las normas establecidas y se discute si hay que modificar alguna o incluir nuevas. Una buena estrategia para que la auditoría sea un éxito es pedir a los miembros del equipo, unos días antes de la reunión, que piensen cómo describirían a un nuevo compañero “la manera cómo se hacen las cosas en este equipo”.

Las normas de conducta del equipo ayudarán a los miembros a trabajar de manera eficiente y productiva. Es importante centrarse en los comportamientos que faciliten la colaboración, de manera simple y práctica; tener unas directrices explícitas al respecto permite esto. Además, también se evitan conflictos y malinterpretaciones.

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Transformación Digital: 9 preguntas que te ayudarán a llevarla a cabo

Es probable que, de todo el léxico empresarial de hoy en día, el concepto Transformación Digital sea uno de los que más ansiedad provoquen . Las nuevas tecnología ofrecen grandes oportunidades a las empresas, pero también suponen retos: están cambiando sectores enteros y amenazando el status quo con una fuerza sin precedentes. Esto genera incertidumbres en muchas organizaciones, que se han acostumbrado durante años a hacer las cosas de una determinada manera.

Sin embargo, las el mundo está cambiando y las empresas deben adaptarse a las nuevas tecnologías. Por este motivo, la Trasformación Digital es un imperativo para las empresas. Muchas comprenden la necesidad de aumentar su coeficiente digital, pero no todas saben cómo hacerlo. Para ayudarlas, Karel Dörner y Jürgen Meffert ha elaborado para McKinsey & Company una serie de preguntas; contestarlas correctamente aumenta las posibilidades de éxito en la Transformación Digital.

1.- ¿Sabes dónde está ocurriendo el cambio?

La Tecnología Digital afecta a muchos aspectos diferentes, tanto del comportamiento de la empresa como de la interacción con los clientes. Esto hace difícil saber por dónde empezar la Transformación. Es importante saber dónde están ocurriendo los mayores cambios y, para ello, hay que mirar más allá de nuestro sector.

Transformación Digital

2.- ¿Sabes cuál es el recorrido del cliente que importa?

El recorrido del cliente es la suma de interacciones individuales con una marca a través de todos los canales para llevar a cabo una tarea. Identificar este recorrido nos ayudará a optimizarlo, descubriendo qué tecnología es mejor aplicar en cada proceso. De esta manera, la empresa podrá hacer cada interacción más rápida y eficiente.

3.- ¿Están tus equipos colaborando entre ellos?

La Transformación Digital no puede tener éxito si solo se crean una serie de actividades digitales concretas y aisladas, la integración es vital. Una estrategia que da resultado a muchas empresas es crear equipos interfuncionales, combinando personal de marketing, ventas, desarrollo de productos y tecnología para llevar a cabo proyectos específicos. Para que estos equipos funcionen, se necesita apoyo de los directivos, mandatos claros, recursos suficientes para llevar a cabo su programa, responsabilidad y accountability.

4.- ¿Has inculcado una estrategia de test and learn?

Para saber si algo funciona, es imprescindible probarlo. Por este motivo, las empresas existosas, cuando desarrollan una innovación, la ponen a prueba con sus clientes. Después, analizan los resultados y hacen los cambios necesarios hasta su optimización. Sin embargo, esta evaluación no tiene que llevarse a cabo únicamente al final del proceso, sino que tiene que darse continuamente, en todas las fases.

5.- ¿Está tu presupuesto ligado al progreso?

En muchas empresas, la Trasformación Digital se ve entorpecida por altibajos presupuestarios. De hecho, según Digital Quotient, menos del 15% de las empresas puede quantificar el ROI de sus iniciativas digitales. Una solución a esta problemática es seguir de cerca el desarrollo de los proyectos y condicionar el presupuesto al progreso.

Transformación Digital

6.- ¿Utilizas mecanismos de confrontación de ideas?

Para evitar que las malas ideas lleguen a llevarse a cabo, algunas empresas han creado un equipo para analizarlas, buscarles errores y ponerlas a prueba. Estos grupos están formados por gente que conoce bien el negocio y nativos digitales de start-ups o empresas de tecnología. Con su experiencia y perspectiva externa pueden detectar problemas rápidamente. Otra opción consiste en un consejo que guíe a la empresa durante su Transformación.

7.- ¿Están tus empleados empoderados para actuar?

Factores como el miedo al cambio o al fracaso pueden paralizar un proyecto. Para liderar una Transformación Digital con éxito hay que tener capacidad de respuesta y poder actuar con rapidez. Para eso, es conveniente que el equipo encargado de la Transformación tenga autonomía y disponga de autorización y recursos para actuar con rapidez.

8.- ¿Tienes un departamento tecnológico a dos velocidades?

Durante la Trasformación Digital no hay que desestimar la tecnología que ya tenga la empresa. Los sistemas de transacciones y otros con datos sensibles deben ser protegidos, mientras se desarrollan, al margen, aplicaciones para otras operaciones sin tocar los sistemas ya existentes.

9.- ¿Coordinas un abanico de iniciativas?

La Transformación de una empresa no es una sola operación, sino varias iniciativas que se combinan y se integran entre ellas. Es importante que no sean independientes unas de otras, por eso es imporante tener un equipo interfuncional que las coordine. Además, los ejecutivos deben seguir a todas ellas y asegurarse de que estén alineadas con la estrategia empresarial.

Convertirse en una empresa digital requiere fundamentalmente cambiar la manera de llevar el negocio. Por eso la Transformación Digital es un proceso tan difícil. Sin embargo, es necesario y las empresas deben hacer un esfuerzo para adaptarse a las nuevas tecnologías. Responder a estas nueve preguntas puede servir de guía para liderar un proceso de Transformación exitoso.

El impacto del eLearning en la Inteligencia Colectiva

Recursos Humanos

La Inteligencia Colectiva surge gracias a la colaboración, el esfuerzo conjunto, al intercambio de conocimiento, a la reflexión y resolución conjunta de problemáticas, a la toma de decisiones conjuntas, en resumen surge de la interacción entre diferentes personas. Cuando en las empresas se desarrollan estrategias para motivar su desarrollo,  la  Inteligencia Colectiva nace como una cultura y crece con ella.

Es una habilidad que se desarrolla a lo largo del tiempo; aprendiendo de las experiencias vitales e interacciones con los demás. Es un elemento clave para una educación completa.

En las organizaciones, las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación han propiciado la colaboración entre diferentes  empleados a la hora de resolver situaciones, tomar decisiones, aprender nuevos conceptos, compartir buenas practicas…crear contenidos. Y esto justamente favorece  el desarrollo de la Inteligencia Colectiva. No todas las personas que componen la organización pueden abarcar todo el conocimiento necesario para que la organización funcione , es por esto que se desarrollan diferentes áreas o parcelas de conocimiento (expertise), la unión de todos estos micro- saberes  da como resultado la Inteligencia Colectiva de la organización.

Según Karl Albrecht, autor del libro ‘’ Inteligencia social: la nueva ciencia del éxito’’,  las personas tienen seis dimensiones de inteligencia que deberían considerarse cuando se desarrollan experiencias de eLearning:

Social: Esta dimensión se compone de la comunicación y las habilidades de trabajo en equipo. Se refiere al grado en el que se puede interactuar con otros en situaciones sociales, especialmente cuando las personas son de diversas culturas y contextos educativos diferentes.

Abstracta: El razonamiento lógico y los conceptos matemáticos engloban esta categoría.

Estética: Diseño y forma. La persona que tiene ‘’inteligencia estética’’ tiene talento para el arte y puede concluir si los elementos individuales del diseño pueden integrarse en el conjunto.

Emocional: El propio conocimiento y reconocimiento emocional son dos aspectos importantes de la inteligencia emocional. Esta dimensión incluye el poder regular las propias emociones y además, saber reaccionar respetuosamente a las emociones ajenas.

Práctica: Se refiere a nuestra capacidad de abordar desafíos y tomar acciones para finalizar el trabajo. La inteligencia práctica típica incluye sentido común y habilidades de pensamiento crítico. También incluye la capacidad de utilizar nuestro arsenal de conocimiento en el momento en el que hay que resolver un problema.

Kinestésica: Esta dimensión tiene en cuenta el dominio de todo el cuerpo y conocimiento del rol que se debe desempeñar con el fin de llevar a cabo una tarea.

Para entender cómo el eLearning afecta a la Inteligencia Colectiva, tenemos que indagar en cinco conjuntos de habilidades. Integrando las siguientes habilidades en tu curso de eLearning, tienes la oportunidad que la comunidad de alumnos desarrolle y cultive una Inteligencia colectiva.

Consciencia situacional: Esta habilidad se refiere a la capacidad de entender las dinámicas de una situación, incluyendo cómo la situación en sí impacta el comportamiento y los pensamientos de aquellos que están involucrados.

Presencia: La presencia de una persona es la impresión general que le dá a los demás. Incluyendo su apariencia, actitud, comportamiento, lenguaje corporal o cualquier otro indicador de su personalidad. Una de las maneras más visuales y poderosas de enfatizar la importancia de la presencia es un ejercicio de ‘’primera impresión’’.

Autenticidad: Es importante que las opiniones o reflexiones que los alumnos realicen sean honestas, éticas y sinceras. Su comportamiento tiene que demostrar autenticidad y coherencia entre lo que piensan y lo que hacen. Se pueden desarrollar ejercicios reflexivos online para que los alumnos indaguen en sus pensamientos y creencias y vean si son coherentes con su comportamiento.

Claridad: Cuando hablamos de claridad nos referimos a habilidades comunicativas. Esto incluye escucha activa y habilidades lingüísticas. Se puede practicar de diferentes maneras en entornos de eLearning, desde un proyecto de creación de blog, participación en foros, desarrollo de contenidos a través de una Wiki. El objetivo es interpelar al participante y motivarlo a realizar una participación activa en su proceso de aprendizaje.

Empatía: Conectar con las personas y ser capaz de entender y respetar sus emociones son los principales elementos de la empatía. Cualquier actividad de colaboración en grupo es una oportunidad para fomentar el desarrollo de empatía en los participantes.   Durante las actividades, anima a los alumnos a compartir sus puntos de vista e identificar puntos en común.

Cuando diseñes una acción formativa on line, no centres el esfuerzo solo en cumplir con los objetivos de conocimiento del curso, ten en cuenta como objetivo general el incrementar la  Inteligencia Colectiva de tu organización. Para esto propón dentro de la acción formativa, actividades que fomenten la reflexión conjunta y el intercambio genuino de conocimiento, reconoce a aquellos que comparten buenas prácticas, almacena este conocimiento en un nuevo recurso formativo o informativo para la organización y difúndelo.

Recuerda que la prosperidad de las naciones, las empresas y las personas que la componen depende de su capacidad para navegar por el espacio del conocimiento. Mientras mejor logren las personas que componen las organizaciones constituirse en colectivos inteligentes, en sujetos cognitivos abiertos, capaces de iniciativa, de imaginación y reacción rápida, mejor aseguran su éxito en un medio altamente competitivo como es el nuestro.

Alinear la formación al negocio

Management

Para que la formación en las empresas sea eficiente, es vital alinear el aprendizaje con las necesidades empresariales. Eso es algo que los equipos de formación y desarrollo de las organizaciones saben, pero que no siempre se pone en práctica. ¿A qué se debe esta contradicción?

En los últimos años, un gran número de estudios muestran una falta de confianza hacia los equipos de formación y desarrollo. Por ejemplo, un estudio reciente,  demostró que menos de la mitad de los directores de empresas consideraban que su departamento de formación era capaz de ofrecer un entrenamiento adecuado. Así, muchas funciones de formación y desarrollo tiene aún un largo camino a recorrer para alinear el aprendizaje con las necesidades del negocio.

¿Qué pueden hacer las empresas para mejorar esta situación? Hay siete hábitos de las organizaciones con formación altamente alineada con las necesidades del negocio que pueden servir de guía:

  • Involucrar a los líderes en las decisiones sobre formación.
  • Usar los objetivos empresariales estratégicos para determinar las prioridades formativas.
  • Centrarse en los resultados.
  • Integrarse con Recursos Humanos.
  • Demostrar el valor empresarial.
  • Asegurarse de que los empleados entiendan su aportación.
  • Crear un compromiso de gestión proactivo.

Otras reflexiones a tener en cuenta, es que los programas de e-learning de las empresas con mayor alineación aportan más y mayores beneficios empresariales; estas empresas también tienen un grado de maduración en e-learning superior al resto y menos resistencia al cambio.

Formación y Desarrollo debe comprender qué quiere y necesita la empresa y cómo proporcionarlo. Para esto, hay que definir claramente las necesidades y el contexto formativo y de trabajo, para luego usar esa información para crear una formación adecuada.

Las empresas  que apuestan por una formación eficiente, consiguen resultados importantes: 

  • Son al menos cuatro veces más capaces de responder con rapidez a los cambios del negocio.
  •  Aumentan la productividad y reducen el tiempo.
  • Facilitan maneras de aplicar la formación en el puesto de trabajo.
  • Incrementan el talento y la performance.
  • Reducen los costes y el tiempo de la formación.

También es importante tener en cuenta que los departamentos de formación y desarrollo alineados con las necesidades empresariales no solo cumplen órdenes. Son un actor estratégico con mucho que ofrecer. Por eso, es importante que sean capaces de analizar los problemas de la empresa y ofrecer soluciones.

La correcta alineación de la formación al negocio es un proceso largo y puede resultar difícil, pero aporta grandes beneficios a largo plazo. Por este motivo, conviene que los departamentos de formación y desarrollo hagan un esfuerzo por adaptar sus funciones a las necesidades de la empresa y se conviertan así en un activo estratégico para el crecimiento de la compañía.

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El aprendizaje en las empresas: ¿Por qué es tan difícil? (Parte 2)

Recursos Humanos

Como vimos en este post de la semana pasada, el aprendizaje representa un reto difícil de conseguir para muchas empresas. Según el artículo de Francesca Gino y Bradley Staats para Harvard Bussiness Review, esto se debe a un sesgo que hace que la gente se centre demasiado en el éxito, la acción, intentar encajar y depender demasiado de los expertos.

La semana pasada analizamos los dos primeros elementos de este sesgo, así que ésta nos dedicaremos a los otros dos: intentar encajar y depender de los expertos.

Sesgo hacia el intento de encajar ,»adaptarnos»

Al incorporarnos a una empresa, es natural querer encajar, «adaptarnos». Sin embargo, esta tendencia puede comportar algunos retos.

Reto 1: La creencia de que debemos conformarnos

Desde pequeños, aprendemos que se obtienen beneficios siguiendo las normas sociales. Por este motivo, al entrar en un nuevo trabajo, hacemos un esfuerzo por aprender los códigos de comportamiento (escritos y no escritos) de la compañía. Es importante que la empresa anime a sus trabajadores a expresar sus opiniones, ya que esto puede aportar nuevas ideas y permitir el crecimiento colectivo.

Reto 2: No usar nuestras fortalezas

Cuando los empleados se conforman en lo que creen que la empresa quiere, es poco probable que intenten desarrollar sus fortalezas. Esto puede hacer que la compañía desaproveche talento. Para evitarlo, los líderes deben promover el desarrollo de las fortalezas de sus trabajadores; una manera puede ser permitiéndoles dedicar una parte de su jornada a la tarea que ellos elijan.

Sesgo hacia los expertos

Durante el siglo XX, la mayoría de los estudios sobre la gestión de las empresas veían a los expertos como la mejor fuente de mejora. Esta visión se ha mantenido y puede crear los siguientes retos.

Reto 1: Una visión limitada de lo que es un experto

Las empresas tienden a describir a los expertos basándose en indicadores muy rígidos, como títulos, formación o años de experiencia. Sin embargo, la experiencia es una construcción multidimensional y existen diferentes tipos. Además, la experiencia también puede conllevar una desventaja, ya que puede aumentar la resistencia al cambio. Es importante proporcionar a los empleados diferentes tipos de experiencia y animarlos a ponerla en práctica.

Reto 2: La participación inadecuada en la línea de frente

Los empleados que se encuentran en la línea de frente son normalmente los más adecuados para detectar y solucionar los problemas. No obstante, rara vez tiene el poder para hacerlo. Por este motivo, conviene implementar el principio de que la persona que experimenta el problema pueda solucionarlo cuando y donde ocurra.

Estos sesgos crean serias dificultades para el aprendizaje en las organizaciones: El sesgo hacia el éxito impide arriesgar por miedo al fracaso; el sesgo hacia la acción dificulta el descanso y la reflexión; intentar encajar puede hacer que no mostremos nuestras fortalezas; y confiar demasiado en los expertos dificulta el cambio.

Resulta difícil afrontar y erradicar estos sesgos, ya que están fuertemente arraigados en la cultura de muchas organizaciones. Sin embargo, merece la pena hacer un esfuerzo. El aprendizaje es vital para la mejora y el crecimiento de una empresa, por lo que conviene hacer todo lo posible para facilitarlo.

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