Cómo los líderes digitales inspiran compromiso

La transformación digital es multidimensional, involucra personas, culturas de trabajo y tecnologías. Los programas de transformación son complejos porque abordan necesidades tangibles a corto plazo y al mismo tiempo deben construir una base para el futuro. Todo esto afecta al compromiso de los empleados de las organizaciones.

Se ha visto que el compromiso de los empleados es bajo: solo el 15% de los empleados a escala global están «altamente involucrados y entusiasmados con su trabajo”, pero este compromiso es mayor cuando las personas se sienten útiles y autónomas.

El principal motor de cambio en los proyectos de transformación digital es el comportamiento de los líderes senior. ¿Inspirarán éstos a los empleados y les harán sentirse comprometidos en el trabajo?

En un reciente estudio se concluyó que los grupos con alto compromiso presentan diferencias en el modo de trabajar y el comportamiento de liderazgo respecto a los grupos con bajo compromiso.

Hay tres áreas estratégicas relacionadas con el comportamiento y las acciones de los líderes principales que pueden aumentar el compromiso alrededor de las iniciativas de transformación digital, lo que hace a las organizaciones más propensas a tener éxito. Estas tres áreas son:

  1. Aclarar el papel de la transformación digital dentro de la visión estratégica de la empresa y luego llevarlo a la práctica. Los líderes que se comunican eficazmente a lo largo del proceso de transformación digital crean compromiso. Los mejores consejos:
    • Hacerlo convincente y relevante. El «por qué» de un programa digital debe integrarse en la organización visión general y propósito.
    • Que sea una prioridad. Las prioridades en competencia no siempre cuentan con los recursos suficientes. Al aclarar el papel de lo digital, los líderes están señalando el nivel de prioridad para estos proyectos.
  • Pasar a la práctica. Demostrar el valor de lo digital a través de su propio comportamiento para ganar respeto y confianza.
    1. Compartir la toma de decisiones, especialmente con las personas en los límites de la organización. Promover la toma de decisiones participativa entre los empleados.
  1. Añadir la experimentación y el aprendizaje continuo en la cultura del trabajo. La comunicación es un buen punto de partida, pero los líderes deben ir más lejos. Un ejemplo sería implementar una política para alentar a las personas a desarrollar sus propios proyectos.

Los líderes principales pueden contribuir positivamente a un aumento de compromiso que posicione sus iniciativas digitales para el éxito si ponen en práctica el intercambio de ideas y la toma de decisiones además de promover una cultura de aprendizaje continuo.

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Líder: qué es la autoconfianza y cómo cultivarla

La autoconciencia parece haberse convertido en la última palabra de moda en la gestión, y con razón. Las investigciones nos sugieren que cuando nos vemos de forma clara, estamos más seguros de nosotros mismos y somos más creativos. Así mismo, tomamos decisiones más sólidas, construimos relaciones más fuertes y nos comunicamos de manera más efectiva. Es menos probable que mintamos, engañemos o robemos.  Somos mejores trabajadores que reciben más promociones y somos líderes más eficaces con empleados más satisfechos y empresas más rentables.

Hace cuatro años se empezó un estudio científico a gran escala sobre la autoconciencia. En 10 investigaciones independientes con casi 5.000 participantes, se examinó lo qué era realmente la autoconciencia, por qué la necesitamos y cómo podemos aumentarla.

Esta investigación reveló muchos obstáculos sorprendentes, mitos y verdades sobre lo que es la autoconciencia y lo que se necesita para mejorarla. Los resultados concluyeron que aunque la mayoría de la gente cree que es consciente de sí misma, la conciencia de sí misma es una cualidad verdaderamente rara. Se estima que sólo entre el 10% y el 15% de las personas que se estudian realmente cumplen los criterios. En particular se destacaron tres hallazgos que nos están ayudando a desarrollar soluciones prácticas sobre cómo los líderes pueden aprender a verse a sí mismos más claramente.

1. Hay dos tipos de autoconciencia. Durante los últimos 50 años, los investigadores han utilizado diversas definiciones de autoconciencia. Algunos hablan sobre la habilidad de monitorear nuestro mundo interior, mientras que otros lo etiquetan como un estado temporal de autoconciencia. Otros lo describen como la diferencia entre cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo otros nos ven. Así que, antes de centrarse en cómo mejorar la autoconciencia, era necesario sintetizar algunos hallazgos y crear una definición global. A través de los estudios examinados, siguieron surgiendo dos amplias categorías de autoconciencia:

  • El primero, que llamamos autoconciencia interna, representa cuán claramente vemos nuestros propios valores, pasiones, aspiraciones, encajan con nuestro entorno, reacciones (incluyendo pensamientos, sentimientos, comportamientos, fortalezas, y debilidades), y el impacto en los demás. Hemos encontrado que la autoconciencia interna está asociada con mayor satisfacción en el trabajo y en las relaciones, control personal y social, y felicidad; está relacionada de forma negativa con la ansiedad, el estrés y la depresión.
  • La segunda categoría, la autoconciencia externa, significa entender cómo nos ven otras personas, en términos de los mismos factores mencionados anteriormente. La investigación muestra que las personas que saben cómo ven a los demás son más hábiles para mostrar empatía y tomar las perspectivas de los demás. Para aquellos líderes que se sienten como sus empleados, éstos tienden a tener una mejor relación con ellos, se sienten más satisfechos con ellos, y los ven como más efectivos en general. Es fácil asumir que estar colocado en un tipo de conciencia significaría estar colocado en el otro también, pero la investigación no ha encontrado ninguna relación entre ellos. Como resultado, identifican cuatro arqueotipos de liderazgo, cada uno con un conjunto diferente de importunidades de mejorar.

Cuando se trata dde la autoconciencia interna y externa, es tentados valorar uno sobre el otro. Pero los líderes deben activamente tanto para verse a sí mismo con claridad como para obtener retroalimentación que les permita entender cómo los ven los demás. Las personas altamente conscientes de sí mismas a las que se ha entrevistado se centraron activamente en equilibrar la escala.

2. La experiencia y el poder dificultan la autoconciencia. Contrariamente a la creencia popular, los estudios han demostrado que la gente no siempre aprende de la experiencia, que ésta no ayuda a la gente a erradicar la información falsa, y que vernos a nosotros mismos como altamente experimentados puede impedirnos hacer nuestra tarea, buscar evidencias que rechacen nuestra teoría, e impedirnos cuestionar nuestras suposiciones. Y así como la experiencia puede llevar a una falsa sensación de confianza sobre nuestro desempeño, también puede hacernos confiar demasiado en nuestro nivel de autoconocimiento.

Aunque la mayoría de la gente cree que son autoconscientes, sólo el 10-15% de las personas que se estudian se ajustan a los criterios

Del mismo modo, cuánto más poder tiene un líder, más probable es que sobreestimen sus habilidades y destrezas. Un estudio de más de 3.600 líderes en una variedad de roles e industrias encontró eso, en relación con los líderes de nivel inferior, los líderes de nivel superior sobrevaloran de manera más significativa sus habilidades (en comparación con las percepciones de los demás) De hecho, este patrón se repitió durante 19 de las 20 competencias que midieron los investigadores, incluyendo la autoconciencia emocional, la autoevaluación precisa, la empatía, la confiabilidad y el desempeño de liderazgo.

Los investigadores han propuesto dos explicaciones principales para este fenómeno:

    • En primer lugar, en virtud de su nivel, los líderes de alto nivel simplemente tienen menos personas por encima de ellos que puedan proporcionar una retroalimentación sincera.
  • En segundo lugar, mientras más poder tenga un líder, la gente se sentirá menos cómoda para darles retroalimentación constructiva, por temor a que esto perjudique sus carreras.

3. La introspección no siempre mejora la autoconciencia. También está ampliamente asumido que la introspección -examinando las causas de nuestros propios pensamientos, sentimientos y conductas- mejora la autoconciencia. Después de todo, ¿qué mejor manera de conocernos a nosotros mismos que reflexionando sobre por qué somos como somos?

Sin embargo, uno de los hallazgos más sorprendentes de nuestra investigación es que las personas introspectivas son menos conscientes de sí mismas y reportan una peor satisfacción y bienestar en el trabajo. Otras investigaciones han mostrado patrones similares. El problema con la introspección no es que sea categóricamente ineficaz, es que la mayoría de la gente está haciéndolo de forma incorrecta.

La mente humana raramente opera de manera racional, y nuestros juicios rara vez están libres de prejuicios. Tendemos a basarnos en cualquier “información” que encontremos sin cuestionar su validez o valor, ignoramos las pruebas contraindicatorías y forzamos nuestros pensamientos a ajustarse a nuestras explicaciones iniciales.

En las investigaciones se ha encontrado que las personas que son muy introspectivas también son más propensas a quedar atrapadas en patrones rumiantes. Por ejemplo, si un empleado que recibe una mala evaluación de desempeño pregunta: “¿Por qué obtuve una maña evaluación de desempeño?” Es probable que se basen en una explicación centrada en sus miedos, defectos o inseguridades, en lugar de una evaluación racional de sus fortalezas y debilidades. (Por esta razón, los auto analizadores frecuentes están más deprimidos y ansiosos y experimentan un menor bienestar).

Estos hallazgos cualitativos han sido reforzados por la investigación cuantitativa de otros. En un estudio, los psicólogos J.Regory Hixon y William  Swann dieron retroalimentación negativa a unos estudiantes universitarios sobre una prueba de sociabilidad, simpatía e interés. A algunos se les dio tiempo para pensar en qué tipo de personas eran. Cuando los investigadores les pidieron que evaluaran la precisión de la retroalimentación, los estudiantes “que” gastaron su energía racionalizando y negando lo que habían aprendido, y los estudiantes “por qué” estaban más abiertos a esta nueva información y en cómo podrían aprender de ella. La conclusión fue que pensar por qué uno es como es, puede que no sea mejor que no pensar en uno mismo en absoluto.

Todo esto nos lleva a la conclusión: Los líderes que se enfocan en la construcción de la autoconciencia interna y externa, que buscan retroalimentación honesta, y que preguntan qué en vez de por qué pueden aprender a verse a sí mismos más claramente – y cosechar las muchas recompensas que un mayor conocimiento de sí mismos les proporciona. No importa cuánto progresemos, siempre hay más que aprender. Esa es una de las cosas que hacer que el viaje hacia la autoconciencia se tan emocionante.

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Líder: Cómo hacer de la amabilidad un principio básico de tu empresa

Líder: Cómo hacer de la amabilidad un principio básico de tu empresa

Estamos viviendo tiempos duros, mezquinos y divisivos. Pero, así como la mala conducta tiene tendencia a extenderse y propagarse, también lo hace la buena conducta. La amabilidad, por ejemplo, resulta ser contagiosa.

En su trabajo, el psicólogo Jamil Zaki habla de la “conformidad positiva” y de cómo, en sus estudios, participantes que creían que otros eran más generosos, se hicieron más generosos, sugiriendo así que la amabilidad es una conducta contagiosa y que puede transmitirse en cascada entre las personas, adoptando nuevas formas.

Esta visión puede aplicarse a las empresas. Muchos líderes buscan en sus empleados esa amabilidad aplastante para impresionar a sus clientes y la tratan como una cuestión de políticas y procedimientos. En realidad, la manera de desatar la amabilidad en una organización es tratarla como un contagio y crear condiciones bajo las cuales todos la atrapen.

No existe un proceso científico para inspirar a una persona a hacer algo extraordinario. La única manera de conseguirlo es educar a la gente, excitarla, incitarla. Darles permiso para estar a la altura cuando sea necesario. Darles un voto de confianza.

Por otra parte, resulta más natural que los empleados de primera línea se muestren amables con los clientes si se sienten motivados por un verdadero orgullo por lo que hacen. Pero ¿cómo podemos conseguir que las personas se sientan realmente orgullosos de la marca? Implicar a los trabajadores con la marca, permitir que éstos prueben los productos y los servicios y experimenten la experiencia cliente de primera mano.

Además, fomentar que los trabajadores pueden recoger y compartir sus experiencias genera en ellos un elevado compromiso con la compañía.

En definitiva, los líderes no deben olvidar que “no se puede ordenar a las personas que sean amables, pero sí se puede provocar un contagio de la amabilidad”.

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Líder, ¿cómo encauzar una conversación difícil?

Líder, ¿cómo encauzar una conversación difícil?

A pesar de nuestras mejores intenciones, las conversaciones con frecuencia pueden virar hacia un territorio difícil, produciendo frustración, resentimiento y una pérdida de tiempo y esfuerzo.

La inflexibilidad conversacional puede hacer casi imposible liderar el cambio. En lugar de motivar y facilitar el progreso, exaspera y agota a su equipo. Para tener conversaciones más efectivas, es necesario agregar más herramientas de conversación y aprender a usarlas con habilidad.

A continuación, se muestran ocho estrategias que se pueden utilizar para encarrilar las conversaciones y luego avanzar.

    1. Cambia la relación de “oposición” a “asociación”. En medio de una conversación difícil, es fácil ver a tu compañero de conversación como tu oponente. Intentar reposicionarse, tanto mental como físicamente, para estar al lado de la otra persona, de modo que se centre en el mismo problema es clave. En lugar de acercarse a las conversaciones como un asalto frontal a un edificio vigilado, es mejor llamar cortésmente a la puerta del castillo, donde es más probable ser bienvenido.

    1. Replantea tu propósito de “convencer” a “aprender”. Las conversaciones a menudo se desvían cuando intentamos que alguien adopte nuestra visión o enfoque. Cuando nuestro propósito es hacer que otra persona vea las cosas a nuestra manera, es probable que se resistan, y la discusión bloquea el aprendizaje y envía las conversaciones a una zanja. No importa lo bien hablados y lógicos que podamos ser, no podemos entender y resolver el problema sin explorar cómo lo ve la otra persona. Cada vez que usamos la persuasión como su objetivo conversacional, se vuelve ineficaz. El cambio consciente a un modo de aprendizaje nos ayuda a obtener la perspectiva que necesitamos para ser creativos, colaborar y avanzar la conversación.

    1. Verbaliza tu intención. La transparencia ayuda a facilitar conversaciones productivas. Comparte tu propósito y lo que esperas lograr con tu interlocutor. Pregunta qué les gustaría obtener de la conversación. Se explícito, no solo sobre el tema y el resultado deseado de la conversación, sino también sobre el proceso.

    1. Evita suposiciones. Pregúntale a alguien que acaba de tener una conversación difícil qué salió mal, y es probable que te describan lo que creen que estaba en la mente de la otra persona: «Está totalmente concentrado en su propia carrera y no le importa si el equipo tiene éxito», por ejemplo. Las suposiciones que hacemos sobre las intenciones de otra persona generalmente revelan más sobre nosotros mismos que sobre lo que sucede en su mente. Hacer suposiciones también limita nuestra efectividad porque nos impide entender completamente la situación y reduce el rango de soluciones que consideramos.

    1. Examina la perspectiva del otro con franqueza y curiosidad. Para comprender la perspectiva de tu compañero de conversación, es necesario desactivar la actitud defensiva y activar la curiosidad. Evita hacer preguntas importantes y cerradas y haz preguntas abiertas.

    1. Reconoce tu parte. Es muy fácil identificar lo que la otra persona ha hecho mal, pero es mucho más difícil identificar la propia contribución al problema. Pero reconocer tu parte demuestra cómo asumir la responsabilidad y alienta a otros a hacer lo mismo.

    1. Aprende tus A-BCDs (E-CDDm). Se han identificado cuatro comportamientos de comunicación que descarrilan las conversaciones de manera consistente, conocidos como “los cuatro jinetes del apocalipsis». Es importante aprender a: Evitar la Culpa, el Desprecio, estar a la Defensiva y ser un “Muro”. La actitud defensiva aparece cuando negamos la responsabilidad de nuestra propia contribución a la conversación difícil. El “muro de piedra” puede tomar varias formas, incluida la pasividad, evitar un tema determinado, negarse a participar o contribuir a la discusión, o retener información relevante. Si te involucras en alguno de estos comportamientos, es importante volver a concentrarse en lo que se está tratando de lograr y recordar que examinar los problemas difíciles con franqueza y curiosidad, aunque a veces sea incómodo, es clave para tener conversaciones productivas. Discute los cuatro comportamientos con su equipo y acepta que os responsabilizarán mutuamente por evitarlos.

  1. Busca información para resolver problemas. Los seres humanos estamos motivados para preservar y proteger nuestra autoestima, por lo que la retroalimentación puede ser difícil de recibir. Tendemos a rechazar la información que amenaza nuestra identidad y, por lo tanto, no aprendemos de ella.

La práctica de cualquiera de estas técnicas aumentará tu capacidad para tener conversaciones productivas sobre incluso los problemas más difíciles o polémicos. El objetivo es incorporar las ocho en tu repertorio, aumentar tu agilidad conversacional y mejorar tu capacidad para influir en sus colegas.

Habilidades

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Líder 4.0: El desafío de adquirir Soft Skills

Líder 4.0: El desafío de adquirir Soft Skills

Cada vez queda más claro que la inteligencia artificial y las máquinas reemplazarán a los humanos en todas aquellas tareas que sean cognitivas y manuales. Las únicas habilidades que parece que permanecerán insustituibles serán las llamadas Soft Skills. Ello se debe a que, por ahora, las máquinas no son capaces de percibir el humor de las personas con las que interactúan, percibir su contexto ni establecer relaciones de confianza. El World Economic Forum ha destacado que las Soft Skills como la empatía, la colaboración y el pensamiento creativo adquieren en la actualidad un valor mayor que cualquier otro, por lo que es importante evaluar si estás preparado para ser un líder empresarial en esta Era Digital.

Existen barreras que dificultan el aprendizaje de dichas habilidades:

  • Los colegios nos prepararon para las fábricas: todo aquello que nos enseñaron en el colegio como todo lo que aprendimos por repetición, de memoria y el cumplimiento de normas y reglas predeterminadas, hoy en día, son cualidades que pueden fácilmente reemplazarse por máquinas. Pero en la era de las nuevas tecnologías, las habilidades que deben aprenderse para liderar en una organización son otras, las Soft Skills. Una de las claves del liderazgo del siglo XXI está en la adaptabilidad y en la flexibilidad para ser un líder en un entorno de cambios tecnológicos y de mercado constantes.
  • Los hogares están saturados de tecnología: el abuso de las nuevas tecnologías como los juegos virtuales y las redes sociales están atrofiando nuestro aprendizaje natural de Soft Skills. Es por este motivo que los beneficios evolutivos que los humanos han desarrollado en la empatía y la colaboración deben reforzarse en el aprendizaje individual de programas como el de Liderazgo 4.0. En el Programa de Liderazgo 4.0 empleamos recursos digitales y sesiones de coaching individuales mediante videoconferencia para desarrollar las Soft Skills que tienes olvidadas.
  • Las revoluciones industriales crean confusión: las revoluciones, como la cuarta revolución industrial que estamos viviendo en el presente, suponen un reto para todos. Estos cambios nos llevan a nosotros y a nuestros trabajadores a momentos de confusión, ya que debemos reestructurar los conocimientos a situaciones nuevas y desconocidas. Un líder en la era digital debe ser capaz de gestionar y motivar a su equipo en la incertidumbre. ¿Conoces las estrategias para ayudar a tu equipo a mantener la productividad en tiempos de incertidumbre? ¿Has oido hablar de la resiliencia?
  • El trabajo estresante reduce la empatía: Existe evidencia de que el trabajo es otra fuente de aprendizaje de las Soft Skills. Sin embargo, se ha observado que el estrés en el mismo reduce la capacidad de empatizar y ser creativo, ya que estas competencias son muy sensibles a cómo se siente la persona. Una herramienta fundamental del liderazgo efectivo es el autoconocimiento  y las técnicas de gestión del estrés, que nos ayudarán a afrontar mejor las situaciones difíciles a y liderar a nuestro equipo de la mejor manera posible. Estas herramientas ayudarán tanto a los líderes de la organización como al equipo, ya que un ambiente libre de estrés es la fuente de un crecimiento empresarial rentable. ¿A qué estas esperando para eliminar el estrés de tu empresa y aumentar su productividad?

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Si queremos retener nuestra humanidad en la era de las máquinas, debemos resaltar lo que es ser humano: nuestras Soft Skills. ¡Adquiere las Soft Skills que te convertirán en un líder de la Era Digital con el Programa de Liderazgo 4.0!

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