Gestionar emociones negativas de una manera óptima para el equipo

Habilidades

Es normal experimentar emociones en el trabajo: frustración, ira, miedo, emoción. Pero la forma en que los líderes manejan estos sentimientos puede contribuir en gran medida a crear (o destruir) un clima laboral fuerte y motivar o desalentar a los empleados. Es esencial que los líderes desarrollen la capacidad de regular sus emociones, pero tal vez no de la forma en que podrías pensar.

Los líderes que regulan bien, hacen bien

Investigaciones realizadas sobre regulación emocional sugieren que la capacidad del líder para controlar sus emociones determinará la moral y la motivación del equipo. De todas las facetas de la inteligencia emocional, la regulación de la emoción puede ser la «habilidad maestra». La forma en que un líder maneja las emociones es fundamental para determinar si el resultado para el equipo será positivo o negativo.

Las personas tienden a regular sus emociones de dos maneras: supresión o reevaluación.

La supresión es lo que hace la mayoría de las personas: esconde sus sentimientos y pretende no sentirse molesto. Si bien esta es una estrategia popular, en realidad conduce a una serie de resultados negativos para la persona: menos relaciones cercanas, más emociones negativas, menos apoyo social, menor satisfacción con la vida, menos memoria y mayor presión arterial. Además, eleva la respuesta al estrés de otras personas.

Dados los impactos negativos de la supresión, podríamos pensar que expresar plenamente nuestras emociones puede ser una estrategia más efectiva. Sin embargo, hacerlo también podría tener consecuencias destructivas.

La reevaluación, o reevaluación de una situación emocional, puede ser la estrategia más efectiva.

Los resultados son mejores para el líder y los miembros de su equipo.

Los líderes que tienden a reevaluar más a menudo experimentan menos emociones negativas en general que los líderes que tienden a reprimir sus emociones. Además, los líderes de reevaluación consiguen climas de equipo más positivos, caracterizados por la confianza, la comunicación y la motivación.

La regulación de la emoción es una competencia clave demostrada por los líderes exitosos. Esto está relacionado con el hecho de que uno de los puntos de referencia de un líder fuerte es la capacidad de gestionar e influir en los estados emocionales de las personas con quienes trabaja. Los líderes deben ser capaces de inspirar e inculcar confianza en sus seguidores para ayudarlos a mantener la motivación y hacer frente a las dificultades. Para ser efectivos en esta tarea complicada, deben poder regular sus propios sentimientos de manera efectiva.

Ejercita tu músculo de reevaluación

La reevaluación puede parecer difícil de hacer en tiempos de crisis. Una técnica que ayuda es pensar en el problema como un desafío y no como una amenaza. Evaluar los problemas como un desafío, en lugar de una amenaza, ayuda a las personas a concentrarse en la tarea en cuestión y a considerar los pasos que deben tomar para tener éxito. Un marco de desafío crea resiliencia ante el estrés.

En contraste, percibir un problema como una amenaza se ha relacionado con una disminución del rendimiento y la motivación, así como con un aumento de los niveles de estrés.

Cuando los niveles de estrés son altos, una forma rápida de recuperar la calma es a través de la respiración profunda. Algo tan fácil como respirar, puede hacer una enorme diferencia para tus equipos. Las inhalaciones aumentan el ritmo cardíaco y la presión arterial, mientras que las expiraciones disminuyen su velocidad. Un ejercicio fácil que se puede hacer incluso en medio de una reunión es exhalar el doble de tiempo que se inhala.

Entonces, ¿cómo puede el líder estar mejor preparado para situaciones de alto riesgo cuando más necesita regularse? Practica estos ejercicios en situaciones de bajo estrés, a diario, para estar preparado cuando las cosas se pongan estresantes.

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