El mes pasado, se celebró en Las Vegas la feria Money 20/20, un evento en el cual se tratan todos aquellos temas relacionados con la innovación en el sector financiero.
A esta convención acuden grandes expertos en el sector y se presentan jóvenes startups, empresas emergentes en el sector que desarrollan productos innovadores mediante el uso de la tecnología. Algunos ejemplos de startup, podrían ser Edreams, Infojobs y Privalia.
Se trata de empresas dinámicas que cambian constantemente y se adaptan a las necesidades de sus clientes. Si algo es evidente es que las empresas que quieran seguir compitiendo en el mercado financiero, deberán reinventarse constantemente adaptándose a los cambios que se producen a una velocidad vertiginosa. Las startup son conscientes de qué aspectos es necesario modificar en el mundo de los servicios financieros e inciden en ellos gracias a la ayuda de la tecnología, su aliado más eficaz.
Nos encontramos en un momento en el cual la clave de la innovación reside en extraer el máximo partido posible a la unión de las posibilidades que nos ofrece la tecnología y la necesidad de crear nuevas experiencias para el usuario, procurándole una vida más fácil. Debemos aprovechar la oportunidad que nos brindan la biometría, el blockchain o el machine learning para acceder a cantidad de datos masiva sobre nuestros clientes.
Uno de los temas más debatidos en Money 20/20 ha sido la Inteligencia Artificial (IA). Hace unas semanas escribimos un post sobre ella: La inteligencia artificial, en 2030 superará a la mente humana. ¿Lo recordáis? Tal y como explicamos, la Inteligencia Artificial, se basa en programas informáticos que desempeñan tareas que anteriormente eran realizadas necesariamente por humanos, tales como la traducción entre idiomas automática, el reconocimiento de voz, la interpretación de imágenes, etc. Puede facilitarnos la vida significativamente la vida, pero siempre deberá contemplarse atendiendo a la ética que nos diferencia como humanos.
Veamos un ejemplo. Tal y como se expuso en Money 20/20, algunas empresas están estudiando la posibilidad de conectar la biometría, entendida como la aplicación de una serie de técnicas tecnológicas que permiten identificar a un ser humano en base a sus características físicas (huella dactilar, la retina, los rasgos faciales, etc.), con la Inteligencia Artificial de manera que, al analizar la expresión del rostro, sea posible ayudar al cliente a tomar decisiones financieras. Fascinante, ¿verdad?
El quid de la cuestión es, ¿cómo llegar a soluciones efectivas? Algunos aspectos que deben primar las grandes empresas son: la colaboración entre profesionales, la gestión del talento interno, la formación de los trabajadores y la creación de un espacio de colaboración donde afloren las ideas. Asimismo será necesario crear una cultura en la cual la tecnología se utilice específicamente para crear soluciones.
En definitiva, lo más importante es que seamos conscientes de la necesidad de reinventarnos, por nuestros clientes. Si les ofrecemos soluciones y les facilitamos la vida, conseguiremos ganarnos su confianza y tendremos clientes satisfechos y felices, aquello que toda empresa desea. Por tanto, tenemos mucho que aprender de las startup.
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