En este artículo trabajaremos las ventajas de la Motivación Intrínseca en el ámbito de los RRHH.
En las empresas intentan incentivar de una manera u otra a sus empleados, ya sea pagándoles más para que trabajen o dando otro tipo de incentivos para mantener contento a su personal y obtener el máximo de beneficios.
Daniel H. Pink, nos habla de un tipo de motivación que funciona realmente, la motivación intrínseca. Según Pink hay tres pilares en relación a la motivación intrínseca.
En Valuexperience, trabajamos estos tres pilares en diferentes soluciones, entre ellas las Comunidades Virtuales son un excelente aliado para desarrollar estos pilares.
Los pilares de los que hablamos son:
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La autonomía (el deseo a dirigirse a uno mismo). Los participantes de una Comunidad Virtual cada mes resuelven de manera colaborativa una problemática específica de su área.
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La maestría (llegar a dominar la disciplina por la que tenemos verdadera vocación). En la Comunidad Virtual las personas comparten intereses, preocupaciones o problemáticas sobre un tema y profundizan su conocimiento y pericia sobre el mismo, a través de una interacción continuada.
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El propósito (la misión, la visión y los valores de una empresa). En una Comunidad Virtual mes a mes al trabajarse una temática específica, y al co-crear diferentes herramientas los participantes se sienten partícipes de la consecución de los diferentes objetivos del área y la empresa. Cada temática que se trabaja parte de una necesidad y resultados concretos del área y de la organización. El enfoque de Valuexperience es un enfoque que parte de resultados concretos del área y de la compañía, desde el inicio de la intervención se vinculan todas las actividades de la Comunidad con estos objetivos.
En cuanto a la motivación intrínseca, Harry F. Harlow llevó a cabo un experimento con animales en el cual demostró que lo que movía a esos animales a desarrollar la tarea que les habían propuesto y a aprender lo que tenían que hacer en cada momento, era simplemente la diversión con el desempeño de dicha tarea. El disfrutar haciendo la tarea que les proponían era su máxima recompensa.
Un tiempo después un estudiante, Edward Deci, interesado en la motivación llevó a cabo otro estudio con un grupo de personas con la intención de descubrir algo más sobre el tema. En este estudio dividió a las personas en dos grupos con el objetivo de llevar a cabo la misma tarea pero con la diferencia de que a un grupo se le incentivaba pagándoles y al otro grupo no. Como resultado final, Deci obtuvo la conclusión de que el dinero no servía para mantener la motivación en todo momento, sino que era un incentivo en un momento determinado pero que no lograba mantener la motivación a lo largo del tiempo. Descubrió que los seres humanos necesitamos constantemente que nos estén planteando retos para ampliar y ejercitar nuestras capacidades y a explorar y aprender. En una Comunidad mes a mes los participantes se enfrentan a diferentes retos que deben resolver colaborativamente.
Por otro lado, y gracias a que nuestras sociedades son cada vez más complejas, ha nacido la Motivación 2.0. Esta motivación se articula en torno a nuestro impulso de buscar la gratificación y de evitar el castigo.
La Motivación 2.0 ha dado paso a la Motivación 3.0 que aparece cuando las personas presentan cierta autonomía en sus tareas, su tiempo, su técnica y su equipo. También, esta motivación busca el dominio y el deseo de mejorar y perfeccionar en lo que nos importa.
La Motivación 3.0 busca compromiso y no rechaza los beneficios, pero pone el mismo énfasis sobre la optimización de la finalidad. Los primeros síntomas de este nuevo motivo de la finalidad se ven en tres ámbitos de la vida de las organizaciones: las metas, las palabras y las normativas.
Si comparamos la Motivación 2.0 con la Motivación 3.0, nos damos cuenta que la Motivación 2.0 está más alimentada por deseos extrínsecos que por intrínsecos y que por ello se preocupa menos por la satisfacción inherente de una actividad y más por las gratificaciones externas que ésta aporta, y la Motivación 3.0, por lo contrario, está más alimentada por deseos intrínsecos que por extrínsecos, y se preocupa menos por las gratificaciones externas que aporta una actividad y más por su satisfacción inherente.
Con todo esto, podemos concluir haciendo la reflexión de que para obtener un rendimiento óptimo en las tareas que desempeñamos, tenemos que creer en nuestro deseo de dirigir nuestra propia vida, de extender y expandir nuestras capacidades, y de vivir una vida que tenga una finalidad.
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