El crowdsourcing es una herramienta de colaboración que facilita el desarrollo de tareas desempeñadas de forma conjunta entre distintas personas expertas o no en un mismo tema, con el fin de llegar a un claro objetivo y con la posibilidad de co-crear un producto para posteriormente dar utilidad.
En las Comunidades de Aprendizaje Colaborativo se utiliza esta técnica en la resolución de diferentes temáticas, en donde a los participantes se les propone un reto relacionado con su día a día al cual deben responder de manera colaborativa.
A continuación se muestran ocho (8) aspectos que se deben tener en cuenta en una Comunidad de Aprendizaje Colaborativo:
1. Los participantes son los protagonistas:
El objetivo de una empresa es que los participantes de cualquier comunidad de aprendizaje se sientan integrados en ella y dejen fluir sus ideas para poder compartirlas con el resto de los participantes. Las empresas deben facilitar el cometido de la comunidad.
2. Saber cuál es el momento ideal para intervenir:
En una comunidad pueden surgir problemas a la hora de debatir un tema en concreto, es decir, discrepancias entre los participantes y desembocar en un conflicto. La función de las empresas es saber intervenir en estas ocasiones y mediar entre las partes implicadas para conducir hacia una posible solución del problema.
3. La clave es crear una comunidad de personas unidas por intereses comunes:
Si juntamos a un grupo de personas expertas en un tema en concreto y las incentivamos a dialogar, las posibilidades de éxito de la comunidad son altas porque surgen ideas y aportaciones realmente interesantes. Dichas aportaciones surgidas en el diálogo entre los participantes pueden llegar a ser útiles para ellos mismos aplicándolas en su día a día laboral.
4. Admitir los errores cometidos:
En una comunidad, como en el día a día, se puede llegar a cometer errores de los cuales uno mismo se puede arrepentir de haber cometido. Pero hay que tener en cuenta que la perfección no existe y que todo el mundo se equivoca, por ello es importante reconocer el error cometido y pedir disculpas.
5. Herramientas productivas:
Como se comentaba anteriormente, hay que olvidar la perfección y aún más cuando hablamos de una comunidad. Para convertir una comunidad en un espacio productivo necesitamos de: imperfecciones, interrupciones, debates, brainstorming, etc. Los participantes trabajan mucho mejor dejando libre su imaginación y no sintiéndose vigilados continuamente.
6. Una comunidad heterogénea:
Es mucho más beneficioso y productivo encontrarse con una comunidad heterogénea donde los participantes no sean complacientes y sean capaces de expresar su opinión, respetando siempre la de los demás, diciendo si están de acuerdo o no con lo que se les propone a la vez que analizan las opiniones contrapuestas de sus compañeros.
7. Lazos de confianza mutua y honestidad:
Los beneficios del crowdsourcing darán resultado cuando los participantes de la comunidad de aprendizaje hayan establecido los lazos de la confianza entre ellos, y así poder expresarse con honestidad y claridad.
8. Contenido atractivo:
El contenido que aparezca en una comunidad de aprendizaje colaborativo debe ser interesante e invitar a la diversión. Es importante ofrecer a los participantes aquellas herramientas que les facilite la interacción y que a la vez les haga disfrutar del contenido.
En Valuexperience, utilizamos la técnica del crowdsourcing en nuestras Comunidades de Aprendizaje, donde empleamos el «Tema del Mes» para trabajar una problemática concreta relacionada con el área específica.
[mc4wp_form id=»8698″]
Comentarios recientes