Una promoción parece que es el objetivo de cualquier empleado serio, motivado y con ganas de mejorar, pero este puede no ser siempre el caso. Pasar más tiempo en casa, tener menos responsabilidad, o tener la posibilidad de desarrollar la creatividad son algunos beneficios que aporta el “trabajar para alguien”. Si estas son tus preferencias, ¿cómo lo puedes comunicar? Y, lo más importante, ¿cómo lo puedes comunicar sin que sea percibido negativamente?

En un primer momento el no aceptar una promoción puede ser inquietante e incluso amenazante ya que se teme sonar desagradecido. A continuación, te damos dos pasos clave para sobrellevar esta situación exitosamente:

  1. Autorreflexión

Una vez hayas tomado la decisión debes analizar los motivos y las razones que te han llevado a ella. Si las razones por las que no quieres la promoción están basadas en el miedo puede ser conveniente recibir feedback de otras personas. Les puedes preguntar respecto tus puntos fuertes y los débiles, ¿te ven capaz de asumir la nueva responsabilidad?, ¿qué necesitas para ser exitoso en tu promoción? El preguntar hará que reflexiones más y además te dará una visión más objetiva de ti mismo.

Si los otros confían en ti y resulta que tú te estabas subestimando necesitarás otras medidas. Si decides ignorar el feedback positivo de los otros puede ser el síndrome del impostor que puede ser tratado con un coach que te ayudará a mejorar la confianza en ti mismo y aceptar la promoción.

Si después de esta reflexión te encuentras que el motivo no es la falta de confianza en ti mismo y es que estás feliz haciendo lo que haces, no es el momento ideal, no quieres aceptar el estrés y la responsabilidad que la promoción implicaría o simplemente sabes que estarás más satisfecho haciendo el trabajo que haces, es el momento de hablar con tu jefe.

  1. Comunicar la decisión

Escoger el momento adecuado es importante. Puede ser cuando habláis sobre tu trayectoria profesional o en una revisión anual, entre otros. Durante la conversación tendrías que:

– Agradecer la confianza

– Explicar las razones de tu decisión

– Transmitir que quieres crecer en tu carrera

– Dejar las puertas abiertas. Esta decisión es la correcta en este momento pero puede no serlo en unos meses o unos años ya que tus aspiraciones, intereses o situación puede cambiar.

– Respetar tu propia opinión. El aceptar una promoción aunque no se quiera puede ser contraproducente para el trabajador y la empresa, por eso es importante que no se fuerce a nadie a llevar a cabo tareas que no se quieran.

No hay un solo camino correcto, depende de cada persona el determinar el que más les conviene en cada momento y una promoción puede no ser tu camino.

Softskill

Si quieres saber saber cómo aplicar estas claves en tu empresa y así beneficiarte de sus ventajas, apúntate a nuestro Programa de Liderazgo 4.0.

Share This

Más información

Selecciona Interes