¿Por qué algunos líderes reciben una reacción violenta mayor y enfrentan consecuencias más severas, mientras que a otros se les da el beneficio de la duda y se los libera? Investigaciones realizadas al respecto sugieren que tiene que ver con cómo el líder alcanzó su estatus.
Existe una teoría en psicología social que describe cómo los líderes logran el estatus y ejercen influencia en los grupos. Básicamente existen dos formas: ya sea a través del dominio o a través del prestigio. Las teorías al respecto proponen que la medida en que los líderes son castigados por el mal comportamiento puede depender de cuál de estas formas los llevó a su estatus.
Los líderes logran un estatus basado en el dominio al ser asertivos y fuertes al expresar sus opiniones y al no dudar en influenciar a otros a través de tácticas coercitivas o intimidatorias. Debido a su implacable proactividad y comportamientos de interés, otros los consideran fundamentales para el éxito del grupo.
Alternativamente, los líderes logran un estatus basado en el prestigio actuando como maestros, compartiendo sus conocimientos, habilidades y experiencia con otros miembros del grupo. Debido a que ayudan a los miembros del grupo a aprender y desarrollar su experiencia, también son vistos como fundamentales para el éxito del grupo.
Para las transgresiones o errores donde la culpa es ambigua, los líderes cuyo estatus se basa en el dominio es considerado responsable del error, y castigado más severamente; mientras que a los líderes asociados con el estatus de prestigio se les da el beneficio de la duda. Hay dos razones detrás de esto.
¿Por qué sucede esto?
Las personas ven a los líderes dominantes como egoístas y poco éticos, haciendo difícil creer que una transgresión por su parte es un error honesto en vez de algo más intencional. En cambio, como los líderes prestigiosos son percibidos como menos preocupados por su propio beneficio, cuando cometen un error similar y lo declaran como un error honesto, los individuos confian en ellos.
Segundo, los líderes prestigiosos también son conocidos por su comportamiento altruista y por poseer una brújula moral. Por lo tanto, una falta cometida por un líder prestigioso será percibida como menos errónea, menos ética y menos inmoral debido a su historia virtuosa. Los líderes asociados con el dominio no reciben tales credenciales morales, lo que hace que sus acciones se juzguen como más erróneas e inmorales.
Estas ideas llevan a pensar que los líderes dominantes son más castigados por los «errores honestos» que los líderes de prestigio. Esta hipótesis fue probada en múltiples estudios, demostrando que a los líderes asociados con el dominio se les atribuye una mayor intencionalidad por sus acciones y se les otorgan menos credenciales morales en comparación con sus contrapartes prestigiosas. Además, se ha estudiado el liderazgo femenino para descartar cualquier diferencia de género y los resultados permanecen constantes, lo que sugiere que se aplicarían consecuencias similares entre las mujeres líderes cuyo estatus se basa en el dominio o el prestigio. Además, se encontró que las mujeres líderes a menudo enfrentan consecuencias más severas por errores similares o malas decisiones que los hombres.
Moraleja para organizaciones y líderes
Primero, estos resultados nos informan de qué tipo de líderes son más susceptibles a la reacción violenta por errores. Las acusaciones de mala conducta dentro de una empresa a menudo resultan dañinas, lo que afecta a su popularidad, el precio de las acciones y las ganancias futuras. Muchas empresas sitúan activamente a sus líderes al frente de la organización para defender la reputación de la empresa. Pero los resultados comentados sugieren que la efectividad de esta estrategia podría depender del tipo de líder al que se llama.
En segundo lugar, estas investigaciones proporcionan un marco útil sobre qué pueden hacer las organizaciones con líderes dominantes a la cabeza cuando se produce una crisis. Si es posible, las organizaciones deben tratar de proyectar un líder asociado más con el prestigio como la cara de la crisis para evitar una reacción violenta potencial. Además, estas organizaciones pueden responder más rápidamente, pedir disculpas genuinas y proporcionar una justificación relevante para su comportamiento.
Finalmente, estos hallazgos son importantes para los organismos reguladores, los oficiales de cumplimiento y el defensor del pueblo, quienes generalmente son responsables de determinar el castigo ante una conducta indebida. Deben tener en cuenta cómo las características sutiles de los líderes podrían influir en su capacidad para emitir una decisión sin sesgos.
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