¿Sabías que estamos programados genéticamente para estar despiertos durante el día y dormir por la noche? Estamos física, mental, emocional y espiritualmente mejor cuando nos alineamos a este ritmo.
El récord de insomnio continuo de los seres humanos es poco menos de diecinueve días. Al final de estos días el sujeto, hablaba torpe, tenía visión borrosa, pérdida de memoria y concentración, alucinaciones y paranoia.
Amnistía Internacional enumera la privación prolongada del sueño como una forma de tortura. Sin embargo, el sueño es unos de los primeros comportamientos que sacrificamos erróneamente para poder ser más productivos. No por estar más tiempo despierto harás más, sino todo lo contrario, si duermes bien podrás conseguir más que con el simple hecho de permanecer despierto.
¿Cuánto necesitas dormir? El 95% requiere de siete a ocho horas de sueño por noche para estar completamente descansado. La Fundación Nacional del Sueño recomienda entre 7 y 9 horas.
¿Cuáles son las consecuencias de no descansar bien?
La falta de sueño te hace más ineficiente en el trabajo y más peligrosos en el volante de un coche, también te hace menos capaz de responder creativamente a los problemas y oportunidades y menos original, flexible y divergente en tu pensamiento y por lo tanto menos propenso a generar nuevas ideas.
En el nivel más básico, la privación prolongada del sueño tiene un impacto negativo en tu salud, como por ejemplo reduciendo la respuesta inmunitaria, la disminución de la capacidad para regular el azúcar en sangre, los niveles altos de cortisol e incluso alteraciones en los niveles de leptina que te indica la saciedad y te ayuda a controlar cuánto comes.
A nivel cognitivo, el sueño tiene impacto en tu memoria, atención y velocidad de pensamiento, lo que es equivalente a estar legalmente intoxicado. Esto se observa en numerosos estudios, en el cual se pidió a los sujetos que transformaran una cadena de ocho dígitos en una cadena diferente aplicando dos reglas simples. Cuanto más cómodos se ponían con la secuencia, más rápido se volvían. A ninguno de los participantes se le dijo acerca de una tercera regla oculta que tenía el potencial de proporcionar un atajo a la respuesta. En el estudio se hicieron 3 grupos:
- El primer grupo fue entrenado por la noche y se fue a dormir durante las ocho horas siguientes.
- El segundo también fue entrenado por la noche, pero permaneció despierto toda la noche
- El tercer grupo fue entrenado por la mañana del día siguiente y permaneció despierto durante las siguientes ocho horas antes de probarlo de nuevo.
En los resultados se observó que el primer grupo mostraba más del doble de probabilidades de conocer la regla oculta que cualquiera de los dos otros grupos. Por tanto, se demuestra que existe una correlación entre el sueño y el rendimiento, produciendo mayor energía.
En cuanto a la productividad, en un estudio que se realizó con médicos residentes que realizaban guardias de 24 horas, se vio como estos médicos realizaban un 36% más de errores en la realización de diagnósticos a pacientes, que los tenían turnos de 12 y 16 horas y un 61% más de probabilidades de pincharse así mismos con agujas o cortarse con bisturíes. Este estudio podemos aplicarlo a todos los sectores productivos, porque dormir menos de 7 horas nos hace producir de manera subóptima en el trabajo.
El sueño y el aprendizaje
El sueño no es simplemente cognitivamente restaurador, sino que también es clave para el aprendizaje. Aunque la adquisición de conocimiento ocurre solamente durante la vida despierta, hay evidencias de que procesamos, consolidamos y estabilizamos la memoria durante el sueño.
Los diferentes tipos de aprendizaje ocurren durante las diferentes etapas del sueño. Dormimos en cinco etapas, que pasan de más ligero a más profundo.
- Sueño lento-ondulado (SWS): Es el más profundo de los cinco ciclos, procesamos y consolidamos la información hecha-basada.
- Sueño rápido del movimiento ocular (REM): Es la etapa más ligera del ciclo, procesamos y adquirimos la información compleja y cargada emocionalmente.
El aprendizaje visual se procesa tanto en el sueño lento-ondulado como en el REM.
- Etapas intermedias del sueño: Se consolida el aprendizaje motor.
¿Cómo dormir más y mejor?
La conciencia es la mitad de la batalla cuando se trata de dormir. Si no estás durmiendo lo suficiente, es casi seguro que necesitas ir a la cama antes. Para dormir tienes que estar relajado, para eso la mejor manera es comenzar a calmarse por lo menos treinta o sesenta minutos antes de apagar las luces, es decir evitar e-mails e internet, novelas de misterio, conversaciones muy cargadas. Pues beber un vaso de leche, tomar una ducha, escuchar música o incluso leer un libro aburrido.
Establecer una hora específica para irte a dormir es especialmente crítico, porque si no volverías rápidamente a la hora que estás acostumbrado o simplemente permaneciendo despierto hasta estar cansados. Una vez has apagado las luces puedes utilizar la respiración profunda para relajarte o apretar y liberar los músculos a través de tu cuerpo, comenzando por los dedos de los pies y trabajando su camino hacia arriba.
Estos son solo algunos consejos para poder dormir mejor y poder ser más productivo, si quieres saber más no dudes en apuntarte a nuestro Curso gestiona tu energía no tu tiempo.
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