Aunque hay aspectos básicos en los cuales se aprende por observación (sobre todo en las primeras etapas de la vida: un niño que aprende que no se puede tocar una estufa caliente al ver que su padre se quema al hacerlo), en las empresas y negocios no siempre funciona. Un cirujano, por ejemplo, nunca va a aprender a operar, observando cirugías. A continuación explicaremos que fallos tiene este tipo de aprendizaje y que soluciones se podrían aplicar.
Así, pues, en los negocios es muy normal que se produzca el aprendizaje vicario, aunque este hecho no siempre es bueno. Lo normal es que el trabajador junior aprenda del senior viéndolo trabajar. Este aprendizaje por observación tiene dos principales desventajas o partes negativas:
- Solo se puede ver la “superficie” de la acción, o acción propiamente dicha. En cambio, no se puede aprender del “fondo” o del porqué se hace esa acción. En otras palabras, solo se imita sin tener en cuenta los motivos que llevan hacer algo.
- Con el aprendizaje por observación, se puede estar perpetuando los errores que comete el trabajador veterano.
En este caso, proponemos el aprendizaje vicario coactivo. Este aprendizaje consiste en co-crear, construir juntos, etc. El alumno se hace partícipe del aprendizaje, potenciándolo en varios aspectos, en comparación con el aprendizaje por observación.
Hay ejemplos de trabajos en los cuales el aprendizaje puede ser, literalmente, cuestión de vida o muerte. Se han visto casos, según explica Cristopher G. Mayer, en los cuales el aprendizaje de estos trabajadores se produce en los tiempos de descanso. Allí, los aprendices preguntan a los expertos como o porque han realizado determinada acción. Consideramos que este tipo de aprendizaje tiene mucho más valor que el que normalmente se usaba, de transferir conocimiento a través de un documento escrito.
Asimismo, también hay diferencias entre el aprendizaje “in situ” y el aprendizaje “a posteriori”. Volviendo al caso inicial de los estudiantes de cirugía, el modelo ideal sería que pudieran hacer preguntas mientras están observando una operación. De este modo, los aprendices, adquirirían conocimientos teóricos a la vez que visualizan, en directo, la parte práctica.
Siguiendo en la misma línea, cada vez se busca más la simulación de conversaciones informales para aprender, en vez de los informes escritos que comentábamos anteriormente. Como ejemplo, Google: en su campus han establecido que a muy poca distancia de cada trabajador tenga que haber “lugares” de reunión informal (del tipo un lugar para tomar el café, sentarse distendidamente con los compañeros, etc.). Algunas tendencias sugieren que se podría regular, por ejemplo, una hora de aprendizaje vicario coactivo durante las reuniones en las empresas. Esa hora serviría para, de forma informal, adquirir conocimientos a través de anécdotas, aprendizajes, etc. de los trabajadores.
En definitiva, creemos que no es del todo acertado “ordenar” a los trabajadores: “id a tener una conversación informal para aprender!”, ya que, de esta manera, perdería todo el carácter informal e improvisado. En cambio, pensamos que sí que es positivo preparar el terreno para que estas reuniones informales, creadoras de aprendizaje, se produzcan de forma natural.
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