Según datos de Cisco, para el año 2020 se espera que haya 50.000 millones de dispositivos conectados a Internet y más de 250 nuevas conexiones a la red por segundo. Pero el Internet de las Cosas abarcará mucho más que objetos conectados.
El Internet de las Cosas traerá grandes cambios y retos en la manera en la que los mercados y el mundo de los negocios funcionan.
El potencial del Internet de las Cosas está generando mucho interés y bombo publicitario entre todos los medios de comunicación y la industria. ¿Pero… realmente estamos preparados? Estar preparado para los beneficios no es lo mismo que estar preparado para los cambios asociados.
Antes de que empecemos a ver los beneficios que desencadenarán del Internet de las Cosas, la preparación para el mercado que se aproxima generará más movimientos, aumentará la complejidad y el proceso de cambio ayudará a muchas organizaciones a aprovecharse de su potencial.
El Internet de las Cosas llega con:
– Una disminución del coste y el tamaño físico del sensor tecnológico, de manera que pueden incorporarse a la mayoría de los objetos que usamos.
– Una amplia comunicación de la infraestructura permite a estos objetos distribuidos que se coordinen.
Por este motivo, el ardiente potencial del Internet de las Cosas se está preparando para tomar posición.
Algunas compañías, deberán afrontar el gran reto del Internet de las Cosas, teniendo en cuenta los siguientes cambios:
– El Poder del Mercado.
– La Seguridad. El contexto del Internet de las Cosas intensifica la necesidad de la seguridad: por ejemplo, los sensores o el software que permiten el control físico de un objeto pueden recibir ataques fácilmente.
– Lo Cambios de Proceso. Muchos procesos de negocios continúan siendo ‘’pull’ oriented»: la información se junta, luego se analiza, y entonces se toman las decisiones. Esto funciona cuando el cambio es lento, pero con la transición del Internet de las Cosas, la información fluirá constantemente, retando acciones rutinarias y horas normales de trabajo.
La buena noticia es que reconociendo cada uno de estos retos, las organizaciones pueden empezar a preparase para el cambio.
Antes de diseñar los dispositivos, las organizaciones pueden decidir si deberían invertir de manera que el desarrollo se convierta en una competencia diferenciadora o trabajar con organizaciones especializadas que puedan tener en cuenta la seguridad y los procesos de update.
En Valuexperience, ya estamos pensando en diferentes objetos desde los que los empleados puedan visualizar de manera digital contenidos clave para su día y día, estamos en una fase Beta, pero os iremos haciendo participes de los avances, el objetivo fundamental es que podamos compartir conocimiento con los clientes donde quieran y cuando quieran.
Anticiparse es la clave, será difícil estar preparado una vez que el ‘’fuego’’ del Internet de las Cosas se esté propagando.
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